La feria de abril de Sevilla de hace un siglo,
celebrada entre el 18 y el 21 de abril de 1913, fue la primera que torea
"Joselito" ya como matador de toros. Y abrió la Puerta del Príncipe
con el último toreo que lidió. Para la crítica fue la feria de su definitiva
consagración en Sevilla, en un ciclo en el que por cierto mató el
"miura" más grande de toda la feria. A la espera de la llegada de
Belmonte en 1914, esta feria fue, sobre todo, el inicio de su ajuste de cuentas
con "Bombita", dentro de lo que consideraba un pleito de familia, por
el trato que Ricardo Torres había dado a su hermano Rafael. De hecho, salvo la
actuación de "Cocherito de Bilbao", todo el ciclo ferial lo lidiaron
las dos familias: Ricardo y Manolo "Bombita" frente a Rafael El Gallo
y Joselito.
Redacción WWW.TAUROLOGIA.COM
El año 1913
se consagra definitivamente José Gómez “Joselito” en Sevilla. Su mejor
tarde fue el 21 de abril con toros de Benjumea. Pero sobre todo fue todo un
referente en la competencia frontal del menor de los Gallo con Ricardo Torres “Bombita”, en lo que bien podríamos denominar un viejo pleito
de familia. En efecto, "Bombita" había
establecido una competencia, que algunos estimaban interesada, con Rafael “el
Gallo”, torero que por sus características y su ánimo no era el más
idóneo para este tipo de enfrentamientos. De hecho, en versión de los gallistas, esta competencia le hizo
mucho daño a Rafael.
Pero con José será distinto. Ricardo Torres había comenzado la
temporada afirmando del menor de los Gallos que era "un principiante sin
categoría suficiente para medirse conmigo". A lo que José contestó: "Con categoría o sin ella,
no podrá evitar encontrarse conmigo". Tal ocurrió cuando le
propusieron matar en Madrid mano a mano con José una corrida de Palha. El torero de Tomares, por
entonces en pleno apogeo, rechazó la iniciativa, por la referida razón de la
poca categoría de José y en cambio
contrapropuso celebrarlo con Rafael El Gallo de oponente. Anotemos
marginalmente que esa corrida portuguesa la mató Joselito meses después, el 5 de junio, en Madrid.
La primera
repuesta a este desplante del torero cordobés la dio Joselito en esta feria
sevillana de 2013 y ya no paró en toda la temporada. Desde su primer encuentro
en el ruedo maestranre, José se
muestra implacable con el viejo maestro, un acoso frontal que tiene su punto
culminante en el ruedo de San Sebastián, cuando Ricardo Torres comienza a amasar la idea de su retirada. Tan
implacable que se mantuvo hasta en la ultima tarde juntos.
Aquel 19 de
octubre, se anunciaba en Madrid la retirada de Bombita. Era la corrida a
beneficio del Montepío de Toreros y en el cartel le acompañaba, naturalmente, Joselito,
además de Rafael “el Gallo” y Regaterín, en la lidia de ocho toros
de García
de la Lama. Cuentan que Bombita, tras estoquear a su segundo
enemigo, le dijo a Joselito que "como yo he acabado mi vida de torero,
no me ofrezcas banderillas en el último toro". Pero cuando llegó
el momento, el de Gelves se fue decidido a por su competidor, para ganarle la
última pelea, porque Ricardo Torres
sencillamente cumplió con los palos, en tanto Joselito dejo uno de los pares
luego más alabados por los gallistas.
Refiriéndose
a esta competencia de Bombita con Rafael, cuenta Gustavo del
Barco en su biografía “Joselito El Gallo” [Editorial Católica
Española, Sevilla, 1952] que “el público les enfrentó (…) en un pugilato
ganado casi siempre por Bombita, torero más regular que El Gallo, al que bañaba
con una frecuencia aterradora”.
A Joselito,
todavía novillero, le llevaban los demonios cada vez que ocurría. Y por más que
la Señá Grabiela tratara de restarle
importancia, su respuesta era siempre era la misma: “!Me las tiene que pagar¡”.
Y a eso se aplicó desde que adquirió el grado de matador de toros, a finales
del año 12. Precisamente con ese
propósito buscó el mano a mano de Madrid con la corrida de Palha, que Bombita
rechazó. Se había impuesto José en
Valencia, como luego hizo en la referida corrida de San Sebastián. Pero cuando
llegó la feria de Sevilla ya la pugna se hizo abierta y rotunda. Comenzaba a
zanjarse ese pleito de familia que Bombita había planteado.
