Manolo Mejía. |
EMILIO MÉNDEZ
Burladero América – México
Fotos: EFE
Ha sido verdaderamente una tristeza que los
aficionados no le hayan respondido al maestro Manolo Mejía en la última corrida
de su vida torera, al realizar una pobre entrada en los tendidos de la
Monumental Plaza México dentro de la que fue séptima corrida de la Temporada
Grande Internacional 2012-2013. Sin embargo, eso no fue óbice para que el “Orfebre de Tacuba” tuviera un digno
adiós cortando una más que cariñosa oreja en reconocimiento a su larga
trayectoria taurina.
Bajo un ambiente climático fresco y algo de
viento se lidiaron ejemplares de la ganadería potosina de Marcos Garfias, desiguales en tipo y en juego, siendo el mejor el
que abrió plaza. Regulares resultaron el tercero y el sexto, éste último yendo
a menos. Y complicados fueron el segundo, cuarto y quinto. En términos
generales no dio el juego que se esperaba.
Digna presentación de David Mora en La México
perdiendo la oreja del de su conformación tras fallar con la espada y Fabián
Barba ante el lote más complicado estuvo firme y esforzado.
El diestro defeño Manolo Mejía en el primero
de su último lote profesional bregó con atingencia para luego lancear con
calidad a pies juntos. Tras la correspondencia en la devolución de trastos y el
brindis a su señor padre, don Francisco, Manolo al huidizo e incierto marcogarfeño le ejecutó una labor
estudiosa hasta ligar series meritorias y ortodoxas por ambos lados. Vino
entonces una vitolina para engarzar
más derechazos y abrocharlos con desdeñoso pase. Siguió por ese perfil con
evidente talento, estando muy por encima del mansurrón. Y por ahí fue el resto
de la historia, intercalando una vistosa serie de molinetes. Más toreo diestro, a media altura, que remató con otro
lance del desprecio y lleno de arte. Terminó hasta el cuarto viaje de estocada
entera y contraria para ser ovacionado.
Al toro del adiós, de nombre «Alicoche», lo recibió con farol y lances
a pies juntos al hilo de las tablas para terminar bregándolo y después de
manera intempestiva el astado brincó al callejón creando pánico y provocar que
hasta el padre de Manolo, al no poder saltar al ruedo, le hiciera el Tancredo. De regreso a la arena, Mejía
quitó toreramente por chicuelinas.
Con la sarga le cuajó una sentimental y
nostálgico trasteo por el pitón derecho a un ejemplar no fácil. Le pudo Manolo
al toro recordando aquellas faenas de consagración ejecutadas por él en este
ruedo, como aquellas a «Costurero», «Zalamero»,
«Desvelado» y «Miguelón». Y así,
teniendo como fondo musical las notas tristes de Las Golondrinas, el “Orfebre
de Tacuba” se la jugó por el lado izquierdo con gran determinación.
Lasernistas, un desdén, un molinete y el
forzado de pecho para terminar,
entrando a matar para dejar un pinchazo y una estocada entera y desprendida
para serle otorgada una cariñosa oreja, siendo ovacionado en una emotiva vuelta
al ruedo entre gritos de ¡torero! ¡torero! ¡torero! y mientras recibía en su recorrido al anillo la estimación
y el reconocimiento del público que lo elevó al estatus de figura del toreo
surcaban el aire palomas que hacían más conmovedora la postrera escena torera
de Manolo Mejía.
Una vez terminada la aclamada vuelta, se fue a
los medios empuñando una blanca paloma y un sombrero de charro a donde esperó a
que bajaran sus hijos Imanol y Paloma, además del abuelo Francisco “Don Pancho” para que le cortaran el
añadido cuando flexionó una rodilla. Y mostrando la coleta ya desprendida echó
a volar la paloma en señal del adiós a los ruedos luego de más de 40 años de
torero, dando una última vuelta recibiendo también el reconocimiento de sus
compañeros de cartel, subalternos, torileros y monosabios. Adiós Manolo y
gracias por ofrecernos tu arte inconmensurable.
