lunes, 7 de marzo de 2011

Extraordinaria encierro con pleno de orejas y rabo para El Fandi: MIGUEL GUTIÉRREZ: EL MEJOR GANADERO DE LA AMERICA TAURINA

Cuatro orejas y un rabo se ha llevado a su esportón El Fandi, en una gran tarde de toros del hierro de Ernesto Gutiérrez, donde sus pupilos fueron protagonistas de excepción
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

Una corrida de ribetes históricos. La racha de bravura y nobleza de los pupilos de Don Miguel Gutiérrez, han protagonizado una de las paginas más bella que guarda el toreo. La presencia de una corrida brava, bravísima, noble, sin malas ideas, que pelearon de lleno y franco al caballo, y que en su mayoría entregaron su existencia con la dignidad que anhelamos y necesita el toreo en nuestro país. Una lección de constancia, dedicación y selección meticulosa, de parte de un hierro que este año ha protagonizado un record histórico de regularidad de triunfos… en fin, ¡una gran tarde de toros!

Ayer el ruedo de la monumental merideña se ha registrado una entretenida tarde de toros, y que mejor dicho, toros, pues los seis astados lidiados han dejado muy en alto el pabellón de la ganadería manizaleña, ante una terna de espadas que siendo sinceros, les quedó grande la dicha y manantial de bravura que ofrecieron en capa, petos, banderillas y muleta. Otra cosa también la lidia que le dieron, con baches tanto de toreros, como del mismo personal de peonaje, cada tarde a más en su ineptitud y solvencia para resolver los pasajes de lidias que se tornan verdaderas capeas.

La corrida marcaría panorama con el precioso jabonero sucio que abrió plaza; fue este el preludio de bravura que colmó la tarde, cuando de capa Antonio Barrera le enseñó el camino largo y templado por verónicas. Fue esto lo más destacado, pues luego vendría el espectacular percance del banderillero Mauro Pereira, cuando de mala manera fue empitonado en el tercio de matadores, al clavar por el lado derecho. El derrote seco y volteretón hizo temer lo peor. Así, tras un tercio de varas donde se le sangró con saña, Barrera dejaría mucho que desear, pues nunca le encontraría la distancia ni la medida exacta a una embestida que le desbordaría por ambos pitones, en trasteo trapacero, vulgar, dejándose así ir una brava acometidas que tras esta receta de tela fue yéndose a menos. Le despachó de estocada perpendicular, ligeramente delantera en dos ocasiones, para ser silenciado.

Más comprometido se le vio, y poco resolutivo en su segundo, otro gran toro, el cual paso nuevamente en la simpleza de la vulgaridad, del olé fácil, frente a un ejemplar que por momentos estuvo por encima de su planteamiento. De verdad, mal momento que el espectador de tendidos altos poco entendió pero sí los escasos que siguieron al pie de la letra una labor “ratonera” a un gran toro que se fue al destazadero con muchísimos muletazos aún en su haber. Después de un espadazo en buen sitio, con lenta agonía en los medios, se le premia incomprensiblemente con una oreja de corte barato por parte de un juez de plaza poco enterado, que por lo menos tuvo el acierto de premiar con vuelta al ruedo al bravo toro.

Fandi vendría hacer su pleno de orejas, a razón de sus inocultables virtudes. Lo hizo en su primero del lote, animal el cual supo llevar por la senda de temple, mando, ligazón y en especial disposición y ambición. Fue así que por ambos pitones David se acoplaría a la entregada embestida (pese al fuerte puyazo) de un toro agradecido con la lidia total (capote, banderillas y muleta) que ofreció Fandila, sacando a relucir su vasto rodaje. El espadazo desprendido dio pie a la concesión de dos orejas, un tanto generosa la última.

