domingo, 30 de diciembre de 2012

QUINTA CORRIDA – FERIA DE CALI 2012: Bolívar corta la única oreja, se toreó mucho y se mató poco

Luis Bolívar y El Juli se negaron a sí mismos la puerta grande y seguramente la opción de trofeo ferial con ejecuciones lamentables de la suerte suprema. Diego González protagonizó una gesta.
Luis Bolívar
JORGE ARTURO DÍAZ
Burladero América / Colombia
Fotos: EFE

Los herederos de Ernesto Gutiérrez, enviaron un encierro atípico. No conformaban precisamente un retrato de familia estos seis con su disparidad. Cuernas, Caras, cuerpos y sobre todo modos, no hablaban de aquellos famosos Gutiérrez que derrochan nobleza y fondo en Manizales. Hubo en alguno, quizá en el mansito dócil de la increíble vuelta, un aire lejano, pero bravura, ni por el forro Señor presidente, por favor, hay otras formas de halagar los ganaderos sin demeritar a nadie.

Afortunados estuvimos, pues ahora que Valencia, Madrid y quizá Sevilla no podrán ver al Juli, nosotros, por acá tan lejos, vimos tres; el gran maestro, el novillero hambriento y una sola figura verdadera. Sólo eso pagaba la corrida. El milagro lo propició la diametralidad antagónica de su lote. Un pastueño desganadito al que comenzó a hipnotizar con verónicas, chicuelinas, medias, orticinas, cáleserinas y largas, y terminó esclavizando con una muleta que parecía mágica pues lo hacía circular alrededor de su estatua, y lo regresaba por donde parecía imposible. Dele que dele, y la plaza que se caía. Lo que hace El Juli con el toro no lo hacen los demás sin el toro. !Por esta! Con dos molinetes y uno de pecho lo igualó, lo pinchó tres veces y sin estoquear le dio con la cruceta tres más. !Ah?

El otro Juli apareció con ese quinto huido, manso de solemnidad. Cualquier otro le pega par doblones y una estocada sin que nadie le pueda chitar. Pero este no es cualquier otro, es El Juli, y como empeñado en que aún el peor de los toros tiene lidia y triunfo, tiró para delante, y cual maletilla hambriento en una capea de la oportunidad, le buscó y le buscó la cara, largamente, sin descomponerse, y le arrancó y le arrancó pases a pares y a ternas. La banda rendía honores a la torería y la muchedumbre bramaba. Era el triunfo imposible. Estocada trasera subcutánea y tres descabellos.

Dos Bolívar también vimos, y por similares razones. Al tercero, noble, aunque poco pronto y con un tris de aspereza le prodigó un recital de capa en el cual brillaron más cuatro cacerinas y una revolera para colocarlo exacto en suerte de varas. Derechas y naturales ligadas en redondo y en círculos de noria, martinetes,  flores, firmas, pechos etc, etc. en medio de una escandalera de órdago. Era otra vez el triunfo ahí, a la mano, y como para no ser menos que su padrino, medio estoque, tres yerros con el descabello, y encima, el palco viene y, sin que nadie se lo insinuase siquiera, se saca de la manga esa insólita vuelta para  el mansurrón. Hágame el favor.

Y con el sexto, manso y medio, pues, qué más, pura y terca vehemencia apresando al estulto en la muleta para que no viera escape y se moviera en órbita tras ella, una y otra y otra vez,  y el paisanaje a mil, con pasodoble y todo. Estocada y la única oreja.

Diego González, frente al peor lote, ambos mansos broncos. Anduvo aseado, correcto, impecable tal vez, hasta que nadie sabe por qué se apresuró a pinchar sin igualar y los paisanos se le enojaron. Porque la espada ha sido su cruz. Media, otra honda, y un aviso. Al primer lance el sexto le corneó. Por la tronera de la seda se veían la sangre y el boquete de la herida. No se dejó llevar. Así mermado, sereno, luchó al unipase contra la adversidad, pero ahora con una comprensión que antes le habían mezquinado. Dos en hueso y una espada contraria y delantera. Cruzó el ruedo hacia la enfermería bajo una ovación.

El encierro tuvo menos virtudes que defectos pero pese a ello la tarde se llenó de torería y de pronto se hubiese llenado también de orejas. Al final, la suerte suprema dictó sentencia. Para eso es suprema.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Cañaveralejo. 6a de feria. Sol y viento. Casi lleno. Seis  toros de Ernesto Gutiérrez, disparejos de presencia, dos bajos de raza y cuatro mansos. Vuelta al ruedo al 3o, palmas al 2o y pitados los otros.
Diego González, silencio tras aviso y palmas.
El Juli, saludo y saludo.
Luis Bolívar, saludo y oreja.
Incidencias: Diego González corneado por el 4º al recibirlo de capa, después de lidiarlo y matarlo, pasó a cirugía con una cornada en el tercio superior del muslo derecho.
Diego González

sábado, 29 de diciembre de 2012

CUARTO FESTEJO – FERIA DE CALI 2012: Castaño asustó a Cali y se fue por la puerta grande


JORGE ARTURO DÍAZ REYES
Burladero / Colombia
Fotos: EFE

CALI (Colombia).- Los bogotanos de Juan Bernardo Caicedo, livianos excepto el primero, disparejos, poco maduros, trajeron raza, quizá mucha, pues en sus peleas la rudeza y mal genio le ganó a la nobleza. Sin embargo a la gente le gustaron así pues aplaudieron cuatro arrastres. El temperamento pasa más que la bobería, no hay duda, estoy de acuerdo. Por otro lado, las multicolores capas jaboneras, negras y coloradas pregonaron los ancestros vazqueño del encierro y matizaron la tarde.

Javier Castaño abrió bien con el más toro y quizá el más bronco. Seis lances enjundiosos antes de que Clovis le infiriese con la puya un feo tajo en la paleta, y el herido comenzara a blandear y a defenderse. Halando y halando, tragando y tragando, vinieron las tandas, punteadas, remolonas, cabeceadas; de a tres en tres. No había oropel, (cómo) pero había mérito, harto, que desgraciadamente borro la punta del estoque al asomar por los bajos.

