domingo, 14 de abril de 2013

FERIA DE ABRIL EN SEVILLA – QUINTA CORRIDA: Pegaso, al rescate de Diego Ventura


Diego Ventura salió por la Puerta del Príncipe en la 5ª de la Feria de Sevilla al cortar cuatro orejas en la tarde en la que mató seis toros de Fermín Bohórquez. Su labor fue creciente con las dos orejas del sexto a lomos de un excepcional Pegaso. 

CARLOS CRIVELL
Fotos: EFE

Como el día anterior, la tarde se salvó en el sexto. Diego Ventura volvió a ser el de siempre y redondeó una actuación vibrante con ese buen sexto de Bohórquez. Gracias a esa gran faena, rematada de forma perfecta con el rejón de muerte, el caballero portugués pudo abrir la Puerta del Príncipe, que hasta ese momento estaba cerrada.

El salvador de Ventura fue el caballo «Pegaso». No había salido en toda la tarde este joven equino, algo que no deja de ser extraño. Es un caballo de unas condiciones excepcionales. Además de su preciosa estampa, «Pegaso» cita andando hacia atrás para luego quebrar muy en corto cuando el toro ya se ha arrancado. Fue un prodigio. La plaza se vino arriba como antes no había ocurrido. No se entienden los motivos por los que no explotó más a este gran caballo. A raíz de la salida de «Pegaso», la faena ya estaba consumada, la plaza era un clamor y el rejón de muerte fue fulminante y acertado por primera vez en toda la corrida. El presidente, que se había negado a darle la oreja del quinto tras un pinchazo, no tuvo ahora ninguna duda al conceder el salvoconducto para la salida triunfal. Se lo debe a «Pegaso».

Antes de la salida de este caballo triunfador, la tarde caminó por senderos de extrema corrección, momentos buenos, fallos puntuales, desaciertos en el rejón final y algunos alardes alejados del rejoneo.

La corrida de Bohórquez fue buena de verdad. Exhibieron temple y cadencia en las embestidas para que las cabalgaduras pudieran lucirse. Con estas corridas se explica que el encaste de Murube se haya apoderado de los festejos de rejones de lujo.

De todas las cabalgaduras que pisaron el ruedo, además del mencionado «Pegaso» es preciso mencionar a «Nazarí», que volvió a dar un curso de flexibilidad en el toreo a dos pistas. En las piruetas estuvo acertado «Ordóñez». Sacó a «Remate» para poner banderillas al violín y dos pares muy buenos a dos manos al tercero. Aunque se anunció que serían veinte caballos, y es posible que así fuera, el peso de la corrida lo llevaron algunos muy contados. Se echó en falta a los ya desaparecidos «Distinto», «Revuelo» y, muy especialmente, a «Califa», con el que Diego de forma invariable mataba a los toros. La falta de este equino no la ha resuelto Ventura.

Había anunciado algunas novedades y apenas las hubo. Fue vistosa la salida inicial de todos los caballos, así como algunos de los ejercicios de doma que hizo el caballero. Por lo demás, casi nada. Sacó la garrocha con «Buena Vibra» en el tercero. Invitó a poner banderillas en el cuarto a los sobresalientes. Fue muy generoso Diego porque la mitad de la lidia la protagonizaron Andrés Romero y Sergio Domínguez. Hubiera sido un detalle que los hubiera invitado a dar la vuelta al ruedo con la oreja.

Aunque es muy celebrado por algunos sectores, no puede obviarse algo que no resulta nada agradable. El caballo llamado «Padilla» se arrodilla lejos de los toros como simple alarde. Es algo que Ventura debe reconsiderar, porque la imagen no resulta agradable; es como un sometimiento absurdo del animal ajeno al arte del rejoneo. Algún sector de la plaza se lo recriminó. Y volvió a los ruedos «Morante» en el quinto. Ya se sabe que la mayor cualidad de este caballo son los mordiscos a los pitones, o las divisas, de los astados. La gente lo jalea con clamor, pero ya ha quedado claro que eso tan celebrado está lejos del buen rejoneo.

Hubo detalles muy buenos en este encuentro de Ventura con seis toros. No deja de ser curioso que este caballero es más aclamado por sus detalles extra taurinos y apenas le aplauden cuando hace las cosas con arreglo a los cánones eternos del toreo a caballo. Paró de forma admirable a casi todos los toros, templó mucho a dos pistas, procuró casi siempre realizar las suertes en los terrenos de afuera huyendo de las tablas, se adaptó al Reglamento para no poner más banderillas de la cuenta, en fin que su tarde tuvo mucho contenido torero, lo que ocurre es que el personal solo se agita con las exhibiciones de los caballos cuando están lejos del toro, como ocurre con ese galope a tres manos que muestra el caballo «Oro» cuando cita al toro.

El desconocimiento general de estos temas ha llevado al toreo a caballo a una situación muy drástica. Las orejas no se piden por cómo haya sido el desarrollo de la lidia, sino que solo se piden si el toro muere del primer rejón. Los rejones suelen caer muy traseros y bajos, pero eso no importa. A Ventura le falló la muerte en los dos primeros toros. «Califa» no tiene todavía sustituto, aunque a partir del tercero sacó a «Colorao» que cumplió.

La salida por la Puerta del Príncipe se puede considerar justa. Esa faena final al sexto, con el caballo «Pegaso» como gran estrella, le rescató en una jornada que hasta el final no se decantó en triunfo. «Pegaso» fue la estrella.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Sevilla. 5ª de Feria. Casi lleno. Seis toros despuntados de Fermín Bohórquez, buenos en general.
Diego Ventura: saludos, saludos, una oreja, una oreja, saludos y dos orejas. Salió a hombros por la Puerta del Príncipe.

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