Otro recital de lidia total la que ofreció frente a «Sinsonte» es un claro compendio de lidia pulcra de comienzo a fin. El mero tramite capotero fue prolegómeno de un meritorio tercio de rehiletes, clavando hasta cuatro pares, frente a la brava acometidas desde todos los terrenos de un gran toro, con una embestida galopante y a más a media que transcurría labor. Con la pañosa se hizo por bajo a primeras con el recorrido del toro, con el fin de dar un completísimo concierto de muletazos con la lluvia presente, primero por la diestra y luego por la zurda, con un magisterio y autoridad avasallante. Así transcurrió trasteo hasta que decididamente se fue por la espada, dejando un estocada entera, ligeramente ladeada, para cancelar un triunfo que deparó en el corte de los máximos trofeos, bajo la petición de un público extasiado, que de poco valió que aguantara la presidencia hasta el extremo la concesión del máximo trofeo. Por cierto, desacierto del palco presidencial obviar a este toro también la vuelta al ruedo, más o igual de meritoria que el anterior, de Barrera.

Rafael Orellana completaba terna y a fe que se mostraba las diferencias de rodaje y capacidad que sus compañeros. Ligado fue el saludo con el percal que mostró, para venirse en banderillas, en tercio de muchas dudas, en especial de terrenos, clavando con ligereza y compromiso en los embroques, dejando la estela de no dominar dicho tercio. Con la muleta, diversos fueron los momentos de lucimiento que dejó en la retina el coleta en mención, donde por la diestra se le vería pasando ceñido y con regusto la embestida del animal. Similares cotas se vio por la zocata, aguantándole con firmeza el dulzón recorrido de su antagonista. Una pena que la espada, en tres viajes así como un descabello, dejaran so labor en palmas, que repetiría en el que cerró plaza, ante otro noble y destacado ejemplar, que en este caso de tanto humillar en reiteradas ocasiones le permitió al espigado torero series, en especial por la zurda de gran dimensión. Materia pendiente reprobada que actuaciones como estas se vayan por el garete del mal manejo de la espada, lo que en el caso de Rafa es imperdonable, ante la escasez de toreros venezolanos atractivos de cara al aficionado, en los actuales momentos.

En fin, hermoso espectáculo el que nos han ofrecido «Líder», «Barrilero», «Roger», «Quiteño», «Sinsonte» y «Burbujita», nombres que a partir de ayer han quedado escritos con letras de oro para la posteridad. ¡¡¡Enhorabuena Don Miguel…!!!!

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia”
XLII Feria del Sol 2011. V corrida de abono.
Lunes 7 de marzo de 2011.

Con casi lleno, algunos claros en el numerado de sombra, y abarrotados los tendidos de sol y sombra (aproximadamente 15.500 personas), en tarde nublada, fría, con lluvia llovizna una hora antes del comienzo y lluvia desatada a partir del final de la lidia del 4º, se han lidiado toros colombianos de HEREDEROS DE ERNESTO GUTIÉRREZ ARANGO (Miguel Gutiérrez) acordes de presencia, en el tipo de la casa, con bravura y nobleza suprema todo el lote, con bondad y gran recorrido los lidiados en 4º (premiado con vuelta al ruedo de nombre «Quiteño» Nº 55 de 436 kilos) y 5º; bravo y con temperamento el 1º, dulzón 2º, 3º y 6º, con notable nota en el caballo, peleando y romaneando, humillando al peto, algunos de estos excesivamente sangrados.
Pesos: 480, 435, 480, 436, 495 y 425.

ANTONIO BARRERA (Azul rey y oro). Silencio y oreja.
EL FANDI (Azul noche y oro). Dos orejas y dos orejas y rabo.
RAFAEL ORELLANA (Catafalco y oro). Palmas y palmas.

Incidencias: Presidió el festejo Acacio Sandia Briceño, con irregular desempeño. *** El banderillero Mauro Pereira en el 1º fue empitonado mientras clavaba banderillas, sufriendo según reporte extraoficial de la enfermería, fractura de fémur y clavícula derecha. *** Desastrosa actuación nuevamente del puntillero de cuadrilla, levantando hasta cuatro toros en el curso de la tarde.

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