El cuarto, pequeñín pero astifino y agresivo, arremetió a las cuatro verónicas, cuatro chicuelinas y la revolera todas muy embrocadas y vibrantes. Era el último toro del leonés en Cali, el del adiós o el del vuelve pronto, y con un rictus de aquí fue, dos rodillas en tierra, espalda contra tablas, los puntas por el cuello cuatro veces, tres más, por la faja, y ya de pie, a los medios con un autoritario pase de pecho. La plaza estalló. El valor desnudo es irrefutable. La reyerta, eso fue, porque no hubo melindres, complicidad ni piedad en los encuentros, se prolongó por una y otra mano hasta que «Estudiante» perdió empuje y entonces vino el arrimón desafiante, provocador, despectivo. Cuerpo en la cuna, péndulo con pitones a espalda y pecho, pies atornillados, circulares obligados p´allá y p´acá, rodillas a tierra, hombro en la testuz, y una cogida esperada, fea, de aparato, con paliza en tierra. No pasa nada, vuelve y juega. El estruendo era total pero cuando la estocada tiró sin puntilla, la batahola subió a volumen demencial. Dos orejas a la hombría, la torería y la honradez. A eso que gustaba antes.

Pablo Hermoso, maestro, exacto, alegre sobre «Villa«, «Manolete», «Viriato» y «Pirata» renovó fidelidades y arrobos. Mató contrario y recibió una oreja digna. Todos pensábamos que con su facilidad única esto no era sino el preámbulo de otro gran triunfo, pero no. Errático en banderillas (tres al suelo). Espectacular en las cortas a dos manos, e impreciso con el rejón contrario, trasero y tardo, vio como se iban las orejas, las voces, las palmas y el triunfo. Increíble. Pablo aquí, desde hace doce años, no había conocido sino la puerta grande. Pero vuelve pasado mañana.

Guerrita Chico gustó con el capote, sobre todo con el quinto. Lances templados, embraguetados, de pata´lante. Incluso en las primeras dos tandas de muleta levantó pueblo, pero en uno y otro turno cuando los enemigos pelaron el cobre de la violencia y la desfachatez, él no pudo establecer gobierno, y el paisanaje se le volteó encrespado. Indeciso pinchó mal dos veces, dejó una espada honda en uno, y se salió del viaje para media ineficaz y dos descabellos en el otro.

El triunfo de Castaño seguramente podrá ser cuestionado por algún gusto señoritero, pues fue un triunfo de hombría, de pelo en pecho, de torería, de vergüenza. Cierto, asustó a hombres e hizo chillar a las mujeres, pero a mí me recordó el arrojo de Dámaso González allá por los setenta. Nostalgias de viejo quizás, pero qué bueno.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Cañaveralejo. Quinta de feria. Sol. Más de tres cuartos de plaza. Seis toros de Juan Bernardo Caicedo, 3º y 6º despuntados, terciados, de poco cuajo, encastados y ásperos. Aplaudidos: 2º, 3º, 4º y 5º, pitado el 1º.
Javier Castaño, silencio y dos orejas.
Guerrita Chico, pitos y silencio.
Pablo Hermoso de Mendoza, oreja y palmas de despedida.
Incidencias: Al terminar el festejo Javier Castaño salió a hombros por la Puerta Señor de los Cristales.

viernes, 28 de diciembre de 2012

LA PREVIA DE LA CORRIDA: Esta tarde torea Pablo Hermoso de Mendoza, la perfección sobre el caballo en Cali


Pablo Hermoso de Mendoza llega a Cañaveralejo con la ilusión de un nuevo triunfo, como lo hizo hace un año justamente.
Pablo Hermoso de Mendoza está en la cúspide del rejoneo mundial desde hace mucho rato. Y pasará otro buen rato para que lo bajen de la cima. Esta tarde, en Cañaveralejo, el navarro buscará repetir el triunfo de hace un año, también con toros de Juan Bernardo Caicedo.
Redacción de El País.com.co

Hoy hace exactamente un año que Pablo Hermoso de Mendoza reaparecía en Cali después de una prolongada ausencia. Era un 28 de diciembre como este. ¿La ganadería? Toros de Juan Bernardo Caicedo. ¿El resultado? Tres orejas y puerta grande para el hombre que partió el rejoneo en un antes y un después.

Esta tarde, con otro encierro de Juan Bernardo, el navarro aparece por primera vez en esta Feria de Cañaveralejo. Llega ilusionado, con ansias de repetir el triunfo que aún saborean los aficionados que lo vieron aquel día en el coso taurino de Cali.

Tres días después de esa majestuosa demostración del rejoneo puro, con ese toro llamado premonitoriamente «Elegido», Pablo indultó un astado, el segundo en su vida y en la historia de la tauromaquia de un torero de a caballo. Era el colofón y, de paso, la invitación obligatoria para el año siguiente.

Pues bien, Pablo ya está aquí. Alternará esta tarde con el también español Javier Castaño, de grata impresión en sus dos presentaciones anteriores en esta Feria, y el colombiano Guerrita Chico, que buscará a como dé lugar no quedarse en el olvido en la quinta corrida de abono.

“La Feria de Cali me ilusiona muchísimo, porque luego de lo que viví en la temporada pasada con esas dos tardes maravillosas, quedé marcado y ahora mismo sueño con verme toreando en la plaza”, dice Hermoso de Mendoza, de 46 años.

El rejoneador vino a la ciudad con todas las estrellas de su cuadra de caballos e incluyó un par de novedades, una de ellas, «Disparate». “Es un caballo muy joven que ha hecho su primera temporada y ha estado muy bien”, precisa.

“El éxito del primer rejoneador del mundo —¿quién podría bajarlo de la cima?— radica en la doma de sus caballos y el lenguaje común con ellos”, escribía el año pasado el cronista Víctor Diusabá.

Pero agregaba: “Es, también, el conocimiento pleno del toro; es, claro está, la preparación permanente para salir —indemne y torero— por esas estrechas rendijas que surgen cuando toros de excelsa condición dan milésimas de segundos para decidir. Y es, ante todo, esa condición de revolucionario del toreo, ese don de los genios: únicos, irrepetibles”.

En palabras del cronista español Manolo Molés, “Pablo Hermoso de Mendoza no es solo el mejor torero a caballo del momento, sino el mejor de toda la historia. Hermoso ha cambiado el rejoneo y lo ha convertido en toreo. Una cosa es clavar rejones y otra es hacerlo toreando”.

Y añade: “Pablo es al toreo ecuestre lo que Juan Belmonte para el toreo de a pie. Es el creador de un tiempo nuevo y mucho mejor. Cali ya le conoce y será un placer y una garantía verle esta tarde”.

