Lo de Ponce empieza a romper las leyes escritas
por la naturaleza hace años para los ciudadanos que se visten de luces. El
torero de Chiva, con el récord de tardes toreadas por encima incluso de Pedro
Romero (¿quién contabilizó, en serio, sus tardes de toros y su espada a la que
dicen más certera que la de Rafael Ortega? Por cierto, algún día habrá que
hacer un reconocimiento público, no sólo de su espada, sino de la enorme pureza
del torero gaditano, de la que bebió Antoñete, entre otros). Ponce llegó a Colombia,
como aparece en Perú, o en Méjico, y como si no pasara nada se lleva todos los
trofeos y se harta de torear y hacer feliz a toda aquella afición. Y no se le
ve ni el final ni el tope. Ahora que ha convencido a toda su familia de que ya
no hay prisa para la jubilación es un no parar del torero de Chiva. Que lleva
toreando desde los seis o siete años que tendría, corríjame si no, José Luis
Benlloch, cuando participó en aquel tu certamen de Monte Picayo. Aquel chaval
al que el abuelo Leandro llevaba por toda la provincia en su Dian 6, que ya era
igual de listo pero que apenas daba peso en la báscula y había que ponerle
relleno en las piernas para que le quedara prieta la taleguilla. Aquel
novillero que se presentó en las Ventas de Madrid y dicen que no daba ni el
peso pluma…
Pues pasó el tiempo y ahí está. Llega a Cali y con
uno de los toros buenos de doce que echó el maestro Rincón (diez de nota muy
baja) se cepilló el trofeo de la feria. Poco importó que otros toreros dieran
nota alta o que Bolívar, Castella y Roca Rey salieran a hombros con una gran
corrida de Juan Bernardo Caicedo. Lo mejor de la feria. Sin embargo, este mismo
ganadero lidió otra en Manizales y fue la peor de la feria. Y quien debe mirar
con cuidado lo que pasa en su ganadería es César Rincón. Ídolo incuestionable
en Colombia desde el año de gracia de 1991. Rincón fue César del toreo y César
de Colombia, pero su ganadería, salvo leves excepciones, ha sido un desencanto
o por falta de casta o por falta de trapío. Y a mí me duele que el colombiano
más amado en 1991, el año del César, sea cuestionado como ganadero y se le
cierren las grandes ferias en donde salió tantas veces a hombros.
Mientras, en España ya van tomando posiciones
ganaderos y toreros. Simón y Ramón, o sea, Casas y Valencia, han formado una
entente de apoyo entre Madrid (y todo lo demás) y Sevilla. O sea, entre Simón y
Ramón, dúo dinámico a la hora de contratar. O todo o nada. Mecanismo de
defensa. Seguramente lícito y ojalá se hubiera suscrito antes de aquella
ignominia taurina que fue dejar a la feria de Sevilla sin un puñado de figuras
y que supuso que se devolvieran, dicen que tres mil o más abonos de la plaza.
Un pastón. Y un motivo para borrarse que ha hecho un gran daño. Tal vez esta
entente de existir entonces hubiera paliado el palo en la taquilla, que encima
cuenta con la voracidad económica de los Maestrantes con un tanto por ciento
demasiado alto y agobiante para cualquier empresa. En este caso la de Pagés en
tercera y última generación. La Maestranza es muy bella; pero Joselito tenía
razón al pelear e inventar las plazas Monumentales. Más grandes, más cómodas,
más baratas y nada maestrantes. El de Gelves veía el futuro con enorme
claridad. La pena fue Talavera.
CASTELLÓN TENDRÁ UNA FERIA DE NIVEL
SIEMPRE QUE SE CUIDE EL TORO
Castellón abrirá feria nada más empiece marzo.
Pinta bien mi tierra y andan ahí Manolito Chopera y Matilla (el más listo de la
clase) a ver si a más de la vuelta de los victorinos y tres carteles más de
alto lujo torerista son capaces de lograr que J.T. se vista de luces para la
Magdalena. Ya se sabe que cada parto suele o salir con fórceps o hasta luego
cocodrilo. Pero mi tierra tendrá una feria de nivel siempre que además me
cuiden el toro. A ver si empezamos bien, Teodoro.
Lo de Román es fantástico. Un chaval noble, casi
ingenuo, buena gente, empezó marcando detalles pero no cuajaba, le faltaba
asiento, seguridad, oficio, yo qué sé. Parecía que iba a ser flor de un día y
de pronto ahí está, firme, serio, original como él es, pero capaz, poderoso y
fácil con el toro duro. Y le he visto enamorar Manizales y ahora ha metido el
primer gol en la feria de Bogotá. Oreja a una corrida dura. Porque encima está
triunfando con todo lo que le echen. Román, además, engancha a la gente.
VICTORINO HOMENAJEA A SU PADRE SIGUIENDO
SU LÍNEA
Victorino hijo sigue la estela del padre, tan
genial, tan querido. Y aparece en Madrid abriendo temporada en Las Ventas y en
Vista Alegre. Aquí el 17 de febrero con Curro Díaz, Daniel Luque (ojo a este
torero) y Emilio de Justo. Y el 25 de marzo en Las Ventas con El Cid, Pepe
Moral y Fortes. Y valoro que el hijo honre al padre siguiendo su línea abierta
de dar siempre la cara como ganadero.
Por cierto, José Rafael Palomar me dio el teléfono
de Andrés Moreno, ex matador y ahora ganadero de Coquilla en tierra hostil.
Tiene su ganadería en Camprodón (Gerona), patria de Isaac Albéniz, el gran
compositor, a 1.300 metros de altura. Allí cría sus toros que, como está
prohibida la Fiesta en Cataluña, tiene que vender para las calles de mi
Castellón o donde convenga. Andrés Moreno es como una estrella fugaz o el
infierno de la Tauromaquia y de la estupidez política. Pero está claro que
nacen flores bellísimas en el desierto y la tierra quemada. Un día subiré a su
ganadería y le daré un abrazo escuchando a Albéniz y disfrutando de la Cataluña
prohibida. / Redacción APLAUSOS
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