Angelino de Arriaga
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Eduardo Gallo
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SUERTEMATADOR.COM
Fotos:
EFE
Se dio la penúltima corrida del año en la
Monumental Plaza México, décima de la Temporada Grande Internacional 2012-2013,
misma que estaba naufragando en el mar del tedio y aburrimiento por el pobre
juego del encierro titular de Carranco, hasta que el tlaxcalteca Angelino
de Arriaga, utilizando el recurso del astado de regalo, obsequió un
estupendo burel de la divisa de Jorge María, que dio estupendo juego
y terminó siendo indultado, salvando así la tarde, aunque la verdad sea dicha,
su lidiador estuvo por debajo del bravo y noble toro.
Quien sí "tocó
pelo" dentro del concurso normal del festejo fue Alfredo Gutiérrez luego de cobrar un estoconazo al cuarto ejemplar
de la tarde. Eduardo Gallo dejo ir
las orejas tras fallar con la espada ante su primero dejando buenas sensaciones
después de una faena elegante y con mucho valor por parte del salmantino que
estuvo por encima de su lote.
De esta manera, ante una discreta entrada y
buen clima, se lidiaron seis ejemplares de la dehesa potosina de Carranco,
que acusaron debilidad y poca fuerza en términos generales, además de
evidenciar falta de casta y deslucimiento. Y un séptimo ejemplar de regalo, de
la dehesa de Jorge María, muy bueno, que al final se le perdonó la vida.
El espada defeño Alfredo Gutiérrez en el toro que abrió el festejo ejecutó lances a
la verónica, a pies juntos, enhilado a las tablas, para luego irse al tercio
realizando la misma suerte con buen empeño. Con la muleta comenzó su faena en
la zona de tablas para después llevárselo a los medios y ahí, a pesar de la
poca fuerza del astado, realizar un par de voluntariosas series derechistas con
alguna intermitencia. Por el pitón izquierdo, sin emplearse del todo el carranqueño, pocas posibilidades tuvo
para lograr momentos lucidos. De nuevo por el derecho acortó distancias, pero
ante la nula colaboración del cornúpeta simplemente se limitó al intento por
ligar pases pero todo se redujo a una torera labor de aliño. Terminó de
estocada caída para escuchar palmas.
En su segundo, de nombre «Payaso», también débil y que fue pobremente protestado por falta
de presencia, poco pudo hacer con el capote. Con la muleta inició doblándose
para luego en los medios ligar una serie con la derecha y más adelante sacar
uno a uno los muletazos de manera empeñosa. La misma historia se dio por el
lado izquierdo, aunque gracias al esfuerzo que desplegó fue por donde de alguna
manera obtuvo sus mejores instantes. Un molinete,
la vitolina fueron seguidos de
derechazos dispuestos pero la nula colaboración del toro hizo que el público se
desesperara y se metiera injustamente con el torero. Más pases con la izquierda
sueltos sin respuesta para entrar a matar, dejando una soberbia estocada que
bien le redituó el corte de una más que merecida oreja pero que ese mismo
público increpante, que solicitó el apéndice, después de manera increíble se la
protestó cuando la verdad esa misma gente ni siquiera se dio cuenta de la forma
tan pura en que Alfredo logró la
suerte suprema. Ni hablar.
En su primer astado, el diestro salmantino Eduardo Gallo jugó bien los brazos,
tanto con el compás abierto como a pies juntos, en lances a la verónica. Llevó
el toro al caballo por chicuelinas,
caminándole. Su quehacer de muleta lo comenzó con pases medidores de embestida,
yendo de las tablas a los medios, para más tarde ligarle dos tandas por con la
mano derechista, empleando un estupendo temple y calidad. Se pasó el engaño a
la izquierda para recetarle naturales en dos toreras series. De regreso al
perfil diestro, no obstante lo soso y la corta embestida del toro, le engarzó
muletazos de gran valor y disposición, en redondo y en un palmo de terreno,
aguantando de verdad, derrochando sitio y mucha técnica que aderezó con un
desplante a cuerpo limpio. Un trincherazo, el de pecho y más toreo en redondo
sin enmendar el terreno. Mató de pinchazo y estocada desprendida, además de
tres golpes de descabello, para ser ovacionado tras un aviso.