Hoy, la afición de Cañaveralejo seguramente abandonará alegre las graderías si la suerte la acompaña y los toros de Juan Bernardo Caicedo dan juego, porque con Hermoso de Mendoza el resto está garantizado.

LA CÁTEDRA DE MOLÉS: Sensacional faena de Iván Fandiño conquistó a la afición de Cañaveralejo


El torero español Iván Fandiño, les sacó a los toros más de lo que tenían y salió por la puerta grande de Cañaveralejo con tres orejas.
Tanto con el capote como con la muleta, el torero vasco Iván Fandiño dio muestras de sus condiciones en la arena y arrancó los aplausos del público que asistió ayer a la Plaza de Toros de Cañaveralejo.
MANOLO MOLÉS | Especial para El País

Entre corrida y corrida hay que vivir Cali y no pierdo el tiempo. Van cambiando las cosas y se producen datos curiosos. El Juli ha vuelto al clásico hotel Intercontinental donde antes iban todos los toreros y que se quedó vacío en los últimos años. También retorna al clásico hotel David Mora. Fandiño gusta siempre de un hotel tranquilo y poco tradicional. Los del equipo de Caracol vivimos esa maravilla de la modernidad y el confort que es el Spiwak y merma el agobio en el Radisson que acaparó toda la torería en las últimas ferias.

Aprovecho la mañana, junto a Guillermo ‘Talento’ Rodríguez, compañero de radio y de vida, uno de los tipos más cultos que andan sueltos por el mundillo del toro, para visitar a Eduardo Estela. Y le encuentro luminosamente consciente, sabedor de que se enfrenta a un toro difícil con su salud, pero dispuesto a pelear y no entregar la cuchara. Ojalá que gane esta penúltima batalla.

Yo como poco y no bebo nada y menos alcohol. Qué le vamos a hacer, uno no es perfecto. Pero en la reunión en casa de Castro y Venus brotan diálogos muy atractivos.

Felipe Negret mantiene el optimismo frente a Petro, aunque de momento gana el alcalde porque se pasa las recomendaciones por el mismísimo arco del triunfo. Lo malo es que Petro le ha dado hecha la lección al alcalde de Bildú, San Sebastián, la bellísima ciudad española.

Y siguiendo a Petro, y aunque hay una ley nueva que facilita que haya toros en esta ciudad, ha dicho, como su colega bogotano, que para las fechas de la Semana Grande donostiarra no atenderá las solicitudes taurinas y ya tiene otros espectáculos previstos para joder, con perdón o sin él, a los aficionados a los toros.

Pero me gustó mucho la raza y claridad de Aura Lucía, mi compañera de página, que agarró el toro por los cuernos y le preguntó a César Rincón, a calzón quitado, si esas palabras que estremecen al taurinismo, que al parecer dijo César sobre la muerte o no del toro en la plaza, eran ciertas y si tenía que ver con buscar el ser el futuro empresario de la Santamaría.

Así son los grandes periodistas. Sin diplomacia ni claudicación. Educación sí y el filo de la navaja en la lengua. Ambos hicieron un hermoso ejercicio de periodismo y claridad. Enhorabuena a los dos, compañera del alma, compañera en el verso de Antonio Machado.

Y vamos al toro que en esta ocasión era de la ganadería de César Rincón. Corrida muy por debajo de lo esperado con el quinto como oveja negra.

Tanto El Juli como Iván Fandiño estuvieron por encima de su lote. En cambio, el animoso Sebastián Vargas solo cumplió, y sin brillo, su papel de telonero de la tarde. Y por mala suerte o por mal enlotamiento, se llevó el par de bovinos más serios y agresivos. Puso ánimo en banderillas, pero muy bajo con la muleta.

Solo él estuvo por debajo del encierro de Las Ventas del Espíritu Santo. Julián apuró todas las posibilidades, no se dejó ni una embestida sin aprovechar. Es más: provocó, incluso, algunas que no tenía su primero. Iba camino a dos orejas, pero la tardanza en caer y dos descabellos lo dejaron en una.

El quinto era una burra. Tiró la toalla, se agarró a los chiqueros y para que El Juli no pudiera hacer nada, imagínese lo imposible que era.

Iván Fandiño le arrancó una oreja a su primero con la pureza y verdad que marca el toreo y la trayectoria de ese matador. A su primero, como antes hizo Julián, le sacó más de lo que tenía y la oreja fue a ley.

Sensacional Fandiño con el capote de salida al sexto. A pies juntos y toreando a la verónica y en las gaoneras pegando naturales y derechazos con los vuelos de la capa.

Dejando muy buenas sensaciones, paso a paso, hizo el camino para conquistar para siempre a esta afición. El último con la fuerza justa, recibió el temple reparador de un Iván recrecido y cada vez más cuajado, en su personalidad y verdad. Larga faena y larga entrega y gran estocada para reventar la puerta grande con tres orejas. Ojo a Iván.

TERCER FESTEJO – FERIA DE CALI 2012: Fandiño abre la puerta ‘Señor de los Cristales’ en Cali


A hombros con tres orejas por la Puerta de los Cristales. El Juli corta una del segundo y Vargas se va silenciado, frente a un discreto encierro de César Rincón.
 
JORGE ARTURO DÍAZ
Burladero América / Colombia
Fotos: EFE

CALI (Colombia).- La bondad es una cualidad humana, pero en el toro de lidia no, sobre todo cuando viene acompañada de pequeñez, flojera y falta de codicia. Sin embargo los toreros modernos (buenos) pueden soliviantar públicos y construir triunfos con tan deleznables materiales. Hoy por ejemplo, los de las Las Ventas, que con todo eso parecían tirar por el caño de la sosería una tarde llena de ilusiones, en la que los dos grandes triunfadores de la temporada 2012 premiados, uno con la Oreja de Oro de RNE y el otro con trofeo Cossío de La Real Federación Española, que no se habían en encontrado en la península, salieron como a dirimir superioridades. Y no lo estaban logrando.

Agonizaban la faena del sexto, la tarde, la corrida y las ilusiones. El vizcaíno que se había prodigado por verónicas, gaoneras, brionesas y luego, tras un gran par de Benavidez, había ofrecido largamente cuerpo a cambio de arrancadas inanaes, pidió la toledana para poner punto final. Nada, ni las dos orejas, ni las maestrías, ni los aciertos que se habían dado hasta el momento, aunque valieron y valen, habían logrado emocionar de verdad. Para que nos vamos a decir mentiras. El encierro no había transmitido.

