lunes, 24 de diciembre de 2012

DECIMA CORRIDA – TEMPORADA PLAZA MÉXICO: Indulto de Angelino de Arriaga, buena impresión de Eduardo Gallo

Angelino de Arriaga
Eduardo Gallo

SUERTEMATADOR.COM
Fotos: EFE

Se dio la penúltima corrida del año en la Monumental Plaza México, décima de la Temporada Grande Internacional 2012-2013, misma que estaba naufragando en el mar del tedio y aburrimiento por el pobre juego del encierro titular de Carranco, hasta que el tlaxcalteca Angelino de Arriaga, utilizando el recurso del astado de regalo, obsequió un estupendo burel de la divisa de Jorge María, que dio estupendo juego y terminó siendo indultado, salvando así la tarde, aunque la verdad sea dicha, su lidiador estuvo por debajo del bravo y noble toro.

Quien sí "tocó pelo" dentro del concurso normal del festejo fue Alfredo Gutiérrez luego de cobrar un estoconazo al cuarto ejemplar de la tarde. Eduardo Gallo dejo ir las orejas tras fallar con la espada ante su primero dejando buenas sensaciones después de una faena elegante y con mucho valor por parte del salmantino que estuvo por encima de su lote.

De esta manera, ante una discreta entrada y buen clima, se lidiaron seis ejemplares de la dehesa potosina de Carranco, que acusaron debilidad y poca fuerza en términos generales, además de evidenciar falta de casta y deslucimiento. Y un séptimo ejemplar de regalo, de la dehesa de Jorge María, muy bueno, que al final se le perdonó la vida.

El espada defeño Alfredo Gutiérrez en el toro que abrió el festejo ejecutó lances a la verónica, a pies juntos, enhilado a las tablas, para luego irse al tercio realizando la misma suerte con buen empeño. Con la muleta comenzó su faena en la zona de tablas para después llevárselo a los medios y ahí, a pesar de la poca fuerza del astado, realizar un par de voluntariosas series derechistas con alguna intermitencia. Por el pitón izquierdo, sin emplearse del todo el carranqueño, pocas posibilidades tuvo para lograr momentos lucidos. De nuevo por el derecho acortó distancias, pero ante la nula colaboración del cornúpeta simplemente se limitó al intento por ligar pases pero todo se redujo a una torera labor de aliño. Terminó de estocada caída para escuchar palmas.

En su segundo, de nombre «Payaso», también débil y que fue pobremente protestado por falta de presencia, poco pudo hacer con el capote. Con la muleta inició doblándose para luego en los medios ligar una serie con la derecha y más adelante sacar uno a uno los muletazos de manera empeñosa. La misma historia se dio por el lado izquierdo, aunque gracias al esfuerzo que desplegó fue por donde de alguna manera obtuvo sus mejores instantes. Un molinete, la vitolina fueron seguidos de derechazos dispuestos pero la nula colaboración del toro hizo que el público se desesperara y se metiera injustamente con el torero. Más pases con la izquierda sueltos sin respuesta para entrar a matar, dejando una soberbia estocada que bien le redituó el corte de una más que merecida oreja pero que ese mismo público increpante, que solicitó el apéndice, después de manera increíble se la protestó cuando la verdad esa misma gente ni siquiera se dio cuenta de la forma tan pura en que Alfredo logró la suerte suprema. Ni hablar.

En su primer astado, el diestro salmantino Eduardo Gallo jugó bien los brazos, tanto con el compás abierto como a pies juntos, en lances a la verónica. Llevó el toro al caballo por chicuelinas, caminándole. Su quehacer de muleta lo comenzó con pases medidores de embestida, yendo de las tablas a los medios, para más tarde ligarle dos tandas por con la mano derechista, empleando un estupendo temple y calidad. Se pasó el engaño a la izquierda para recetarle naturales en dos toreras series. De regreso al perfil diestro, no obstante lo soso y la corta embestida del toro, le engarzó muletazos de gran valor y disposición, en redondo y en un palmo de terreno, aguantando de verdad, derrochando sitio y mucha técnica que aderezó con un desplante a cuerpo limpio. Un trincherazo, el de pecho y más toreo en redondo sin enmendar el terreno. Mató de pinchazo y estocada desprendida, además de tres golpes de descabello, para ser ovacionado tras un aviso.

