MADRID.- Al mundo del toro "le sobra caspa y unos cuantos litros de gomina", asegura Salvador Boix, apoderado de José Tomás, en una entrevista con EFE, en la que reclama que las figuras sigan los pasos del diestro madrileño y opten por torear sólo en plazas importantes.
Boix ha publicado "Toros sí", una reflexión sobre la abolición en Cataluña en la que, además de analizar sus causas, propone un conjunto de reformas que garanticen la continuidad de la fiesta y "reparen los daños".
"El propio sector se ha dado cuenta: han tenido que prohibir los toros en Cataluña para replegarse, fundar la Mesa del Toro, intentar agruparse todos y dar unos cuantos palos de ciego, que no es poco con lo que había antes", dijo Boix.
Además de desprenderse de caspa y gomina, "al mundo del toro le hace falta un poco más de frescura y soltarse el pelo", sostuvo Boix, que propone mirar a Francia, una referencia a la hora de manejar el negocio, autorregularse sin intervención del Estado y poner el acento en los valores culturales de la tauromaquia.
"En Francia -añadió- ir a los toros es como ir a misa, aquello es algo muy serio". Para este escritor, músico y periodista, el debate catalán "se puede entender casi exclusivamente en clave identitaria" y los argumentos éticos, animalistas o morales que se esgrimieron en un primer momento quedaron desautorizados en favor de intereses electorales.
El debate coincide, eso sí, con un descenso en el número de festejos en toda España, un hecho que para Boix "no es malo".
"La fiesta de los toros tiene que tender a ser sostenible y a apostar por la calidad antes que por la cantidad. Tal como están las arcas públicas no es momento de ir a pedir dineros que no existen para mantener todo esto, el propio negocio tiene que autorregularse y hacerse sostenible", afirmó. Los toros deben recuperar su carácter singular, llegar a la gente joven, abaratar costes y, sobre todo, huir de la banalización, apuntó Boix.
"Yo propongo que cierta parte del escalafón de matadores, la parte de arriba, no se prodigue toreando en pueblos, porque no es su sitio. Se tiene que reconducir el espectáculo hacia el gran evento, y el gran evento sólo se puede dar en contadas ocasiones", sostuvo el apoderado.
"No puede ser -agregó- que una figura del toreo toree en un pueblo donde antes toda la vida habían toreado novilleros. ¿Dónde van a torear si no los novilleros?", se preguntó. En ese sentido "José Tomás ha marcado una línea que por cierto no le ha ido mal; primero porque torea como torea, y se compromete como se compromete con la tauromaquia, y porque tiene claro que los toros son un gran acontecimiento, porque lo que peor nos puede pasar es la frivolización y la banalización".
Eso "no quiere decir que no sean populares, al contrario: si un toreo arrastra multitudes éste es José Tomás, que practica un arte depuradísimo y con muchísima gravedad y profundidad".
Boix reclama "compromiso" a todos los implicados en el mundo del toro, desde el que se viste de luces al que cría toros y al empresario, porque "la tauromaquia es un tesoro cultural de primer orden".
"En los toros se encuentra un hombre superando el peor miedo que es el de perder la vida, y ganando siempre, y creando arte y creando belleza y sacudiendo las emociones", subrayó.
Frente a los argumentos abolicionistas, Boix cree en que los toros "pueden llegar a ser la reivindicación de una relación entre humanos y animales de dignidad. Yo propongo que lo niños vayan a los toros. Los niños podrían llegarse a creer que la relación de los humanos con todos los animales es la misma que se establece en una plaza, de tanta dignidad, y eso no sería malo", subrayó.
A los políticos les pediría que "echen un capote" a la tauromaquia, "que reflexionen sobre lo que representa exactamente la fiesta de los toros para la cultura, y para la sostenibilidad humana, que ahí se albergan valores que ayudan muchísimo a tirar para adelante en momentos duros". / EFE
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