Siete manoletinas piel a piel, como un poste, igual que las gaoneras, y dos pases de pecho, calaron como un electrochoque masivo. Un amague de igualada fue rechazado enérgicamente por un público que no se resignaba a irse así, haciendo caso, cinco derechas en redondo con su broche, cuatro bernadinas amacizadas, otros dos forzados, todo ligado, y ahora sí como por compromiso y sin solución de continuidad, un estocadón de padre y señor mío. Toro fulminado a los pies, el pandemónium, las dos orejas, la vuelta loca, la procesión por la puerta de honor, y tras ella la gente incendiada. Ciento sesenta y ocho segundos cambiaron la historia de toda la tarde. Así es en los toros. Una oreja más del tercero había recibido Ivan. El magno empate se había deshecho.

El Juli en Juli, nunca es otro. Sanguíneo, enrazado, situado, sabio poderoso. Pechó con el más pobre lote (por todos los aspectos). Al segundo, un 440 kilos, cifra cabalística en Colombia, límite inferior de la ley, que no quería, le obligó y le obligó, y le ligó, y la superioridad de la voluntad sobre la pobre sosería, fue tan evidente que Cali, julista por definición, exigió una oreja, y sin éxito la otra, tras una estocada completa inefectiva y dos descabellos. El quinto fue un manso de pena, rajado, huido, negado, entablerado. Ni la sabiduría suma cum laude del de Velilla pudo conseguir más que alguna tandita remolona y corta pero meritoria, antes de la renuncia total. Me imagino que si no es por espada tendida, ineficaz, y los dos descabellos, le dan pelo, pues lo sacaron ovacionado a los medios. Bueno, un torero debe estar por encima de sus toros y Julián lo había estado.

El cucuteño Sebastián Vargas, veterano, jugado, con vitola de valiente y alegre, levantó el telón con el primer pocacosa. Correcto, decoroso, cumplidor, sí, pero no más. Un estoque hasta la bola no tumbó al que antes se había caído solo por todo, y la cruceta barrenada silenció la parroquia. Se le tiró de rodillas al cuarto, terciadito pero tapado por un par de guadañas, y resultó arrollado. De allí para allá, precauciones, unipase, cambio de terrenos y estar ahí. Pinchó y oyó protestas.

A las diez de últimas, Fandiño salvó la tarde, sacó las castañas del fuego al ganadero y complació a la gente que creyó en él forzándole a ese final inesperado. Su triunfo es el primero de la feria pero lo que más lo valoriza es que fue frente a El Juli, con  quien no había podido torear en España.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Cañaveralejo. 4a de feria. Nubes. Tres cuartos de plaza. Seis  toros de La Ventas del Espíritu Santo, nobles, bajos de raza, tamaño, fuerza y romana. Aplaudidos 2º, 3º y 6º.
Sebastián Vargas, silencio y silencio.
El Juli, oreja y saludo.
Iván Fandiño, oreja y dos orejas.
Incidencias: Al terminar el festejo Iván Fandiño salió a hombros por la Puerta Señor de los Cristales.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Anuncian primeros bases de carteles para la Feria del Sol 2013


El debutante Luque junto a Padilla y Fandi
Daniel Luque, triunfador absoluto de la Feria de Lima este año, y gran revelación de los últimos años en el escalafón taurino español, hasta los momentos la única gran atracción del abono de la Feria del Sol 2013. Foto: EFE
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz

Con un evidente y marcado retraso con respecto a años anteriores, donde de ninguna manera en la mayoría de los parcializados escribidores taurinos se hizo mención de esta situación, este jueves la empresa taurina Hermanos Rodríguez Jáuregui ha develado las contrataciones de los primeros bases de carteles de la edición 2013 del “Carnaval Taurino de América”.

En tal sentido el máximo representante del ente que organiza el apartado taurino del tradicional abono de la Feria del Sol, José Luis Rodríguez Jáuregui, anunció la rúbrica de los diestros españoles Juan José Padilla, David Fandila “El Fandi” y Daniel Luque, este último quien debutaría en el ruedo de la Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia”.

Para más detalles, con esto oficialmente se apertura la venta del abono de la XLIV edición del serial taurino emeritense, con la promesa que para finales de la primera semana del año venidero se conozcan las combinaciones de los carteles, que hasta los momentos se compone de cinco corridas de toros, un festejo nocturno de rejones y una novillada con picadores.

El jerezano Padilla, el granadino "Fandi" y el sevillano Luque se unirían, por los momentos a los rejoneadores nacionales José Luis, Rafael Augusto y Francisco Javier Rodríguez, además del cavaleiro lusitano Marcos Tenorio Bastinhas y la jinete portuguesa Sonia Matías, junto al grupo de forcados Amadores Académicos de Elvas. En el apartado ganadero anuncian los hierros venezolanos del Lic. Hugo Domingo Molina, junto a las vacadas de Santa Fe y Campo Pequeño, completando el renglón las divisas colombianas de Juan Bernardo Caicedo y Ernesto Gutiérrez.

La feria tendrá lugar, del 7 al 12 de febrero próximo, y desde ya es compromiso de los actuales empresarios rematar las combinaciones que hace gala el extenso periplo taurino merideño, a razón de ser la Feria del Sol una de las citas de mayor trascendencia de la temporada venezolana.

FESTIVAL NOCTURNO – FERIA DE CALI 2012: Ferrera y Bolívar triunfan en festival nocturno en Cali


Antonio Ferrera y Luis Bolívar, español y  caleño,  marcaron las cumbres de una noche en que la diversidad de los fuentelapeña premió a unos y castigó a otros. También puntuó Javier Castaño.
JORGE ARTURO DÍAZ
Burladero América / Colombia

CALI (Colombia).- Los poco amenazantes parladés de  Fuentelapeña, fueron a los caballos, se movieron en los dos primeros tercios, pero todos, desfallecieron, todos fueron a menos, más no lo suficiente para impedir que se toreara bastante, que pasaran muchas cosas, que la banda trabajara en forma, o que la gente se lo pasara bomba. Cinco orejas, con petición encendida de otras que hubiese podido ser segunda del tercero y una del sexto, dejan una pregunta ¿Qué hubiese pasado entonces de haber tenido fondo el encierro?

