TEMPORADA EN MADRID: Novillada aburrida y pasada por agua en Las Ventas

JUAN MIGUEL NÚÑEZ

MADRID.- La climatología, con lluvia de principio a fin, y la insuficiencia de los novilleros con los mejores novillos del encierro, dejaron una tarde insufrible y aburrida, hoy en Las Ventas.

Con el poco público refugiado desde antes del paseíllo en las localidades altas, aparecía el tendido como un fantasmagórico decorado. Apenas quince o veinte paraguas aguantarían hasta el final, mientras diluviaba sin parar.

Aunque lo peor no iba a ser la incomodidad del agua. El sufrido público terminó soportando un festejo deslucido sobre todo por la falta de decisión y recursos de la terna, por debajo de un conjunto más que aceptable, aunque con algunas matizaciones.

La únicas disculpas, para el primer espada, Casares, que sorteó el peor lote. El que abrió plaza, sin celo ni fuerza, ayuno de raza, se quedaba corto y sin humillar. El hombre quiso pero sin respuesta del novillo. Y el cuarto, con cara e ideas de toro, que pegó arreones en los dos primeros tercios, llegó también a la muleta con escaso recorrido después de tres puyazos de Saavedra para bajarle los humos. Casares le llevó muy tapado para evitar que "se orientara", y tirando bien de él, pero acabaría parándose.

Jiménez Fortes hizo una porfía tan machacona como inútil con el inválido y manso segundo. Y anduvo más entonado frente al quinto, aunque sin terminar de aprovechar su buena condición, al que ahogó mucho con la muleta, sin acertar en las distancias, estando más pendiente de lo accesorio que de lo fundamental.

El lote más claro fue para el debutante Raúl Rivera. A su primero, pronto y humillado, no acabó de entenderlo, dejándose llevar por las prisas. El sexto descolgó también, y desplazándose largo, sin embargo, volvió a las aceleraciones y enganchones, sin terminar de resolver. En ambos banderilleó con arrojo y cierta facilidad, saliendo prendido al quedarse en la cara en el tercer par al tercero. Fue una suerte que todo quedara en el susto. / EFE

FICHA DEL FESTEJO

Novillos de Nazario Ibáñez, desiguales de presencia -más terciados y cómodos de pitones los tres primeros- y de juego también variado.

Flojos y descastados los dos primeros; el tercero tuvo más "motor"; el cuarto, con cuajo de toro, el más difícil; el quinto, ovacionado, se desplazó pronto y por abajo; y el sexto, también aplaudido, tuvo "carbón" y clase al cincuenta por ciento.

Luis Miguel Casares: estocada corta (silencio); y metisaca, pinchazo hondo y cuatro descabellos (silencio tras aviso).

Jiménez Fortes: casi media y media trasera (silencio tras aviso); y estocada, pinchazo, nueva estocada y dos descabellos (palmas tras aviso).

Raúl Rivera: pinchazo hondo y seis descabellos (silencio tras aviso)); y estocada y dos descabellos (vuelta tras aviso y ligera petición).

En cuadrillas, buen tercio de Antonio Saavedra a caballo en el cuarto.*** En la enfermería fue atendido Raúl Rivera de "contusión con erosión en pierna derecha e hipocondrio derecho, y otras contusiones y erosiones múltiples, de pronóstico leve". *** La plaza tuvo un quinto de entrada en tarde de lluvia incesante.