viernes, 20 de marzo de 2015

NOVENO FESTEJO / NOVILLADA – FERIA DE FALLAS EN VALENCIA: Sorprendente debut del mexicano Leo Valadez

Grata impresión del novillero hidrocálido que corta una oreja como el valenciano Cristian Climent  en una tarde difícil por la meteorología y una novillada nada fácil de Gibaja; Espada, como sus  compañeros, cobró una voltereta
Cristian Climent
ZABALA DE LA SERNA
Foto: EFE

Ya lo dice Paco Picó: "En Valencia no sabe llover". Si al menos la lluvia hubiera templado el  viento... Pero los chavales hubieron de enfrentarse a otra tarde desapacible. Y, para más inri, a una  novillada fuerte y nada fácil de Gibaja.

Al mexicano Leo Valadez, que debutaba con picadores, ni el clima adverso ni un novillo desabrido de Gibaja le frenaron. Variado con el capote, seguro con los rehiletes y sobre todo muy asentado con la muleta desde que se plantó de rodillas peligrosamente en el prólogo: el utrero de cara muy suelta se metió por dentro y los pitones le afeitaron los pómulos. Por las dos manos, especialmente por la izquierda, dejó constancia de un prematuro y buen oficio que sólo el acero frenó.

Otra vez demostró Leo Valadez con el serio sexto su precocidad con el capote a la verónica, en un  galleo y en unas lopecinas/zapopinas rematadas con las rodillas por tierra. Y su soltura con los palos. Ante la incertidumbre inicial del pitón derecho, el novel hidrocálido apostó por su sólida izquierda: largo el trazo, atalonada la planta y la muleta por abajo. Sorprendente. Como la mejoría del pujante utrero por la mano contraria. Superior debut de Valadez con un broche de suelta zurda y un espadazo rinconerillo.

Cristian Climent, valenciano de El Puig, es un calco de El Soro en su juventud. Física y  conceptualmente. Climent, que ya había cobrado una voltereta en un quite por gaoneras, ofreció  banderillas a Valadez con un quinto muy hecho -el mundo al revés- que era una prenda. Como 'currado' o toreado. Valadez perdió pie cuando le cortó el viaje en la reunión y se llevó una tunda en el suelo. Climent pasó un trago entre el traicionero Eolo y el indómito bicho. La victoria consistió en salir por su propio pie para mirar como trofeo la oreja que se había embolsado de un bonito sangrado y desfondado segundo.

A Francisco José Espada le vino Dios a ver. Que se levantase indemne del volteretón que le pegó de salida el cuajado cuarto respondió a un puro milagro. Intercaló en la salutación una chicuelina y el toro se le quedó debajo. La caída sobre el cuello fue durísima y, finalmente, afortunada. Incluso para salvar un pitonazo como un gancho a la cara. Espada se espoleó con la muleta ante un toro muy agarrado al piso, como lastrado de atrás. Tiró de él con firmeza y dándole sus tiempos. Pero la remisa embestida acabó rajada. Encontró su cruz en la espada, que había manejado con acierto en un primero sin gas.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Valencia. Viernes, 20 de marzo de 2015. Penúltima de feria. Un cuarto de entrada.
Novillos de López Gibaja, bien presentados y de diferentes hechuras; un 1º de poco gas;  el sangrado 2º apuntó calidad pero se vino abajo; desabrido y de cara muy suelta el 3º; muy  agarrado al piso el cuajado 4º de final rajado; una prenda el muy hecho 5º; el serio y pujante 6º fue  el mejor, en especial por el izquierdo.
Francisco José Espada, de blanco y oro. Estocada tendida (saludos). En el cuarto, tres pinchazos,  estocada atravesada que hace guardia y descabellos (silencio).
Cristian Climent, de azul pavo y oro. Estocada delanterilla (oreja). En el quinto, estocada que hace  guardia y varios descabellos (silencio).
Leo Valadez, de verde botella y oro. Cuatro pinchazos y varios descabellos. Aviso (silencio). En el  sexto, estocada rinconerilla (oreja).

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