Enciclopédico Antonio Ferrera, repertorio de la “A” a la “Z”. Monopolizó toda la lidia, todos los tercios, todas las suertes. Paro de capa, picó de ovación, se hizo el quite a sí mismo, puso tres pares de escándalo, con galleo y pataleo, pasó de muleta y puso la plaza en estado de soponcio, hasta que Marañal (casi toro) aguantó. Luego lo rodó con una estocada plena, pelín caída, arrancándole las orejas en medio del bullicio desaforado.

Magistral Bolívar. Volvía Luís Bolívar al ruedo que lo alumbró para la fiesta, y fue como el contrapunto de Antonio. Aplomado, vertical, ceremonioso, solemne, desde las verónicas hasta la estocada recibiendo, dictó una cátedra de etiqueta torera. Sembrado, sobrio, lento, templado, mandón y clásico, no se permitió un dislate pese a la renuncia entablerada del capacho cuando la descocada petición de indulto ya  tomaba fuerza. Menos mal. La plaza vibró con él (su preferido), de principio a fin, y las dos orejas fueron solo una parte de la tremenda rumba que armó.   

Otro que con menos material también tocó pelo fue Javier Castaño. Superando más alto grado de dificultad  por las incertidumbres del blando y defensivo tercero, mandó y ligó. Más por naturales que por el otro lado. Eso vale. El mansurrón saboteaba y la muleta ordenaba. La parroquia comulgó con el dogma fundamental; torear es imponer  la voluntad, y el leonés remató insólitamente. Citó para recibir de muy largo, de tercio a medios, aguantó el viaje y ejecutó una estocada suprema. Eso solo valió de sobra la oreja. Le pidieron duro la otra pero el palco ignoró la faena.  

David Mora opuso maneras, buen gusto, decoro, a las asperezas, coladas y blandeos del sexto. Muy por encima de todo eso, ganó para sí gargantas y cobres, el festival terminaba en fiesta con él, pero pinchó, sin estoquear descabelló, y el palco se la pilló desatendiendo la petición de pelo que paró en vuelta rápida.

El otro paisano, Paco Perlaza, se abrió de capa ganoso y pinturero por delantales, medias, miguelinas, caleserinas y serpentinas. Ya paño en mano y rodillas en tierra puso rumbo al triunfo, sin embargo “Simpático” se tornó antipático, bronco, geniudo, revoltoso dijo que no, y la cosa se derrumbó hasta una estocada chalequera y un saludo de consolación.

Ivan Fandiño, una de las cartas fuertes de la empresa en la cartelería, llegó enfurruñado y se fue peor. El suyo fue impotable, cierto. Hizo bien en abreviar, también. Fue injusta la gente al pedirle que alargara el tedio, no hay duda. Pero eso no era razón para matar tan mal como mató. Saliéndose de la suerte, ante unos pitones de festival, para poner un pinchazo y una estocada en guardia. Por favor. Por favor.

Los festivales son para pasar bueno, para divertirse, para mostrar cosas que no se hacen con el toro íntegro. Con menos rigor pero con límite. Este llenó eso requisitos, el orejerío, que hubiese podido ser mayor donde Usía no se tenga, lo dice por sí solo.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Cañaveralejo. 4a de feria, festival. Noche cálida. Media plaza.
Seis utreros de Fuetelapeña, disímiles de presencia y juego, 1º y  4º aplaudidos.
Antonio Ferrera, dos orejas.
Paco Perlaza, saludo.
Javier Castaño, oreja.
Luís Bolívar, dos orejas.
Iván Fandiño, pitos.
David Mora, vuelta la ruedo.
Incidencias: Saludaron “El Monaguillo” y “Chiricuto” tras parear al 4º.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Con toros de Fuentelapeña se llevará a cabo el Festival Señor de los Cristales


La ganadería trae los seis toros que se van a lidiar en Cañaveralejo. Uno de los animales, Cali Ají, fue nombrado en honor a Jairo Varela. Grandes apuestas para la noche de este miércoles.
DIARIO EL PAÍS DE CALI

Dato clave para tener en cuenta
La ganadería eligió a Muchachón, Mellizo, Cali Ají, Consentido, Simpático, Carpetero y Tinajero para que salgan esta noche al ruedo.

Todavía no se ha decidido cuál de estos ejemplares será el sobrero, es decir, el reemplazo en caso de que uno de los animales no pueda hacer parte de la corrida.

Antonio Ferrera, Paco Perlaza, Javier Castaño, Luis Bolívar, Iván Fandiño, David Mora serán los encargados de lidiarlos.

“Estamos muy entusiasmados con este Festival porque se han conjugado varios elementos: por un lado un cartel magnífico y por el otro que para nosotros es de vital importancia presentar toros completos, que den un espectáculo inolvidable a todo el público”, dice el ganadero Juan Manuel Domínguez, hijo del recordado Abrahán Domínguez Vázquez.

Los seis animales tienen un peso promedio de 460 y 464 kilos y todos oscilan en los cuatro años de edad.

Este año el Festival tendrá un ingrediente especial de nostalgia: uno de los toros que será lidiado es Cali Ají, un colorado que obtuvo su nombre de la famosa canción del fallecido Jairo Varela, director de Niche Orquesta.

“Mi padre tenía la costumbre de nombrar con una canción a su toro favorito. Este año queremos rendir un merecido homenaje a la música y, muy especialmente, al maestro Varela. Confiemos en que los caleños comprendan que lo que queremos es hacer un show muy completo, lleno de alegría y remembranza”, explica Juan Manuel.

El dueño de la ganadería añadió que tiene grandes expectativas para esta noche, porque se ha preparado una mezcla de fiesta brava con arte. “De lo que todos pueden estar seguros es que de esta va a ser una noche hermosa. Va a haber una iluminación hecha con velas que va a ser un deleite”.

Domínguez dice que el cartel, que está compuesto por Antonio Ferrera (como banderillero) Paco Perlaza, Javier Castaño, Luis Bolívar, Iván Fandiño, David Mora es “excepcional”.

“Tenemos la gran fortuna de tener unos toreros muy hábiles para este festival. Estoy seguro de que va a ser una fiesta, todo está preparado para que los espectadores se diviertan, disfruten y vivan plenamente la fiesta taurina en Cali. Esta ganadería está lista para dar una noche inolvidable para todos”.

La ganadería Fuentelapeña ha existido desde 1959, fecha en la que empezó a surtir toros para lidia a la Plaza de Toros de Cañaveralejo. Hace cuatro años esta ganadería se llevó el reconocimiento al mejor toro de la temporada colombiana con «Cartujano», un ejemplar que fue lidiado por Iván García, quién además cortó dos orejas.

