lunes, 29 de abril de 2013

Nazaré y Escribano, la savia nueva del toreo sevillano

Antonio Nazaré

JAVIER LÓPEZ / PACO AGUADO

MADRID.- Los diestros Antonio Nazaré y Manuel Escribano han sido, por méritos propios, los grandes protagonistas que ha dejado la Feria de Abril de Sevilla al haber conseguido relanzar sus respectivas carreras con sendos triunfos en su tierra, por lo que ya son considerados la savia nueva del toreo sevillano.

Escribano fue la gran sorpresa de la feria al entrar a última hora en la corrida de Miura, que cerraba el ciclo en sustitución del "Juli", y conseguir cortar dos orejas, lo que supuso un golpe en la mesa en la plaza de su tierra, donde no toreaba desde 2007.

"Era la tarde en la que me jugaba la carrera, y gracias a Dios conseguí quitarme la presión inicial, me olvidé de todo y me propuse salir con la idea de disfrutar en el ruedo; y así pude dar toda la dimensión de mi toreo y pude conseguir un triunfo dedicado con todo mi corazón a 'El Juli'", declaró Escribano.

"Ha sido un balón de oxígeno que no veas -prosiguió Escribano- por el enfoque y las nuevas perspectivas que da a mi temporada. De no tener nada a que el teléfono empiece a sonar interesándose por mí".

El ejemplo del joven Escribano (Gerena, Sevilla, 1984) demuestra que con paciencia, y sabiendo aprovechar las oportunidades, se puede lograr la gloria que durante muchos años le ha sido esquiva, y que le ha llevado a torear muy poco desde que tomó la alternativa en 2004.

"Estos últimos años he pasado un quinario, pero mi afición ha sido la que ha hecho que no tirase la toalla; sabía que tarde o temprano tenía que llegar ese día que me encumbrase, pero lo duro empieza ahora, pues tengo que dar la cara, refrendar lo conseguido y demostrar que lo de Sevilla no ha sido casualidad", añadió.

Menos sorprendente, pero igualmente meritorio es el caso de Antonio Nazaré, que ya el año pasado dejó muy buen sabor en plazas de postín, y que este año refrendó su imparable ascensión al cortar dos orejas la tarde en la que "El Juli" cayó herido grave, contratiempo que "amplió aún más" la responsabilidad que tenía el joven matador (Dos Hermanas, Sevilla, 1984).

"La cornada cayó como un jarro de agua fría en el ambiente, y me supuso también una carga extra de presión al tener que enfrentarme con tres toros en Sevilla, por lo que no me quedó más remedio que sacar lo mejor de mí para remontar la tarde y tratar de competir de igual a igual con Manzanares", señaló.

Y no pudo salir mejor la cosa para Nazaré, pues al final consiguió cortar las dos orejas del cuarto toro de la corrida, de la ganadería de Victoriano del Río.

"Cerrar la corrida con ese triunfo fue un gran golpe de moral para mí, pues era una de esas tardes clave en las que tienes que enseñar los dientes para no dar pasos atrás y, aunque a mí me gusta ir poco a poco, peldaño a peldaño, creo que en Sevilla he subido cinco de golpe", confesó.

Y no fue para menos porque todo el mundo taurino, crítica y afición, coincidió en ensalzar un triunfo que le ha permitido "crecer" y que su nombre tenga "un mayor reclamo" en los carteles a pesar de los años de ostracismo, en los que el sevillano ha tenido que trabajar incluso en el campo para sacar a su familia adelante.

"Han sido años muy duros en los que no sabía si el toreo iba a ser mi vida profesional, hasta que triunfé en Pamplona el año pasado; ahí empecé a darme a conocer, pero después de lo de Sevilla muchos saben ya que estoy capacitado para competir con las figuras en las grandes ferias, como San Isidro o San Fermín, donde espero demostrar otra vez que todo esto no ha sido casualidad", finalizó. / EFE
Manuel Escribano

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