A su segundo, que igualmente fue protestado de
manera ligera, nada hizo con el capote. En el tercio de varas, buen puyazo del
picador Eduardo Reina para a
continuación Gallo quitar valiente
por chicuelinas. Brindo al C.P. Juan Castañeda, gerente operativo de la
empresa que gestiona la plaza México, quien lamentablemente hace unos días falleció
su madre y ante esta pérdida el salmantino tuvo el detalle y de esta manera
darle sus sinceras condolencias. Ya con la franela ejecutó una labor a base de
mucha espera por la poca fuerza del toro hasta lograr alguno que otro muletazo
meritorio por ambos lados y que la gente se lo agradeció. La verdad es que fue
imposible para el dispuesto y entregado torero el poder estructurar un trasteo
pero gracias a ello, al pisar terrenos comprometidos y de sacar los pases a
cuenta gotas fue que el respetable le aplaudió su pundonor. Acabó de estocada
caída y fue despedido entre ovaciones que agradeció en el tercio.
El torero tlaxcalteca Angelino de Arriaga en el
primer ejemplar de su lote veroniqueó con encomiable voluntad. Después quitó
vistosa y variadamente por valentinas,
una gaonera y una chicuelina para hacerse aplaudir. Su
labor muleteril tuvo como prólogo pases por alto para luego tirar del astado y
llevárselo al centro del ruedo, donde dispuesto le largó cuatro series
derechistas a media altura por lo débil del "socio"
que tuvieron mando, estética y clase, además de temple, resultando mejor la
última de ellas. Por naturales no obtuvo la misma respuesta del ejemplar
potosino, por lo que volvió a torear con la mano diestra, con buen oficio pero
sin mucha trasmisión a los tendidos. La faena de los medios se trasladó a la
zona de tablas con pasajes de aliño, terminando de media estocada y se le
aplaudió el esfuerzo. En el segundo que le tocó lidiar, otro inválido, cerrado
en tablas, le dio una larga cambiada de hinojos y ya de pie lo bregó con atingencia
y buen oficio. Quitó en su momento por chicuelinas
sin encontrar respuesta en el público. Tras concluir el tercio de banderillas,
el subalterno Christian Sánchez se
desmonteró en el tercio por un valiente par de garapullos. Con la tela
escarlata, Angelino elaboró un
trasteo corto por las paupérrimas condiciones del burel y lo despachó de
acertada estocada para ser aplaudido.
Regaló un séptimo toro, llamado «Revolucionario», marcado con el número
902 y con 540 kilos, éste de la divisa tamaulipeca-guanajuatense de Jorge
María, al que De Arriaga le
endilgó una verónica y cuatro chicuelinas que prendieron en el ánimo
de la poca concurrencia y después quitó mejor por chicuelinas nuevamente. Con
la muleta inició por alto en tablas para ligar el trincherazo, el de la firma,
tirar del astado hasta los medios y ahí aprovechar el viaje para dar otro pase
de trinchera. Vinieron entonces dos series derechistas sin haber mucha ligazón.
Mejor se vio por el izquierdo pero optó por
volver a torear con la mano diestra en una tanda corta, ligando otra de naturales que abrochó con dos afarolados y el de pecho. Pero fue en
otra tanda de derechazos en la que recreó de verdad y entre gritos de ¡torero!
¡torero! ¡torero! ¡torero!. Más derechazos sin estar a la altura del
astado y en el que Angelino cuidaba
más la figura que en torear de verdad. El trasteo no tuvo un mismo nivel, a
veces arriba, a veces abajo, pero lo cierto es que hasta se le vio "verdor" al torero. Toreo en
redondo, variado y alegre sin mucha fijeza en los pies a un estupendo toro.
Luego, dejó enterrado el estoque en la arena para torear continuadamente por
derechazos y naturales. Se desató la petición de indulto al tiempo que el
tlaxcalteca terminaba con pases ayudados por alto y adornos sueltos.
Finalmente le fue perdonada la vida al astado,
quedando el torero por debajo del estupendo ejemplar de Jorge María. Finalmente
el toro regresó a los corrales y entre división de opiniones se le despidió a Angelino
de Arriaga, quien al final dio la vuelta al ruedo acompañado del
ganadero y empresario, el doctor Rafael
Herrerías Olea.
FICHA DEL FESTEJO
Temporada Grande Internacional 2012-2013. Monumental
Plaza México. Décima corrida. Mala entrada y con buen clima. Toros de Carranco: Débiles y con poca fuerza en
general, además de ser deslucidos y descastados. Si acaso, el corrido el
segundo lugar fue el que más se dejó torear. Cuarto y quinto fueron protestados
sin fuerza. Y un séptimo ejemplar, de obsequio, de Jorge María, «Revolucionario», número 902 y con 540 kilos, que fue
muy bueno y mereció el indulto.
Alfredo Gutiérrez: Palmas y una oreja.
Eduardo Gallo: Ovación tras un aviso y al
tercio.
Angelino de Arriaga: Palmas, palmas y vuelta al
ruedo con el ganadero y empresario, el doctor Rafael Herrerías Olea tras el indulto del toro de regalo.
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