Además, sus toros han sido llevados a fiestas en países como Ecuador y Perú.

Juan Manuel Domínguez concluye diciendo que para él que sus toros estén en Cañaveralejo es como “jugar un partido de fútbol de local”. “Para mí es un honor hacer parte de esta Feria taurina y este festival que tenemos hoy”

PRIMERA CORRIDA DE FERIA DE CALI 2012: Ferrera y Castaño saludan diferente


El saludo premia la espectacularidad de Antonio Ferrera pero subvalora una muy significativa faena de Javier Castaño. Paco Perlaza no se acopló del todo. Rico encierro de Eduardo Estela.
JORGE ARTURO DÍAZ REYES
Foto: EFE

Puerta de Hierro, echó seriedad, pinta, púas, líneas, capas y poder. En domecq, dos burracos, dos negros y dos castaños, exhibieron también un muestrario de talantes. Dos mansos broncos (primero y tercero). Un encastado bravucón (segundo). Dos bravos (cuarto y quinto). Un flojo soso (sexto). Corrida para ser leída por aficionados, porque hizo una curva emocional. Empezó abajo, Javier Castaño la elevó al cenit con el difícil tercero, y declinó al final por la incompetencia del último toro.

Debutaba el de Cistierna, y se lo tomó en serio. Despreciando las infames maneras del carbonero que suelto correteó, se escupió del peto y hasta coceó. Brindo Javier a la concurrencia, se tiró de rodillas, y aguantó el imprevisible galope con dos redondos, tres por alto y el de pecho. La plaza que venía de capa caída explotó. El valor verdadero es la moneda del toreo. Dos tandas de riesgo, aguante y mando, la última de seis apuestas. La gente ya era suya, y el toro con sus cerreras incertidumbres, no lograba más que avalar, ameritar una faena larga, estoica, lidiadora, en la que el torero lo ponía todo. Ya en tablas, inmediaciones de toriles, una estocada recibiendo, aguantada y toreada, total, aunque levemente desprendida, fue ignorada y mal pagada con una ovación mezquina. No, no, no. Trató de refrendar con el imposible sexto, al que mató de lento volapié y descabello, y las palmas de adiós fueron un "mea culpa" y una invitación al regreso.

Antonio Ferrera, se las vio primero con un cuajado manso malas pulgas, y luego con un gran toro. Con el uno, que no se dejó picar, vivió un drama, ofreció banderillas y se las rechazaron, dudó y contra la oposición vulgar se lanzó a la erizada cuna en dos pares vehementes que valieron mucho. Después bregó sin esperanza pero con entereza, y pinchó dos veces antes de una muerte tarda. La ovación en los medios fue justa.

Con el otro, «Islero», el cuarto, castaño, careto, codicioso, repetidor y franco que atacó alegre, al galope, capas, caballo, banderillas y muleta, estuvo superior en el segundo tercio. En los otros dos, el toro. Pese a la música, que le negaron a la gesta de Castaño, y al jaleo, el trapo no templó lo merecido ni tampoco la quietud ni la ligazón. Se imponía muerte lujosa, y tampoco. Dos pinchos, una espada honda ineficaz y un descabello precedieron el aplaudido arrastre.

Paco Perlaza, no estuvo mal, pero bien tampoco. Ha tenido mejores momentos, muchos. Por eso lo digo. En uno de ellos se hubiese llevado las orejas del enrazadísimo quinto. Pero no le pudo, lo intentó, le arriesgó, pero no logró tomar el mando. Par agujas veletas y una codicia fiera imponían, pedían papeles. El caleño no desistió, no se arrugó, más tampoco logró imponerse. Clavó el estoque pasado y algo tendido, requiriendo cruceta. La gente premió al bravo. Gustó más, por valiente con el segundo, bravero sin esencia al que plantó cara, sin embargo tocó en hueso tres veces, antes de media lateral y una espada completa silenciadas

El día que todos los toros salgan, "toreables", fáciles, iguales, esto se acaba, porque su encanto nace precisamente de la imprevisibilidad, de la variedad de la verdad que los convierten en alegoría de la vida. Esa fue la riqueza de la corrida hoy, que debe tener hablando hasta por los codos a los aficionados.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Cañaveralejo. 3ª de feria. Noche de luna. Media plaza.
Seis toros de Puerta de Hierro, con bella lámina, seria catadura y juego diverso, bravos 4o y 5º, aplaudidos.
Antonio Ferrera; silencio y saludo.
Paco Perlaza: silencio y silencio.
Javier Castaño: saludo y palmas de despedida.
Incidencias: Saludo "El Popis" dos veces; tras parear al 3º, y tras parear al 4º.

martes, 25 de diciembre de 2012

El Juli y el mal ejemplo de José Tomás


"...El deseo de torear muy pocas corridas y nunca en plazas verdaderamente importantes que José Tomás – solamente tres en la pasada temporada – se ha impuesto cada año últimamente no puede ser la meta de nadie que se precie por mucho dinero que gane..."
José Antonio DEL MORAL

Cuando me dijeron que El Juli había dicho que su torero modelo era José Tomás no quise creerlo. Me parecía imposible que Julián López tuviera un concepto tan pobre de sí mismo. ¿Cómo alguien que ha logrado lo que solamente consiguen las figuras más grandes quiere emular a otro que nunca lo consiguió ni de lejos?

¿Cuántas temporadas ha completado totalmente José Tomás; esto es, iniciarla en México y terminarla en Lima después de actuar en todas y cada una de las plazas más importantes y exigentes de España, de Francia y de América? Ni una.

El deseo de torear muy pocas corridas y nunca en plazas verdaderamente importantes que José Tomás –solamente tres en la pasada temporada– se ha impuesto cada año últimamente no puede ser la meta de nadie que se precie por mucho dinero que gane.