A su segundo, que igualmente fue protestado de manera ligera, nada hizo con el capote. En el tercio de varas, buen puyazo del picador Eduardo Reina para a continuación Gallo quitar valiente por chicuelinas. Brindo al C.P. Juan Castañeda, gerente operativo de la empresa que gestiona la plaza México, quien lamentablemente hace unos días falleció su madre y ante esta pérdida el salmantino tuvo el detalle y de esta manera darle sus sinceras condolencias. Ya con la franela ejecutó una labor a base de mucha espera por la poca fuerza del toro hasta lograr alguno que otro muletazo meritorio por ambos lados y que la gente se lo agradeció. La verdad es que fue imposible para el dispuesto y entregado torero el poder estructurar un trasteo pero gracias a ello, al pisar terrenos comprometidos y de sacar los pases a cuenta gotas fue que el respetable le aplaudió su pundonor. Acabó de estocada caída y fue despedido entre ovaciones que agradeció en el tercio.

El torero tlaxcalteca Angelino de Arriaga en el primer ejemplar de su lote veroniqueó con encomiable voluntad. Después quitó vistosa y variadamente por valentinas, una gaonera y una chicuelina para hacerse aplaudir. Su labor muleteril tuvo como prólogo pases por alto para luego tirar del astado y llevárselo al centro del ruedo, donde dispuesto le largó cuatro series derechistas a media altura por lo débil del "socio" que tuvieron mando, estética y clase, además de temple, resultando mejor la última de ellas. Por naturales no obtuvo la misma respuesta del ejemplar potosino, por lo que volvió a torear con la mano diestra, con buen oficio pero sin mucha trasmisión a los tendidos. La faena de los medios se trasladó a la zona de tablas con pasajes de aliño, terminando de media estocada y se le aplaudió el esfuerzo. En el segundo que le tocó lidiar, otro inválido, cerrado en tablas, le dio una larga cambiada de hinojos y ya de pie lo bregó con atingencia y buen oficio. Quitó en su momento por chicuelinas sin encontrar respuesta en el público. Tras concluir el tercio de banderillas, el subalterno Christian Sánchez se desmonteró en el tercio por un valiente par de garapullos. Con la tela escarlata, Angelino elaboró un trasteo corto por las paupérrimas condiciones del burel y lo despachó de acertada estocada para ser aplaudido.

Regaló un séptimo toro, llamado «Revolucionario», marcado con el número 902 y con 540 kilos, éste de la divisa tamaulipeca-guanajuatense de Jorge María, al que De Arriaga le endilgó una verónica y cuatro chicuelinas que prendieron en el ánimo de la poca concurrencia y después quitó mejor por chicuelinas nuevamente. Con la muleta inició por alto en tablas para ligar el trincherazo, el de la firma, tirar del astado hasta los medios y ahí aprovechar el viaje para dar otro pase de trinchera. Vinieron entonces dos series derechistas sin haber mucha ligazón.

Mejor se vio por el izquierdo pero optó por volver a torear con la mano diestra en una tanda corta, ligando otra de naturales que abrochó con dos afarolados y el de pecho. Pero fue en otra tanda de derechazos en la que recreó de verdad y entre gritos de ¡torero! ¡torero! ¡torero! ¡torero!. Más derechazos sin estar a la altura del astado y en el que Angelino cuidaba más la figura que en torear de verdad. El trasteo no tuvo un mismo nivel, a veces arriba, a veces abajo, pero lo cierto es que hasta se le vio "verdor" al torero. Toreo en redondo, variado y alegre sin mucha fijeza en los pies a un estupendo toro. Luego, dejó enterrado el estoque en la arena para torear continuadamente por derechazos y naturales. Se desató la petición de indulto al tiempo que el tlaxcalteca terminaba con pases ayudados por alto y adornos sueltos.

Finalmente le fue perdonada la vida al astado, quedando el torero por debajo del estupendo ejemplar de Jorge María. Finalmente el toro regresó a los corrales y entre división de opiniones se le despidió a Angelino de Arriaga, quien al final dio la vuelta al ruedo acompañado del ganadero y empresario, el doctor Rafael Herrerías Olea.

FICHA DEL FESTEJO
Temporada Grande Internacional 2012-2013. Monumental Plaza México. Décima corrida. Mala entrada y con buen clima. Toros de Carranco: Débiles y con poca fuerza en general, además de ser deslucidos y descastados. Si acaso, el corrido el segundo lugar fue el que más se dejó torear. Cuarto y quinto fueron protestados sin fuerza. Y un séptimo ejemplar, de obsequio, de Jorge María, «Revolucionario», número 902 y con 540 kilos, que fue muy bueno y mereció el indulto.
Alfredo Gutiérrez: Palmas y una oreja.
Eduardo Gallo: Ovación tras un aviso y al tercio.
Angelino de Arriaga: Palmas, palmas y vuelta al ruedo con el ganadero y empresario, el doctor Rafael Herrerías Olea tras el indulto del toro de regalo.
Alfredo Gutiérrez

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