El torero burgalés corta dos
orejas y se impone a una corrida de Adolfo Martín compleja y dura.
IÑIGO CRESPO
Diario EL MUNDO de Burgos
Foto: EFE
Prueba de fuego para Morenito de Aranda que saldó la tarde
más comprometida de su carrera con una salida a hombros tras imponerse a una
corrida de Adolfo Martín difícil y carente de clase, que puso a prueba la
capacidad de resistencia y aguante del diestro arandino.
Dos orejas como botín de una tarde que fue mucho más que
eso. Mérito de Morenito que puso carácter y determinación, no dando una
embestida por perdida y persiguiendo con ahínco el triunfo.
Solvente y suficiente estuvo Morenito frente al primero que
fue un toro sin fuelle ni clase al que el arandino exprimió en una faena de
enorme entereza y firmeza. Sólido y metido con su oponente, Morenito sacó mucho
partido al animal, sin aburrirse y poniendo de su parte capacidad e
inteligencia. Mató de una buena estocada y el público solicitó una oreja que no
tuvo a bien conceder el palco.
El segundo fue un ejemplar deslucido con el que Morenito
estuvo pundonoroso y sin aburrirse. Mucho tiempo delante del animal tratando de
empujarlo hacia adelante con temple. Se metió entre los pitones y estuvo muy
por encina de su oponente. Cumplió con seguridad y oficio.
La primera oreja del festejo se la cortó al tercero que
resultó ser un toro áspero y sin entrega al que el burgalés le firmó una labor
plena de determinación. Esforzado, firme, con la planta atornillada y sin un
solo renuncio, el arandino superó en todo a su oponente antes de tumbarlo de
una estocada certera.
Complicado y con sentido el cuarto, toro que se quedaba
debajo de las zapatillas y no tuvo ningún criterio. Animal descompuesto frente
al que Morenito tampoco se aburrió dentro de una labor valiente que no tuvo
brillantez pero que estuvo presidida por el buen oficio.
Tuvo buenas hechuras el quinto que no acabó de definirse
nunca en la muleta, cambiando el ritmo y sin entregarse. Morenito se vacío en
todos los tercios. Recibió al toro en chiqueros de rodillas y cuajó una labor
dispuesta y comprometida en que llegó a ser volteado sin consecuencias cuando
toreaba sobre la mano derecha. Faena de entereza plena, cuajada en los medios.
Saludó una ovación tras un pinchazo y una estocada.
Volvió a irse a portagayola frente al sexto que fue un toro
muy al límite de fuerza pero con calidad. Morenito tuvo que torearlo con los
vuelos para sostenerlo en su altura. Buen dibujo del burgalés que lo toreó a
cámara lenta y logró muletazos exquisitos. Sostuvo al toro que se repuso y le
dejó plasmar un toreo sentido e inspirado. Faena elegante y rota de Morenito
que tuvo arrestos para templar y tirar del animal con armonía y reposo. Faena
con gusto y clasicismo.
ADOLFO MARTÍN | Morenito de Aranda en solitario
Toros de Adolfo Martín, bien
presentados, variados de hechuras y tipos. De pobre juego. Ásperos y
complicados, les faltó clase y fondo. El de mejor nota fue un sexto, que tuvo
mucha clase y anduvo al límite de fuerza
Morenito de Aranda, de negro y plata. Estocada (ovación con
saludos tras petición); un pinchazo y estocada corta (silencio); estocada
(oreja); estocada desprendida (silencio); pinchazo y estocada (ovación con
saludos tras aviso); pinchazo y estocada (oreja).
Coliseum de Burgos. Domingo, 25 de junio de 2017. Segunda de San Pedro
y San Pablo. Tres cuartos de entrada.
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