Pero Tomás no ganaría tantísimo si a lo largo de su vida profesional hubiera toreado lo obligado a su rango. Tampoco si se dejara televisar frecuentemente. Y, sobre todo, si no disfrutara de la descomunal publicidad que le apoya. Tan grandes e inusuales son sus campañas publicitarias que casi nadie osa criticarle. Al contrario, casi todos los que escriben o hablan de José Tomás son incondicionales y le ponen por las nubes, le tratan de coloso, de inalcanzable, de único, de ejemplo y hasta le premian anualmente con el trofeo supuestamente más prestigioso del mundo que patrocina una empresa multinacional. Empresa que, además y para colmo, amenaza a los medios que no se inclinan totalmente sumisos ante el de Galapagar con no darles o retirarles la acostumbrada y millonaria publicidad que tanto le hace falta a todo el mundo de la prensa. Por supuesto que tampoco ha importado este tremendo escándalo que, en mi opinión, ha sido el más grande que se haya producido nunca en el periodismo taurino. No es de chocar que desde hace algunos años, José Tomás sea la persona más intocable de España. Ni el mismísimo Rey Juan Carlos goza de la misma bula. Eso nunca sucedió en la historia del toreo. A las figuras se les exigió siempre. Pero a Tomás le vale todo y todo se le pasa.

Ya estamos leyendo y oyendo lo que han empezado a decir de El Juli por querer hacer algo parecido a lo de José Tomás: Que ha tirado la toalla.

¡Menudo ejemplo el de José Tomás!…

Estamos sufriendo las consecuencias. No es bueno que la próxima temporada se presente ahorrativa y excluyente para una figura tan presente como El Juli. Lleva dos seguidas con estas faltas. El año pasado fue por lo del G-10 y por los derechos de televisión. ¿El próximo también y por lo mismo? Esperemos que no cunda.

No torear en las Fallas de Valencia ni en la Feria de Abril en Sevilla ni en las isidriles en Madrid es una muestra de decadencia, habitual en los que llevan muchísimos años en activo y sin descansar. Pero también lo es de rendición por mucho que se toree después de pasadas estas tres grandes citas.

Si a tales faltas le añadimos otro de los pésimos ejemplos que viene dando José Tomás, limitarse a matar ganado del mismo encaste y de entre solamente cuatro o a lo sumo cinco hierros, peor que peor. En esto, no solo Tomás, también El Juli y la mayoría de las actuales figuras han caído como moscas sobre el panal de tan dulce miel.

Pero La Fiesta no está para estos caprichos ni para tantas mieles. La gente está más que harta de corridas flojas y descastadas. Y si se sigue en este plan, cada año irán menos aficionados a las plazas. Por muy bien que se toree –y es cierto que hoy en día se torea mejor que nunca– no es lo mismo dominar reses noblemente semovientes y blanditas que complicadamente encastadas y fuertes.

Las corridas no solo deben ser divertidas, tienen que ser ante todo emocionantes y hasta inquietantes. Los toreros tienen que sufrir aunque no se les note, algo propio del valor auténtico. Como tampoco hallar casi siempre la ocasión de decir lo que ahora tanto oímos a los diestros encopetados cuando llegan sonrientes a la barrera una vez concluida la lidia: he disfrutado mucho.

Menos mal que no todo es malo de cara al próximo futuro. Dos de las actuales jóvenes figuras han anunciado que el año que viene se encerrarán con seis toros en solitario en plazas muy importantes. El primero en anunciarlo fue Alejandro Talavante que lo hará con toros de Victorino Martín en la feria de San Isidro. Y el siguiente, nada menos que José María Manzanares en la segunda de sus tres tardes en la feria de Sevilla. Ya era hora de que al menos dos se echaran para delante con un gesto.

El triunfo de Manzanares del año pasado en la feria de San Miguel de Sevilla, fue el gran acontecimiento de la temporada con notable diferencia sobre las demás. Esa tarde le correspondió un Cuvillo encastadísimo y un Juan Pedro de gran clase a más de otro simplemente noble aunque vulgar. La gran casta del Cuvillo aumentó la emoción de las por sí mismas efebrecidas además de colosales faenas. Esperemos que entre los seis toros que saldrán en su solitaria cita del próximo abril los haya con fuerza y con casta. Porque del Manzanares artista lo sabemos todo. Pero del poderoso le queda bastante por hacer y demostrar.

También Manzanares debería abrir el abanico de sus ganaderías preferidas. Si así lo hiciere, acabaría totalmente con el cuadro que, ahora mismo, casi es suyo por completo.

TEMPORADA TAURINA 2012: Esta noche arranca la LV Feria de Cali


RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz

Son más de medio siglo de toros los que aguarda de tradición taurina la afición de la capital del Valle del Cauca en su plaza de toros como es Cañaveralejo. Por ella han pasado las más importantes figuras del toreo, que han llenado de gloria y torería la tauromaquia colombiana.

Justo en momentos donde la corriente antitaurina ha cercenado a la plaza de toros más importante del hermano país, como es la Santamaría de Bogotá de ver temporada taurina para 2013, no es menos señalar que la gran cita caleña es una de las alternativas validas para reivindicar el toreo en tierra de toros como es la hermana república de Colombia.

Esta noche arranca el serial caleño, donde se darán cita importantes toreros, en una de las ediciones más polémicas de los últimos años en su confección, tras lo corto de su abono además de las fechas en la que se desarrolla, y en la que se cuenta entre sus atractivos los diestros “El Juli”, Pablo Hermoso de Mendoza, Paco Perlaza, Luis Bolívar, Iván Fandiño, Antonio Ferrera, David Mora y Javier Castaño.

Estas son las combinaciones que darán lustre a la gran Feria de la Caña de Azúcar 2012 en Cañaveralejo.

DICIEMBRE 25 - CORRIDA NOCTURNA: Toros de Puerta de Hierro para Antonio Ferrera, Paco Perlaza y Javier Castaño.

DICIEMBRE 26 - CORRIDA NOCTURNA: Toros de Fuentelapeña para Antonio Ferrera, Paco Perlaza, Javier Castaño, Luis Bolívar, Iván Fandiño y David Mora.

DICIEMBRE 27: Toros de Las Ventas del Espíritu Santo, para: Sebastián Vargas, Julián López “El Juli” e Iván Fandiño.

DICIEMBRE 28: Toros de Juan Bernardo Caicedo, para Guerrita Chico, Javier Castaño y Pablo Hermoso de Mendoza.

DICIEMBRE 29: Toros de Ernesto Gutiérrez, para: Diego González, Julián López ‘El Juli’ y Luis Bolívar.

DICIEMBRE 30: Toros de Ernesto González Caicedo, para: Luis Bolívar, David Mora y Pablo Hermoso de Mendoza.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Cano: el cielo puede esperar


FERNANDO FERNÁNDEZ ROMÁN

Estaba esperando este diciembre del 2012 como los labradores del secano de mi Tierra de Campos esperan las aguas de mayo que harán emerger las espigas  del candeal y de los cebadales de seis carreras; pero ya estamos aquí, a las puertas del día 18, la fecha del centenario.

