El
encaste Pedrajas, en riesgo de desaparición
En julio se
cumplirán dos años de la operación mercantil por la que José Ortega Cano vendió
a la empresaria peruana Rocío L. Torres Carcasi la dehesa y las ganaderías --de
toros y caballar-- "Yerbabuena", que era uno de los últimos reductos
donde sobrevivía el encaste "Pedrajas", hoy declarado en riesgo de
extinción. Desde entonces, salvo cuatro inscripciones realizadas en el Registro
Mercantil relativas a asuntos societarios, nada se sabe de esta ganadería. En
las estadísticas taurinas no aparece que haya lidiado una sola cabeza. Pero
tampoco se ha conocido noticia alguna de las actividades, agrícolas, ganaderas
y sociales que antes se desarrollaban en esa finca.
Redacción
TAUROLOGIA.COM
Va ya para dos años que la ganadería de Yerbabuena
cambió de manos. Y desde entonces nada se ha vuelto a saber de ella. En las
estadísticas taurinas no figura que haya lidiado ni una sola res. No siquiera se ha tenido
noticia algún en relación ni con la ganadería, ni con su yeguada, ni con las
instalaciones dedicadas al ocio y el turismo. Sencillamente, es como si no
existiera.
No han sido pocos los informadores que han tratado
de entrevistar a la nueva propietaria de “Yerbabuena”: todos los intentos han resultado
baldíos. Pero, incluso, la página web a
través de la cual se accedía a toda la información sobre la dehesa y sus
ganaderías, de toros y caballar, ya no se encuentra operativa.
Naturalmente, la nueva propietaria está en su
derecho de llevar sus asuntos con absoluta discreción, sin protagonismo alguno.
Lo que resulta preocupante es que en esa finca pastaba el último vestigio de un
encaste como el Pedrajas, que si no preserva acabará por desaparecer. Y en ese
camino está hoy, con el exclusivo caso de los herederos de la antigua de Isaías
y Tulio Vázquez.
Como muy bien define la Plataforma por la
Diversidad de Encastes el encaste Pedrajas, que está declarado en riesgo de
desaparición, procede de una derivación
de lo antiguo de Parladé. Sus últimos vestigios están en las ganaderías de
María Luisa Domínguez y Pérez de Vargas --que fue lo adquirido en su día por
Ortega Cano-- y en la de Isaías y Tulio Vázquez.
De acuerdo con la descripción que se realiza en el portal de la Unión de
Criadores, este encaste procede de la heredada por doña Magdalena García Natera
de la antigua de García de Pedrajas, de la cual compró una punta de reses don
Manuel Guerrero Palacios y que en 1946 vendió a don Salvador Guardiola. En 1995
fue adquirida por la empresa Chipigena, S.L. quien varían el hierro y la amplía
con un lote de vacas de “Jandilla” que se lleva por separado. Por su parte, lo de Isaías y Tulio Vázquez se
formó en 1939 con reses procedentes de don Joaquín Murube y vacas y sementales
de don Antonio García Pedrajas.
La nueva propiedad
Como en su día adelantó Taurologia.com, en agosto
de 2013 Rocío L. Torres Carcasi, heredera una industria minera de oro en Perú y
propietaria de la ganadería de Checayani, pasó a ser titular de la ganadería de
“Yerbabuena”, hasta entonces propiedad de José Ortega Cano. Como nueva titular
de este hierro y divisa comenzó a aparecer en el Registro oficial de la Unión
de Criadores en el verano de 214, esto es: un año después de la adquisición.
Si nos atenemos
a lo publicado en el Boletín Oficial del Registro Mercantil, en su
edición del viernes 2 de agosto de 2013, Rocío Leonor Torres Carcasi inscribió como titular y administradora única
de la sociedad Los Raudales P&I
Sociedad Limitada, constituida el 19 de julio del citado, con un capital social
de 3.000 euros y sede social en la Finca Yerbabuena, en la localidad sevillana
de Castilblanco de los Arroyos.
En el propio Registro, Los Raudales p & i
Sociedad Limitada aparece como una sociedad con un amplísimo objeto social. En
concreto, se declara que estará dedicada a: 1. Construcción, Instalaciones y
Mantenimiento.- 2. Comercio al Por Mayor y al Por Menor. Distribución
Comercial. Importación y Exportación.- 3. Actividades Inmobiliarias.- 4.
Actividades Profesionales.- 5. Industrias Manufactureras y Textiles.- 6.
Turismo, Hostelería y Restauración. Curiosamente en tan prolija declaración no
aparece ninguna actividad relativa al campo y la ganadería.
Como sociedad de capital, en el Registro Mercantil
las dos últimas anotaciones que figuran se refieren al nombramiento (en
septiembre de 2014) y revocación (en enero de 2015) como administrador
societario de un gestor italiano: Massimiliano Salvi, que tuvo relación con la
sociedad durante escasamente cinco meses. Con anterioridad, esta misma sociedad
había realizado una ampliación de capital, en marzo de 2014, pasando de los
3.000 euros con los que fue constituida a un nuevo capital social de 6.467.271
euros. Como es usual, paralelamente fueron modificados sus estatutos sociales.
Aunque su apoderamiento en la sociedad propietaria
de “Yerbabuena” resultó muy breve, llama la atención la figura de Massimiliano
Salvi. Se trata del titular de una
asesoría de gestión, fiscalidad y contabilidad, que tiene como sede oficial la
Via M. da Caravaggio, en la localidad de Arezzo, capital de la región de la
Toscana. Si nos atenemos a lo que dicen las enciclopedias, llama la atención
que Arezzo tiene como industria principal la elaboración de joyas de oro.
Precisamente a la explotación de la minería del oro se dedica la empresa que en
su tierra natal de Perú desarrolla la hoy propietaria de “Yerbabuena”, Rocío L.
Torres Carcasi.
Torres Carcasi es también propietaria de la
ganadería peruana de Checayani, que se consideró importante en el Perú y donde
era todo un símbolo de las ganaderías bravas del sur. Esta ganadería tuvo su
origen en 1960, cuando don Carlos Gallese importa una vacada y unos sementales
de la ganadería española de Urquijo,
puro encaste murube. En 1965 vende la ganadería a dos personas desconocidas en
esos menesteres por entonces: los señores Soto y Macedo, pero finalmente don
Umfredo Macedo se quedará como único titular del hierro y la ganadería. La
nueva vacada la instaló en la provincia
de Azángaro, en el departamento de Puno. Posteriormente refrescó la sangre con
sementales de la ganadería de Campo Nuevo. El nuevo propietario fue pronto
considerado como un estudioso y un gran ganadero manteniéndose con profesionalismo. Sin embargo, nunca fue
reconocida como grande porque nunca lidió en la feria mas importante del Perú,
la del Señor de los Milagros.
En el año 2011 la ganadería y la finca pasó a ser
propiedad del empresario don Percy
Torres Ríos, minero de profesión, que dedicó parte de la hacienda a labores de
la minería del oro, en tanto en otra parte mantuvo la ganadería. Por esta vía
llegó posteriormente en 2012, tras el fallecimiento de su titular y de su único
hijo varón, a su hija doña Rocío Leonor Torres Carcasi.
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