Una
feria de cuatro corridas
Ese año de
2013 se celebraron en la feria cuatro corridas de toros, entre el 18 y el 21 de
abril. Según narró “The Kon Leche”, “sobresalió
el ganado de Santa Coloma, que fue noble y bravo. De presentación, el de Miura,
que mandó seis buenos mozos. Los Urcola cumplieron; mansos los Benjumeas, pero
muy mansos, muy mansos”. Joselito
estuvo anunciado en las de Miura, Urcola y Benjumea.
De aquella
feria, The Kon Leche destacó que “Ricardo
Torres, Bombita, estuvo muy bien y valentísimo con un toro solamente, al que
dio un ceñidísimo cambio de rodillas; con los demás cumplió y procuró agradar a
la afición, aunque no siempre lo consiguió, pues hubo más de una media estocada
atravesada y otra no mirando al morrillo”.
De Rafael El
Gallo la revista madrileña --que salía a la venta “el domingo entre dos luces”,
según rezaba en su cabecera-- cuenta que “hizo una grandísima faena de muleta a
un nobilísimo Santa Colona, en la primera de feria”, pero en las restantes
tarde estuvo abiertamente mal, hasta el punto que el revistero apostilla: “Esto
no de puede hacer, señor Gallo; los aficionados no se pueden quedar conformes
con un buena faena cada diez corridas”.
Junto a “Cocherito
de Bilbao” –que estuvo “ni fu, ni
fa, más bien fu”--, completaba esta feria fue Manuel Torres “Bombita III”,
del que la revista madrileña dice que “fue el que estuvo más igual y trabajó
siempre con deseos de lucirse, consiguiéndolo la mayor parte de las veces. Muy
valiente toreando y quitando. A la hora del endiñen todas las veces atacó en
corto y por derecho. Mi enhorabuena, Manolo, así conseguirá usted sacar
cabeza”.
El
caso de Joselito
Sobre Joselito
hay versiones contrapuestas. The Kon
Leche le dedica tan sólo 7 líneas: “Joselito cumplió en general, sin hacer nada
malo ni nada bueno. Mató el más grande de los Miura, que era un mozo, y se
deshizo de sus enemigos siempre con brevedad. Hay que apuntar que en un
Benjumea estuvo tan cerca que más no cabe”.
Bien
diferente es la versión que Gustavo del
Barco toma básicamente de “Don Pío” --Alejandro Pérez Lujín en la literatura--. A modo de resumen
escribe: “José, que ha estado francamente bien a lo largo de las dos tardes
primera, raya a tan gran altura en la de los Benjumea, que a la muerte del
último toro la gente se echa al ruedo y le pasea en triunfo y se le lleva por
la Puerta del Príncipe paseo de Colón arriba”.
“Don Pío” fue mucho
más expresivo. Comienza denominándole “Joselito Maravilla” y luego
escribe: “A pulso, con las uñas y con los dientes tuvo Joselito que sacar
aplausos de aquella feria. De las tres corridas en que tomó parte, dos fueron
duras: la de Urcola y la de Miura. Las mejores faenas de estos festivales
fueron las suyas: hizo quites lucidos. Banderilleó como el sabe, mostró
constantemente los mayores deseos de agradar y de ser aplaudido y a cada toro
era para él más dura la pelea”.
Y luego añade: “Estaba toreando el último día,
valiente como un jabato, a un toro que se había refugiado en las tablas, y un
espectador del tendido le gritó: ¡Hay que arrimarse niño….! ‘¿qué no m’arrimo,
mardita sea, qué no m’arrimo’? –dijo saltándosele las lagrimas de rabia— Ahora
verás tu. Y dando un paso se metió entre los cuernos, se agarró a uno de ellos
y se volvió al tendido, preguntando rabiosamente: ¿‘M’arrimo o que’?”.
Quizás
siguiendo el entusiasmo de “Don Pío”, Gustavo del Barco viene a concluir que tras esta feria de Sevilla “los
bombistas y los machaquistas se van achicando, asustados y tal. José no es un
rival despreciable, ni siquiera un rival al que pueda vencérsele con un
esfuerzo. Joselito ha resultado. en contra de todos los cálculos y de todas las
previsiones y de todos los augurios, un rival temible al que nos e le podrá
vencer nunca. Tiene juventud, facultades, afición y un amor propio siempre en
carne viva. Y sabe de toros más que nadie. ¿Quién va a poder con él? Se achican, ase achican los del enfrente que
chillan como cornejas levamos de su indignada impotencia. ¿Qué dique poner si
no a aquel alud que se les viene encima? Los toreros-ídolos y sus partidarios
comienzan a fruncir preocupadamente el ceño”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario