Escrita por el conocido crítico taurino Eutiquio Hevia
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Persona que cultivo amistad y cariño, fue sin
duda alguna toda una referencia de maestría e hidalguía dentro y fuera de los
ruedos. Ese fue el recordado César Faraco, quien hace poco más de un año hizo
viaje a la eternidad en su ciudad de adopción como lo fue San Cristóbal, donde
se forjó la consideración y el respeto de gran parte de la exigente afición
taurina que radica en la capital tachirense.
Y precisamente un tachirense el que se haya
propuesto hacerle un reconocimiento que quedara para la posteridad como lo es
el libro biográfico “César Faraco Alarcón, El Cóndor de Los Andes. Su vida como Torero,
Maestro y Amigo”, obra el cual en estos momentos está en imprenta para
su pronta salida a la calle, lo que sin duda alguna se convertirá en una obra
de consulta obligatoria para entendidos y poco conocedores de la historia viva
que forjó el coleta oriundo de la población merideña de San Juan de Lagunillas,
pero universal para todos los andinos que le conocieron.
Tal y como describe Eutiquio Hevia, el libro consta de 262 páginas donde se hace repaso a través de fotos, recortes
de prensa, crónicas, carteles, así como tarjetas y otras creaciones como pinturas
y poemas, la vida de quien sería uno de los toreros venezolanos más importantes
que ha dado América, sobre todo cuando estuvo de novillero en la plaza de grandes
triunfos como fue Madrid, a comienzos de la década del ’50.
"Faraquito" para
sus íntimos amigos fue torero forjado por uno de los patriarcas de una de las dinastías
toreras más influyentes del siglo XX como lo fue Don Manuel Mejías Rapela “El Papa
Negro”, de allí que el influyente Círculo Taurino Amigos de la Dinastía
Bienvenida, respalde esta gran obra entendiendo que fue César Faraco un torero de vastas raíces bienvenidistas, a tal punto
de haber tomado la alternativa en Las Ventas de manos de Antonio Bienvenida en pleno San Isidro del ’55, lo que marcó un
precedente para torero americano alguno.
Se espera que “César Faraco Alarcón, El Cóndor
de Los Andes. Su vida como Torero, Maestro y Amigo”, sea bautizado en
el marco de la FISS 2013, lo que sería más que un merecido homenaje y reconocimiento
a quien con su paciencia, parsimonia y dedicación al arte de los toros se hizo
un nombre para la posteridad demostrado en vida a través de la Escuela Taurina
que lleva su nombre en la capital tachirense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario