ROSARIO PÉREZ
ABC de Madrid
«La Fusión Internacional por la Tauromaquia (FIT)
comunica que, por motivos personales, Simón Casas se desvincula de este
proyecto para continuar su carrera en solitario. Emtsa, a pesar del compromiso
pactado y firmado, da el acuerdo por finalizado. La FIT, siguiendo con las mismas
bases de apoyo y fortalecimiento de la tauromaquia, continuará con la fusión ya
existente entre Emtsa y José Cutiño y con el proyecto iniciado en el mes de
enero».
Este era el comunicado que la FIT enviaba al filo
de la una del mediodía para anunciar que el productor francés dejaba el buque
del multimillonario Alberto Baillères. Recordemos que la Fusión que se dio a
conocer en enero a los medios a bombo y platillo estaba integrada por el
magnate mexicano -con Antonio Barrera como su representante en España-, Cutiño
y Casas, «pieza» esencial este «puzzle» internacional. Estos dos últimos ya
antes eran socios en plazas como Zaragoza y Málaga.
¿Qué ha pasado para que después de ese canto a la
necesaria fusión ahora llegue el primer «divorcio»? ¿Cuáles son los motivos de
Casas? Nos ponemos en contacto con él. Su primera frase: «No tiene mayor
importancia, ni hay conflicto ni ningún problema». ¿Entonces? «Tenía la opción
de entrar como socio comercial de la FIT o quedar independiente, y he optado
por la independencia, porque la prefiero y corresponde más a mi forma de ser y
a mi historial personal. No tengo necesidad de vender acciones ni de entrar en
otros negocios. No hay conflicto, sigo apoyando su proyectos. Pero he
reflexionado y ser independiente corresponde más a mi destino y a mi
posicionamiento personal. Las relaciones con Cutiño, el señor Baillères y
Barrera son excelentes. Pero he meditado y tomado esta decisión. Y para los que
piensen que yo me vendo, quiero aclarar que ni nunca me he vendido ni me pienso
vender».
El antes y el ahora
Le recordamos la rueda de prensa, a mediados de
enero, en la que se dio a conocer la FIT y sus declaraciones a un grupo de
periodistas, donde reconocía que «el potencial económico» de Alberto Baillères
era imprescindible para esta fusión. «Si no tengo apoyo económico, no hubiese
podido continuar en la Tauromaquia. No digo que la FIT sea la salvación del
toreo, pero sí digo que si no hay salvadores se acaba la Tauromaquia, porque
somos inadaptados al movimiento sociológico y no tenemos economía propia ningún
empresario», aseguró entonces Casas. Este miércoles el discurso sonaba
distinto: «Se me debió entender mal o yo me debí explicar mal».
Su economía
Y añadió: «Yo considero que la Fiesta necesita
apoyo en general, inversión y protección económica, eso sí. Y que la
globalización y la unión son necesarias en la respuesta a los ataques a la
Tauromaquia. Pero yo tengo capacidad empresarial. Soy empresario de plazas muy
importantes, con nuevos contratos en plazas como Valencia y Zaragoza que sí son
buenos y sostenibles. Los de hace cinco o seis años, en otra coyuntura
económica y de mercado, eran insostenibles por exceso de espectáculos y de
canon de piso de plaza. Todo ha cambiado: en Valencia, por ejemplo, tengo un
contrato nuevo con 200.000 euros menos de piso de plaza. Claro que tuve
pérdidas, pero me lo tomé como una inversión. No hay que confundir pérdidas con
inversiones. La temporada pasada hice unas Fallas calificadas de históricas y
rescaté El Pilar. Mi lucha la financié y la gané yo solo, buscando la calidad.
Y ahora tengo por delante buenos contratos, en plazas de primera con Valencia y
Zaragoza». Casas, que mueve unos diez millones de euros de cifra de negocio
anual, se extendió más en su economía: «Está perfectamente sana. Si tuviese
problemas económicos, no haría los carteles que hago. Tengo la confianza de las
figuras del toreo, de ganaderos y de las entidades públicas. Aunque a veces
haya pagos diferidos como en tantas empresas, no debo un euro a nadie».
Así queda el mapa de la FIT
Regresamos al mapa de la FIT. Simón Casas se
desvincula, pero el empresario francés tiene vinculación en Zaragoza y Málaga
con José Cutiño, que sí sigue dentro del proyecto. ¿Qué sucede entonces? «No
solo no tengo conflicto con la FIT, sino que la FIT sigue siendo socia mía en
Zaragoza (donde tengo mayoría con el 70 por ciento) -detalla el productor-,
porque Cutiño ha vendido su negocio a la FIT. En Málaga, donde tengo una
participación menor, soy yo el socio de la FIT. En el caso del apoderamiento de
Francisco Rivera Ordóñez, vamos al cincuenta por ciento. En Valencia, Nimes y
Alicante, voy por libre al cien por cien».
Casas continúa: «Lo que ha cambiado es que, en vez
de entrar en una operación comercial con toma de participaciones y acciones con
la FIT, guardo mi independencia total con excelentes relaciones con ella y,
además de las buenas relaciones, somos socios por mediación de Cutiño».
Hablamos de fechas. El empresario, satisfecho con
su camino en libertad, las desglosa: «Cuando se presentó, se había firmado un
acuerdo de negocio, que tenía que desembocar en el mes de febrero en un
contrato definitivo o no. Yo seguía con mis reflexiones... Lo que firmé en
diciembre fue un precontrato con una fecha de caducidad del 15 de febrero. Como
el 15 no se firmó el contrato, guardé la libertad de reflexionar. La semana
pasada comuniqué mi decisión y ayer nos reunimos». Casas insiste en que no ha
surgido «ningún conflicto», que sencillamente tras la meditación ha prevalecido
su filosofía de «independencia».
Aprovechamos para hablar con Casas sobre el
ofrecimiento de Manuel Benítez «El Cordobés» de torear un festival («o varios»)
en Zaragoza o Valencia a beneficio de los damnificados por la riada del Ebro.
«Acabo de enterarme por ABC. Mis plazas están abiertas para El Cordobés, porque
es un monstruo, un personaje histórico y muy amigo mío. Si él considera
necesario su apoyo con un festival, ya lo hablaremos».
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