viernes, 22 de abril de 2011

El toro de lidia se enfrenta a suerte suprema en consulta popular en Ecuador


Imponente marco, al fondo el pico más alto del Ecuador como es el Chimborazo (6.310 metros), donde a su pie pasta la ganadería de reses bravas Campo Bravo, quien su propietario Don Luis Fernando García espera con expectativa que será de la consulta que este próximo 7 de mayo ha convocado el ambivalente en su discurso presidente Alvaro Correa. Foto: EFE
QUITO.- El toro de lidia se enfrentará a la suerte suprema en Ecuador el próximo 7 de mayo, en la consulta popular convocada por el Gobierno para, entre otras cosas, preguntar a la población si aprueba la abolición de las corridas. Por ello, taurinos y antitaurinos han avivado el debate por la consulta, con la que también se pretende reformar el sistema judicial, abolir los juegos de azar, regular a la prensa y restringir los negocios de banqueros y dueños de medios de comunicación en otras áreas.

Así, la polémica ha encendido las alarmas en el campo taurino, donde reclaman su vigencia, y en el sector opuesto a las corridas, en el que reniegan de su contemporaneidad.

Para el ganadero Luis Fernando García, propietario de la dehesa de Campo Bravo, una de las más prestigiosas del país, el futuro de la fiesta brava es "negro" e "incierto" para los que crían los toros de lidia que, como él, viven con pasión su profesión. En cambio, para María Caridad Vázquez, una ex concejala de la ciudad andina de Cuenca, donde ya se abolieron las corridas por ordenanza municipal, la consulta popular abre la puerta a una defensa progresiva de los animales y de la naturaleza, en general.

En lo único en lo que ambos coinciden es en que después de la consulta se marcarán nuevos desafíos para los dos bandos.

Si gana el Sí y se prohíben las corridas en todo el país, a los criadores de ganado de lidia "nos quedan algunas alternativas", como la exportación de ejemplares a naciones vecinas donde se "respete" esta tradición, sostuvo García. También recordó que la pregunta sobre la prohibición de las corridas tiene un carácter jurisdiccional, por lo que si se eliminan en algún cantón, es posible que en otras ciudades se las mantenga y se pueda concentrar en ellas el quehacer taurino.

Para García, el toro "es un animal incomparable, único en la naturaleza; tan bravo, tan poderoso y, sin embargo, tan noble y tan delicado a la vez".

En Campo Bravo, una hacienda situada al pie del Chimborazo, la montaña más alta de Ecuador (6.310 metros), García cuida a diario a más de cien cabezas de ganado de lidia que cría con devoción.

"Esto es parte de mi vida" que "Dios puso en mis manos" para criar toros, "lidiarlos y darles una muerte digna en la plaza", afirmó a EFE García, convencido de que la fiesta brava es un conjunto de ciencia, arte y tradición milenaria. "Enfrentar a un toro con nobleza y calidad y a un torero que con técnica crea arte, para morir matando en el ruedo, para mí eso es dignidad", reiteró el ganadero.

De ello dudó María Caridad Vázquez, que ve en los toros un acto cruel y anacrónico y por ello lideró la campaña para que en su natal Cuenca se prohíban ese tipo de espectáculos desde el año 2004.

"No hay una comprobación científica" que advierta de que el toro de lidia "es distinto a otros animales. Es un herbívoro, un rumiante común" y, por lo tanto, "no se justifica su muerte" por diversión, aseguró Vázquez y recordó que la Constitución de su país garantiza los derechos primarios de la naturaleza. Para ella, la tauromaquia tampoco es un arte, como lo aseguran los taurinos, sino una "artesanía macabra a la que se le han puesto reglas".

"Son las nuevas generaciones las que han reaccionado" contra las corridas de toros y serán las futuras las que sigan alimentando "corrientes que defiendan a los animales", añadió a EFE Vázquez, que también rebate la consideración taurina de que los toros son una tradición que debería perdurar. Tampoco cree que es más violenta la muerte del ganado en los mataderos para la producción de carne, pues observa que en esas dependencias "no hay público que asista a verlo" ni personas que se regocijen con la muerte del animal.

La consulta, dijo Vázquez, permite a la sociedad definir "qué tipo de tradiciones debe mantener" y cuales no contribuyen a generar una conciencia social de respeto y cuidado de la naturaleza. "Puede ser que sea cruel para algunas personas", pero es mejor que el toro, de "un solo espadazo muera con dignidad, de cara al sol y al aplauso del público si es que ha sido bravo", replica García, que ve en el toreo un entronque de arte y valentía.

Vázquez, en cambio, se pregunta por qué los ganaderos y toreros no aceptan el que haya corridas sin la muerte ni el maltrato a los ejemplares y se responde: "No hay toreros que se atrevan" ante un toro en plena facultad, que no haya sido picado ni banderillado. / FERNANDO ARROYO LEÓN - EFE

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