"...El deseo de torear
muy pocas corridas y nunca en plazas verdaderamente importantes que José Tomás
– solamente tres en la pasada temporada – se ha impuesto cada año últimamente
no puede ser la meta de nadie que se precie por mucho dinero que gane..."
José Antonio DEL MORAL
Cuando me dijeron que El Juli había dicho que su torero modelo era José Tomás
no quise creerlo. Me parecía imposible que Julián López tuviera un concepto
tan pobre de sí mismo. ¿Cómo alguien
que ha logrado lo que solamente consiguen las figuras más grandes quiere emular
a otro que nunca lo consiguió ni de lejos?
¿Cuántas
temporadas ha completado totalmente José Tomás; esto es, iniciarla en México y
terminarla en Lima después de actuar en todas y cada una de las plazas más
importantes y exigentes de España, de Francia y de América? Ni una.
El deseo de torear muy pocas corridas y nunca
en plazas verdaderamente importantes que José Tomás –solamente tres en
la pasada temporada– se ha impuesto cada año últimamente no puede ser la meta
de nadie que se precie por mucho dinero que gane.
Pero Tomás no ganaría tantísimo si a lo
largo de su vida profesional hubiera toreado lo obligado a su rango. Tampoco si
se dejara televisar frecuentemente. Y, sobre todo, si no disfrutara de la
descomunal publicidad que le apoya. Tan grandes e inusuales son sus campañas
publicitarias que casi nadie osa criticarle. Al contrario, casi todos los que
escriben o hablan de José Tomás son incondicionales y le ponen por las
nubes, le tratan de coloso, de inalcanzable, de único, de ejemplo y hasta le
premian anualmente con el trofeo supuestamente más prestigioso del mundo que
patrocina una empresa multinacional. Empresa que, además y para colmo, amenaza
a los medios que no se inclinan totalmente sumisos ante el de Galapagar con no
darles o retirarles la acostumbrada y millonaria publicidad que tanto le hace
falta a todo el mundo de la prensa. Por supuesto que tampoco ha importado este
tremendo escándalo que, en mi opinión, ha sido el más grande que se haya
producido nunca en el periodismo taurino. No es de chocar que desde hace
algunos años, José Tomás sea la persona más intocable de España. Ni el
mismísimo Rey Juan Carlos goza de la misma bula. Eso nunca sucedió en la
historia del toreo. A las figuras se les exigió siempre. Pero a Tomás le
vale todo y todo se le pasa.
Ya estamos leyendo y oyendo lo que han
empezado a decir de El Juli
por querer hacer algo parecido a lo de José Tomás: Que ha tirado la
toalla.
¡Menudo
ejemplo el de José Tomás!…
Estamos sufriendo las consecuencias. No es
bueno que la próxima temporada se presente ahorrativa y excluyente para una
figura tan presente como El Juli.
Lleva dos seguidas con estas faltas. El año pasado fue por lo del G-10 y por
los derechos de televisión. ¿El próximo también y por lo mismo? Esperemos que
no cunda.
No torear en las Fallas de Valencia ni en la
Feria de Abril en Sevilla ni en las isidriles en Madrid es una muestra de
decadencia, habitual en los que llevan muchísimos años en activo y sin descansar.
Pero también lo es de rendición por mucho que se toree después de pasadas estas
tres grandes citas.
Si a tales faltas le añadimos otro de los
pésimos ejemplos que viene dando José Tomás, limitarse a matar ganado
del mismo encaste y de entre solamente cuatro o a lo sumo cinco hierros, peor
que peor. En esto, no solo Tomás, también El Juli y la mayoría de las actuales figuras han caído como
moscas sobre el panal de tan dulce miel.
Pero La Fiesta no está para estos caprichos ni
para tantas mieles. La gente está más que harta de corridas flojas y
descastadas. Y si se sigue en este plan, cada año irán menos aficionados a las
plazas. Por muy bien que se toree –y es cierto que hoy en día se torea mejor
que nunca– no es lo mismo dominar reses noblemente semovientes y blanditas que
complicadamente encastadas y fuertes.
Las corridas no solo deben ser divertidas,
tienen que ser ante todo emocionantes y hasta inquietantes. Los toreros tienen
que sufrir aunque no se les note, algo propio del valor auténtico. Como tampoco
hallar casi siempre la ocasión de decir lo que ahora tanto oímos a los diestros
encopetados cuando llegan sonrientes a la barrera una vez concluida la lidia:
he disfrutado mucho.
Menos mal que no todo es malo de cara al
próximo futuro. Dos de las actuales jóvenes figuras han anunciado que el año
que viene se encerrarán con seis toros en solitario en plazas muy importantes.
El primero en anunciarlo fue Alejandro Talavante que lo hará con toros
de Victorino Martín en la
feria de San Isidro. Y el siguiente, nada menos que José María Manzanares
en la segunda de sus tres tardes en la feria de Sevilla. Ya era hora de que al
menos dos se echaran para delante con un gesto.
El triunfo de Manzanares del año pasado
en la feria de San Miguel de Sevilla, fue el gran acontecimiento de la
temporada con notable diferencia sobre las demás. Esa tarde le correspondió un Cuvillo encastadísimo y un Juan Pedro de gran clase a más de
otro simplemente noble aunque vulgar. La gran casta del Cuvillo aumentó la emoción de las por sí mismas efebrecidas
además de colosales faenas. Esperemos que entre los seis toros que saldrán en
su solitaria cita del próximo abril los haya con fuerza y con casta. Porque del
Manzanares artista lo sabemos todo. Pero del poderoso le queda bastante
por hacer y demostrar.
También Manzanares debería abrir el
abanico de sus ganaderías preferidas. Si así lo hiciere, acabaría totalmente
con el cuadro que, ahora mismo, casi es suyo por completo.
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