En el primero que le tocó lidiar al espada de
Aguascalientes Fabián Barba se fue a los medios a recibirlo de hinojos con una larga cambiada y un farol, además de pie veroniquear con empeño y llevarlo al caballo
por chicuelinas caminándole y más
adelante quitar de manera estupenda por ajustadas gaoneras. Con la muleta, en el centro del ruedo, inició por alto
hasta en cinco ocasiones y sin reponer el terreno en los cuatro últimos lances.
Le dio entonces curso a su trasteo por el lado derecho en tres tandas de buena
factura e intercalando adornos toreros. Con la mano zurda el astado no le ayudó
mucho aunque el esfuerzo y el oficio del torero siempre fue mayor y de buena
exposición. Persistió por ese lado con empeño a pesar de algunas protestas de
cierto sector del público, por lo que optó por pasarse el engaño a la mano
derecha para exponer algunos detalles de filigrana y seguir largando tela pero sin
la aprobación de la concurrencia hasta cierto punto injusta. Hizo el toreo en
redondo con voluntad hasta sufrir un susto sin consecuencias. Acabó de pinchazo
y estocada honda para escuchar división de opiniones.
A su segundo lo lanceó flexionando una pierna
y después veroniquear con voluntad, además de ejecutar un corto quite por tafalleras. Su labor con la franela, a
un ejemplar deslucido, Fabián le plantó “cara”
para realizar una faena de mucho mérito, sobre todo por el lado izquierdo. Lo
intentó por el derecho pero prefirió mejor emplearse por naturales con evidente
sitio y oficio, además de valor y entrega torera, inclusive por ahí
intercalando un vistoso afarolado seguido del pase de pecho. Se dio después a
torear de manera circular en tablas y en un palmo de terreno por el perfil
diestro. Machacona de verdad la faena de Barba, que terminó de certera estocada
para ser ovacionado.
El diestro madrileño David Mora en el astado
que abrió plaza, el de la ceremonia de su confirmación de alternativa, llamado «Miel de Penca», jugó bien los brazos en
clásicos lances a la verónica y mejor se dejó ver en un quite por chicuelinas y tomasinas. Vino luego la ceremonia de su confirmación cuando Manolo
Mejía, ante la presencia de Fabián Barba, le cedió los trastos toricidas y
entonces comenzar el ibérico su faena doblándose con suavidad, continuando
templadamente su labor a través cuatro series de derechazos más a menos.
Por el izquierdo le pegó un par de tandas
buenas en su trazo con estética y buenas sensaciones. Volvió a tomar el engaño
con la mano diestra y ya no fue lo mismo. Entró a matar de manera defectuosa
dejando envainada la espada y acabó con otra en mejor sitio pero desprendida
para escuchar algunas palmas y perdiendo probablemente una oreja.
Y en el que cerró el festejo lanceó con esmero
y valiente se vio en un ceñido quite por gaoneras.
Con la tela escarlata, previo brindis a su padrino Manolo Mejía y a su testigo Fabián
Barba, el peninsular llevó a cabo una faena entre altibajos, se le vio por
momentos con falta de temple por ambos lados, si acaso por el izquierdo tuvo
sus mejores momentos, con torería y buena disposición pero sin redondear por
los problemas que le presentó el astado. Finiquitó de estocada un tanto trasera
y tendida, además de descabello, siendo despedido con aplausos.
FICHA
DEL FESTEJO
Monumental Plaza México. Séptima corrida de la Temporada
Grande 2012-2013. Mala entrada con clima fresco y algo de viento. Toros de Marco
Garfias, desiguales en tipo y juego, siendo bueno el primero, regulares el
tercero y el sexto y, complicados el segundo, cuarto y quinto.
Manolo Mejía: Ovación y una oreja. Fabián Barba: División
de opiniones y ovación. David Mora: Palmas y palmas.
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