domingo, 12 de agosto de 2018

ENTREVISTA - Manolo Vanegas: "Cada día noto cómo algo nuevo va despertando en mi cuerpo"

JAVIER LÓPEZ
@Javierlopez01

Inmerso en una dura lucha por resucitar su cuerpo, prácticamente inmóvil desde que un toro se lo llevara por delante el pasado mayo en la localidad española de Ledesma (Salamanca, oeste), el diestro venezolano Manolo Vanegas asegura que cada día nota como "algo nuevo va despertando".

Tras dos intervenciones para fijar las vértebras C4 y C5 y después de dos meses internado en un hospital especializado en paraplejias, el joven torero de 24 años no pierde la fe en recuperarse y poder, al menos, llegar a hacer una vida normal, ya que su evolución es bastante positiva. "Me encuentro bastante bien. He notado mucho la evolución porque cuando me operaron sólo podía mover los hombros, y ahora ya tengo movilidad en las manos y las piernas; ya me puedo ir levantando en la barra y voy sujetándome también. Es muy gratificante ver cómo cada día algo nuevo va despertando en mi cuerpo", asegura Vanegas en una entrevista con EFE.

"Los médicos están muy sorprendidos. No se explican cómo he podido mejorar tanto. Hace nada estaba prácticamente inmóvil, y ahora, aunque me falta todavía mucho, puedo decir que me encuentro a un sesenta por ciento", añade el joven nacido en Táchira en 1994.

Su pareja, "que no se separa de mi", además de los compañeros que están ingresados junto a él en el Hospital de Parapléjicos de Toledo (centro de España), considerado uno de los mejores de Europa, están siendo un soporte fundamental para el venezolano en estos difíciles momentos. "También me abriga la infinidad de mensajes, de visitas, de llamadas que he recibido de compañeros de profesión. Desde David de Miranda, que el año pasado estaba aquí pasando por algo muy parecido, a los maestros Padilla y Talavante; y muchísimos más. El mundo del toro es maravilloso. Hay una solidaridad, un respeto y un compañerismo extraordinario", explica.

Volver a los ruedos, a pesar de la dura experiencia vivida hace poco, es otro de los estímulos para su recuperación. "Aquí hay muchos que me tachan de loco o masoquista precisamente porque no se explican cómo puedo pensar en volver a torear después de lo que me ha pasado. Pero es que, como dice el maestro José Tomás, 'vivir sin torear no es vivir'", afirma.

Aunque, "también soy realista y, si por algún casual no pudiera volver a torear, también tendré que darle gracias a Dios, pues con que me permita poder hacer vida normal también le estaré eternamente agradecido", apunta.

Su actual situación, afirma el diestro, le ha hecho ver "la cruda realidad, sin disfraces. Los psicólogos nos hacen mucho hincapié en eso. Pero es que, además, mi propia forma de ser también es así. No se puede pensar en marcar el segundo gol sin haber anotado el primero. Hay que ir paso a paso. Me centro primero en recuperar a la persona y después, si Dios quiere, al torero", explica.

Desde que ingresó en el centro para parapléjicos, el pasado 30 de mayo, Vanegas mantiene una rutina que pasa por una terapia ocupacional "donde nos muestran la realidad de lo que sufrimos, además de enseñarnos cosas tan básicas como comer, vestirnos o pasar de la silla a la cama". Y después, "visita al gimnasio para ir cogiendo la fuerza en los músculos. Me siento como un bebé que tiene que volver a aprender todo desde cero".

De aquel día fatídico apenas recuerda que el toro se lo llevó por delante antes de perder el conocimiento. "Cuando desperté estaba ya en el helicóptero camino del hospital. Fueron horas de mucha confusión, también por la cantidad de medicamentos que me dieron. Luego me acostaron en una cama rígida, me pusieron dos tornillos en la cabeza y unas pesas de 15 kilos alrededor para estabilizar la médula y poder operarme. Lo pasé muy mal. Verte inmóvil, sin que tu cuerpo reaccione, es algo horroroso. No se lo deseo a nadie", asegura.

Sin embargo, el torero es capaz de valorar el hecho de estar vivo y "lo mucho que hay que agradecerle a Dios porque te permita mover un solo dedo. Comienzas a valorar cosas que antes ni recababas en ellas. Y eso no es más que aprender a vivir de verdad", concluye. / EFE

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