LUIS ALEMANY
Diario EL MUNDO de
Madrid
La cita llega una semana después de su apoteosis pamplonesa
(siete orejas y dos puertas grandes). Así que él viene exultante, además de
alto y buen mozo, como dirían en las novelas de Miraflores, su barrio de Lima.
Ojo: es menos inocente de lo que pueda parecer su mirada.
- En las corridas
buenas, como las de Pamplona, ¿en qué momento sabe que va a pasar algo?
Nunca llegas a estar seguro de lo que pasa. Te desenvuelves,
improvisas, haces lo que sientes. Hasta que no pasa todo no te das cuenta del
triunfo.
- Algo se intuirá.
Vas dispuesto, sabes que estás preparado para lo que venga.
- Y cuando sabe que
el toro es bueno, ¿da más miedo no estar a la altura que los pitones?
El miedo siempre está. El miedo a perder la vida y también
el miedo escénico. La clave es convertir eso en una motivación que te haga
disfrutar, que no te paralice.
- ¿Y el día que todo
sale mal?
A pasar página.
- Ésa es la teoría.
En la práctica, ¿cuánto dura el enfado o la tristeza?
No es tristeza, es impotencia. Y dura... Dura hasta que
toreas bien.
- Cuando torea, ¿la
cabeza piensa y toma decisiones racionales o se deja llevar?
Hay que pensar, saber lo que se hace y por qué se hace. Pero
también hay que tener corazón. Si no, es todo muy mecánico.
- Luego, cuando
termina, ¿sabe cuál es el valor de lo que ha hecho? ¿O es de los que creen que
van a sacar un 9 y luego sacan un 6,5?
Pero es que los toros no son un examen del instituto, dos
más dos pueden no ser cuatro. Funcionas más por las sensaciones que has tenido.
Y ahí, el que mejor sabe si uno ha estado bien o mal es uno mismo.
- ¿Se oye al público?
Me refiero a las voces singulares, no al tumulto.
Se oye todo. A veces, una vocecita que ha sido la más baja
de toda la plaza te llega en la soledad que sientes en la arena.
- Cuando alguien le
grita una impertinencia, ¿le perturba?
Puede afectar. Pero en eso también trabajamos, en hacer
fuerte la mente, en estar concentrado en lo que hago, que no es una broma.
- ¿Qué tal duerme la
noche antes y la noche después?
La noche antes duermo bien. La noche después de un día bueno
me cuesta más, le doy muchas vueltas a lo que he hecho. En cambio, la noche de
un día malo, quiero olvidar y duermo pronto.
- ¿Qué come los días
de corrida?
Desayuno muy fuerte y no almuerzo. Me lo dijo un
nutricionista.
- ¿Y al terminar
tiene hambre?
Muchísima hambre
- ¿Compite con sus
colegas?
Siento respeto y admiración. La motivación y la
competitividad están en mí, dentro, en mis ganas de ser mejor cada día.
- ¿Tiene amigos
toreros?
Con los que toreo más a menudo tengo amistad.
- ¿Amistad o un trato
cordial?
Amistad... Bueno, no es la relación que tengo con mis
amigos, son compañeros con los que me llevo bien.
- ¿A qué se dedican
sus amigos?
Mi mejor amigo se llama Mendel. Estudia Economía en Lima y
trabaja. De vez en cuando me lo traigo.
- Tiene que ser difícil
tener 21 años y que tu mejor amigo sea un torero famoso y con dinero.
Un poco. Me dicen que siempre estoy rodeado de gente mayor.
- ¿En qué se le va el
dinero?
No soy caprichoso. Alguna camisa... Pero pienso poco en
dinero.
- ¿Suele llevar
dinero encima?
Se me olvida sacar dinero. Pero sí que tengo mi tarjeta de
crédito.
- ¿Cuánto estudió?
Todo el instituto. El último año lo hice por internet. Estoy
preparado para entrar en una universidad.
- ¿Qué asignatura le
gustaba?
Pues...
- Bueno, ¿qué se le
daba mal?
Las Ciencias. En Matemáticas no, en Matemáticas me iba bien.
Y en Educación Física, también.
- ¡Ajá!
Y la Historia me gustaba. Leo Historia. Me gusta mucho leer.
- ¿Qué lee?
Me gusta leer biografías. Me impactó El más grande, de
Muham-mad Ali, y el libro de Juan Belmonte.
- ¿El de Chaves
Nogales?
Ése mismo. Me gustan esas historias de gente que consigue
cosas importantes en su profesión. Yo también estoy en eso.
- ¿Ha salido ya en el
¡Hola!?
No lo sé. Creo que no.
- Y el día que salga,
¿se enfadará mucho?
El día que ocurra, eso será algo que yo no pueda controlar.
Si un fotógrafo me siguiese cuando doy un paseo, no dependerá de mí que me haga
la foto o no. Así que espero no enfadarme
- ¿Le puedo preguntar
por la casa en la que vive?
Vivo solo. De momento, me gusta, aunque tiene truco: paso
muchos meses fuera. Pero me gusta tener ese espacio de soledad.
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