La atención a los grandes eventos
es imprescindible, las acciones vanguardistas también, pero hay que pisar el
barro a riesgo de quedarse en una buena gran idea.
A los anti les va el barullo. Se alimentan de gresca y
titulares. Un pleno municipal tensionado. Una pancarta. Un manojo de insultos
aunque ello cuestione su civismo. No les importa, no saben lo que es civismo ni
respeto. Cualquier enredo les vale. Luego están los que miran la dirección del
viento, mayormente políticos. Miran y luego se posicionan y lo mismo te
sorprenden por jotas que te salen por peteneras. Así que en cuanto te despistas
vuelve la burra al trigo. La burra son ellos. No hace falta puntualizarlo ni
creo que sea insulto, al fin y a la postre son animalistas. Por cierto,
deberían preocuparse por la supervivencia de los jumentos españoles que en otro
tiempo tanta ayuda aportaron a los más necesitados y ahora, ñoña y falsamente
protegidos, van camino de desaparecer de la faz hispana. Algo parecido puede
pasar con el toro de lidia si siguen ganando terreno los de la gresca. Al toro
lo prefieren desaparecido que en el estado de bienestar actual. Dehesas
abiertas, cuidos veterinarios, aporte medioambiental… eso sí es bienestar
animal. En realidad les importa un comino. En realidad ni saben ni sienten ni
conocen ni se preguntan… Y en ese campo de la controversia, cada semana una
gresca, apareció Huesca, donde ningún político devuelve entradas pero aun así
les da para un pleno tumultuario de poco o ningún recorrido más allá de los
titulares.
Palma es la principal de las
ausentes este agosto. Y ante la triste evidencia de la inactividad los
aficionados levantan la voz quejosos. Temen, y tienen señales para temer, que
les dejemos abandonados en los recuerdos y miran a la Fundación
El lado positivo es que mientras haya gresca, hay vida. En
otras plazas ha dejado de haberla y apenas queda la sensación de la derrota.
Estos días se echa de menos la actividad de varias plazas. Palma es la
principal de las ausentes. ¡Aquellas largas temporadas de verano! Añorados
sesenta. Maltratados sesenta, también. Y ante la triste evidencia de la
inactividad los aficionados baleares, aún quedan, levantan la voz quejosos y
reivindicativos. Temen, y tienen señales para temer, que les dejen/dejemos abandonados
en los recuerdos. Y dirigen el SOS hacia la Fundación, gran idea, la Fundación,
que de momento es fundamentalmente eso, gran idea, no sé si desbordada o
encallada, que no acaba de acudir a todos los frentes. Nadie sabe muy bien el
criterio de su hoja de ruta. Sería una pena que se diluyese en postureos o que
se centrase solo en los escaparates principales o que navegasen con las
brújulas de los personalismos.
Palma es la principal de las ausentes este agosto. Y ante la
triste evidencia de la inactividad los aficionados levantan la voz quejosos.
Temen, y tienen señales para temer, que les dejemos abandonados en los
recuerdos y miran a la Fundación
Celebramos la aparición de esa gran idea, pongámosla en
mayúsculas, Gran Idea, se le dio tiempo de cocción a la misma, en esta casa lo
planteamos así, valoramos las acciones jurídicas de defensa que tan necesarias
eran para frenar la barra libre de los anti y demás descerebrados contra los
toros y su gente, pero ya toca ir más allá, remangarse y acudir a los frentes
más arduos o menos lucidos. Donde hay ferias para aprovechar su resonancia,
pero también donde solo hay rescoldos de las ferias. A Palma y a todas las
plazas de las Baleares, mismamente, donde están a la espera de que los
tribunales resuelvan sobre el recurso que presentó el Gobierno de España a
aquella delirante e insultante ley que aprobó el parlamento balear. Una
cobardía más. No prohibieron pero desnaturalizaron. No prohibieron pero lo
pusieron imposible. Por eso, por su historia, por lo que han peleado en los
últimos tiempos sus gentes, por el agravio general a la globalidad que supone
la situación actual, tienen razón en su queja. No abandonemos los toros en las
Baleares.
En Xàtiva más de lo mismo. Nadie
ha acudido en ayuda de los aficionados a los que un gobierno les puso la bota
en el cuello, se ciscó en la ley y cerró la plaza por sus mismísimos y ahora lo
que es peor… ha comenzado a no ser noticia
Y quien dice Palma o cualquier otra plaza de las islas dice
Xàtiva, que por estas fechas celebraba la feria más antigua de la Comunidad
Valenciana y donde los últimos años nadie acudió en ayuda de un grupo de
aficionados locales a los que un gobierno les puso la bota en el cuello, se
ciscó en la ley y cerró la plaza por sus mismísimos y, lo que es peor, vista la
atención que prestan los medios a la cuestión, ha comenzado a no ser noticia,
lo que equivale a la derrota fatal. Ahí tienen otro frente de acción, otra idea
para la gran idea. Si los anti necesitan hacer ruido para llegar a sus objetivos,
los aficionados comenzamos a necesitar ya de esas mismas estrategias. El
silencio es la muerte. Por eso mismo la atención de la Fundación a los grandes
eventos es imprescindible, las acciones vanguardistas también, pero hay que
pisar el barro a riesgo de quedarse en esa buena gran idea en la que estamos
estancados. Y no olviden que los del PACMA no solo vienen detrás sino que ya se
relamen. / José Luis Benlloch / Redacción APLAUSOS
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