En la calurosa matinal de rejones
cortaron orejas Francisco Palha, que fue el mejor de los caballeros, y Luis
Valdenebro, que estuvo entonado. Mucho calor y un nivel muy discreto.
CARLOS CRIVELL
Foto: EFE
Matinal de rejones de oportunidades. Caballeros de poco
bagaje sobre el ruedo para buscar la forma de tomar el relevo de los que están
consagrados. El futuro de momento no parece que depare sorpresas. Hay una
distancia abismal entre los consagrados y esta hornada de nuevos rejoneadores.
Se apreció que andan muy verdes casi todos. Alguno ya tiene
algún recorrido, como ocurre con Monte
y Moura: Palha ya sabe lo que es cortar trofeos en Sevilla. La prueba de
fuego era para Manzanares, Valdenebro
y la francesa Lea Vicens. No
tuvieron suerte con la corrida de Cubero, de bonitas hechuras y varios
toros berrendos como corresponde al encaste. Sin embargo, la mayoría de las
reses se apagaron y aquerenciaron en tablas con lo que impidieron el lucimiento
de los rejoneadores.
Sin cortar orejas, Álvaro
Montes se mostró a buen nivel. Paró con la garrocha, toreó con el marsellés
y las cortas al violín. Fue una actuación de profundo sabor campero que no
remató con el rejón de muerte hasta la segunda entrada. Debió cortar la oreja
pero el detalle de abrir el espectáculo le restó petición.
Joao Moura anduvo
poco afortunado en su actuación. Los caballos se salieron de la suerte con
demasiada frecuencia y no bastó su interés en agradar con los balanceos. Con el
rejón de muerte, ya con el toro en tablas, se mostró pesado y desacertado.
Manuel Manzanares |
Manuel Manzanares
sacó caballos con el hierro de Hermoso
de Mendoza. Lució una buen a cuadra y su mañana fue brillante a ratos,
destacando en algunos quiebros en corto muy lucidos. Toda su buena labor la
mancilló en la suerte suprema.
El caballero de mayor nivel de la mañana fue Francisco Palha, ahijado torero de Diego Ventura. Con un toro muy parado, Palha puso mucha emoción en las
banderillas al quiebro y en las piruetas. Se lució con las cortas y cuajó una
labor vibrante con el acierto en el rejón de muerte, lo que le permitió paseare
la primera oreja de la mañana.
Luis Valdenebro |
También cortó un trofeo Luis
Valdenebro, hijo del rejoneador del mismo nombre. Salió nervioso a la plaza
y falló en los primeros rejones, pero logró afianzarse en banderillas y remontó
una actuación notables sin grandes alardes. El detalle de matar a la primera le
permitió cortar una oreja.
Muy interesante fue la presencia de la francesa Lea Vicens, que demostró una doma
excelente de sus caballos. Se nota la mano de su maestro el gran Ángel Peralta. Clavó banderillas con
elegancia y una llamativa tranquilidad y dominio de los terrenos. Su labor
estuvo marcada por la sobriedad. Con el llamado «Bético» subió el nivel, algo que no es nada extraño. No acertó a
la hora de matar y debió descabellar pie a tierra, pero dejó buen sabor de
boca.
Fue una mañana de calor intenso y un nivel muy discreto de
toreo a caballo. Estos nuevos rejoneadores no enseñan los nombres de sus
caballos, salvo en el caso de Lea Vicens,
con lo que se produce una laguna en el conocimiento de las cabalgaduras. Los
grandes maestros siguen a un nivel muy superior para que puedan
intranquilizarse con estos caballeros que llegan a los ruedos.
FICHA DEL FESTEJO
Cinco toros de Benítez Cubero
y uno de Pallarés, cuarto, bien
presentados y de escaso juego por falta de raza.
Álvaro Montes, vuelta al ruedo.
Joao Moura, saludos tras aviso.
Manuel Manzanares, silencio.
Francisco Palha, una oreja.
Luis Valdenebro, una oreja.
Lea Vicens, vuelta al ruedo.
Plaza de la Real Maestranza, 21 de abril de 2013. Matinal de rejones.
Tres cuartos de plaza.
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