Viendo su explosiva vitalidad, se lo dije, hace ya muchos, muchos años (lo menos veinte), a mi muy querido Paquito Cano, en el callejón de la plaza de toros de Bilbao, junto al sólido testero de uno de sus burladeros: “Vas a ser uno de los centenarios más populares del país; te van a hacer una estatua, ya lo verás”. Y él, apuntando a las alturas, solo esbozó una sonrisa: “Eso depende de lo que diga el Jefe”…

El Jefe  (se entiende, Dios) lo ha querido, ¿no lo había de querer? Ahí está Canito, tan pimpante con sus 100 a cuestas, provocando envidias, asombros, estupores y ternuras por do quiera que aparezca con su cámara en bandolera, colgada al cuello y recostada sobre la caja del pecho, donde se guarda uno de los corazones más grandes y generosos que uno haya podido detectar. “Cómo dices que has sido boxeador, si no levantas dos palmos del suelo?”, le solía espetar con sorna, para mortificarle con ese estúpido afán por hacer gala de la fingida incredulidad que tantas veces despierta lo venerable. Y a  Cano no se le despintaba la sonrisa de la cara. Decía que era “peso mosca”, pero supongo que su vuelo por los cuadriláteros apenas duró un suspiro, lo mismo que su incursión como novillero en los ruedos. En los años de su mocedad, los 30 del pasado siglo, el porvenir de muchos de aquellos españolitos, tan escasos de todo (con el empírico conocimiento de las “cuatro reglas” y las nociones básicas de alfabetización como único bagaje para echarse al mundo), echarse antes al ruedo era una de las salidas más abruptas, pero más rápidas y determinantes, de las conocidas para combatir la gazuza entre las doce cuerdas de la miseria. Paquito Cano, Curro Cano, o como quiera que le anunciaran aquellos carteles de mano que con tanto orgullo mostraba en la intimidad con un ingenuo halo tejido con lo clandestino y lo confidente, fue un torero fugaz, como tantos miles de sus jóvenes contemporáneos. Y un fugitivo fugaz, escondido en la buhardilla de la casa de Madrid que tenía un buen amigo –y tan bueno–, en aquellos terribles años en los que media España se guardaba de la otra media. Todo fue fugaz en el azacaneado devenir de este Francisco Cano Lorenza, inquieto buscador de bienestares y concupiscencias, hasta que encontró el gran amor de su vida: la cámara. Desde la primera  Leica, a la ultramoderna digitalizada de gran angular, la cámara y Cano matrimoniaron para los restos. Su biografía es harto conocida. Y sus anécdotas, también. Las anécdotas, para que cumplan cabalmente su función, deben estar adobadas con el ali-oli de lo inverosímil, y de este condimento tienen las de Cano esa puñadita que las hace incomparablemente deliciosas. Todos los protagonistas de lo sucedidos que Cano cuenta con tanta minuciosidad están muertos. Me refiero a los grandes protagonistas, las más grandes celebridades del cine de Hollywood, o de la política nacional e internacional o, por supuesto de la tauromaquia. Todos ellos estuvieron a merced del objetivo de su cámara… y a tiro de su discreta presencia, desde el burladero de la trastienda. Cano presume, y con razón de haber sido testigo de una inmensa tajada de la historia de este país nuestro, y, en su momento, de tener los ojos y los oídos tan abiertos como cerrada la boca. “Qué bien se está hablando poco”, le dijeron un día al taciturno Manolete, “¡Mejor se está callado!”, respondió el “monstruo” cordobés. Lo cuenta Cano como si nada. Como un detalle más de la condición humana de uno de los toreros más grandes de la historia de la Fiesta. A ver, ¿quién puede presumir en el inicio del segundo decenio del siglo XXI de haber tenido entre sus brazos a Ava Gadner? ¿Y de asistir a las grandes cogorzas de Hemingway o las no menos grandes francachelas de Urquijo? ¿Y de oírle a Franco en una cacería preguntarle a Luís Miguel, de forma distendida,  quién de los tres hermanos era el comunista y de la ingeniosa  respuesta del menor de los Dominguín: “los tres, excelencia”? Y de esto y de lo otro y de lo de más allá. No había situación en la plaza de toros, en la calle, en los divanes de un hotel o la mesa de un restaurante, que Cano no enhilara con una anécdota de su impresionante acervo. La prolijidad de los relatos de Cano no tenía (ni tiene) hora ni lugar. Es un silo de datos colgado a una cámara y al brazo de su última mujer, Maruja, el encanto y la comprensión embridados en una sola pieza.

Esta temporada he visto poco a Canito y a su adorable compañera. Ni siquiera en Bilbao, durante las Corridas Generales. Me enteré que se rompió la cadera a la puerta del hotel Ercilla, la segunda casa en el “Bocho” para las gentes del toro. Le he visto, fotografiado, en una silla de ruedas y apoyado en un andador. ¡Cano, el caballero andante del toreo en un andador! ¡Cómo está la Fiesta!

Ya está buenecito; de nuevo ojo avizor para hacer clic en cuanto encuentre momento propicio. A pesar de las dificultades, le va a costar trabajo renunciar a ese primer paseíllo, anticipándose a los toreros, en cuanto se abren los portones del patio de cuadrillas. Y a su gorrilla blanca que le distingue como sempiterno “feelance”, a la caza de lo que revolotea dentro y extramuros de los ruedos. El gran homenaje que todos le debemos, supongo que ya estará gestándose; pero, antes de nada, quiero hacer un doble ruego: que el Organismo competente de la Administración Pública que corresponda se ocupe de revisar el inmenso caudal de testimonios gráficos que Cano tiene (o al menos tenía) sin positivar en su casa de Alicante y que los profesionales taurinos perpetúen su memoria en bronce. Las dependencias de la plaza de toros de Valencia sería un lugar adecuado. Cano, con su gorrilla y su cámara en ristre forman parte indisoluble de un siglo de toros en España. Todo un siglo arrebujado en un “peso mosca”, ¿se puede ser más genial?

Visto lo visto, la cosa no puede pintar mejor. Cano, el centenario, ha dejado el andador y está como loco por volver a las andadas, esto es, a disparar con su cámara a todo lo que pulula en su derredor. Parece ser que Dios (se entiende, El Jefe), no tiene prisa. El cielo puede esperar.