Según informa El Confidencial
Los críticos denuncian que la
presidenta y su marido (vicepresidente) están purgando las voces críticas para
blindarse de cara a las citas electorales, donde esperan conseguir escaños, del
principal partido político antitaurino.
El último CIS apuntala una tendencia al alza. El Partido
Animalista, Pacma, ha pasado en siete meses del 0,9 al 1,4% en intención de
voto. Si damos por bueno el pronóstico, obtendría ya el doble de papeletas que
el PNV (0,7%) o el PDeCAT (0,6%). Y lo más importante: tiene opciones reales de
enviar al menos un eurodiputado a Estrasburgo en las próximas europeas. Incluso
sueñan con un diputado en el Congreso. Los buenos augurios electorales se
reflejan también en el número de afiliados, que rozaba los 4.000 inscritos al
cierre del año pasado. Con una aportación mínima de 80 euros al año, recaudan
ya más de 300.000 euros sin recibir ninguna ayuda pública.
Detrás del éxito y la euforia se cocina una crisis interna,
desatada entre la actual dirección del partido y un sector de la militancia:
decenas de activistas y antiguos cargos orgánicos están denunciando que Pacma
se está convirtiendo a toda velocidad en el ‘chiringuito’ de la presidenta,
Silvia Barquero, de su marido, el vicepresidente Luis Víctor Moreno, y de la
portavoz y amiga de ambos, Laura Duarte. La lucha, aseguran los críticos, se ha
desencadenado precisamente ante las expectativa de éxito. ‘Lo que está ahora en
juego no es lo que había antes: un cargo sin remunerar en una estructura de
activistas voluntarios. Ahora se trata de un sillón en el Parlamento Europeo,
de un puesto de asistente en el Congreso, de cosas muy jugosas por las que
merece la pena pelear’, dicen.
Las voces críticas llevan meses protestando en privado o en
redes de acceso restringido, sobre todo a través de la Iniciativa Asamblea
Pacma en Facebook. Trataban de evitar, subrayan, que la causa animalista se viese
afectada por las críticas a la gestión del partido. ‘Lo más importante para
nosotros son los animales y no queremos dar munición a nuestros enemigos, a los
taurinos y los cazadores, pero ahora ya han llegado demasiado lejos. Se está
produciendo una sangría de gente que no es totalmente leal al matrimonio
Barquero-Moreno. Ya no hay intereses de partido, ni por los animales, sino
personales’, insisten. En junio se celebró un juicio —visto para sentencia—
atendiendo a una demanda de la exsecretaria de Organización y exmiembro de la
directiva Yasmina Larumbe, que pedía la nulidad de una asamblea ordinaria
celebrada en Sevilla el 5 de marzo. Según su versión, se cometieron
‘irregularidades graves’.
‘Se trata de un caso de corrupción interna y de dirección dictatorial’,
dice al teléfono. ‘Lo que denunciamos son ilegalidades y amaños en las
asambleas con las que el matrimonio y su círculo se están apropiando de un
proyecto que ha costado mucho esfuerzo levantar y lo han convertido en su
cortijo. Por ejemplo, han mandado las papeletas del voto delegado ya marcadas
con sus nombres y no han permitido desarrollar las propuestas de reforma que
hemos formulado. Están purgando a quien les cuestiona o pone en riesgo su
poder’, acusa. En su opinión, ‘hay cada vez menos interés en que los afiliados
participen y vayan a las asambleas’. Y ofrece un dato: ‘De los 38 coordinadores
territoriales que llegamos a tener, con representación en prácticamente todas
las provincias, ahora solo quedan 11. Unos han sido expulsados y otros se han
marchado por su propio pie’.
Desde la dirección de Pacma, insisten en que la
controvertida asamblea de Sevilla se desarrolló de manera ‘transparente y
legal’. Al mismo tiempo, no quieren facilitar datos sobre coordinadores
territoriales en activo. (En un comunicado posterior a la publicación de este
artículo enviado por la Junta Directiva del partido, aseguran que solo han sido
expulsados cuatro ‘por falta de confianza’, mientras que el resto se han
marchado voluntariamente ‘por decisiones personales’). La presidenta, Silvia
Barquero, niega que exista una crisis e insiste en que se trata de ‘un problema
con una afiliada concreta’… Sobre la ‘purga’ de coordinadores, argumenta que
‘no es relevante’ porque ‘los cargos voluntarios dependen del tiempo libre de
las personas y de la buena voluntad que le dediques a la gestión… No es
significativo que haya más o menos ahora, no es un dato relevante. Lo
importante son los afiliados y las encuestas, que nos dan representación
parlamentaria. Y estamos en nuestro mejor momento’, reivindica.
A muchos de los expulsados, como a María Beltrán,
excoordinadora en Baleares, les fue comunicada su destitución por ‘e-mail’. En
su caso, un correo recibido a principios de 2017 en el que la junta directiva
la fulminaba sin derecho a réplica por ‘buscar el apoyo de afiliados para
presentar una propuesta en la asamblea (…) de la que no has informado al
conjunto del equipo del que formas parte’, según se lee en el texto. Otro de
los coordinadores cesados se queja de que ‘la dirección no soporta la más
mínima crítica y se comportan como auténticos talibanes. En cuanto expresas el
más mínimo desacuerdo, te dejan fuera. De los afiliados solo quieren que paguen
para sus sueldos y ganar votos’.
A Luz Navarro, afiliada en Zaragoza desde 2011, la
expulsaron el año pasado por no estar al día con las cuotas. ‘Yo pagaba tarde
por mi situación económica y nunca había pasado nada. Después de expulsarme, he
intentado volver a afiliarme y no me responden, no me dejan. Está claro que es
una venganza porque apoyé las reformas propuestas con mi voto delegado en las
asambleas. Lo que está pasando es que el matrimonio blinda sus sillones de cara
a las elecciones y se gasta todo el dinero en pagar sueldos a su círculo. Una
de las últimas ofertas de trabajo que han sacado es un puesto de asistente para
la presidenta. ¿Con 4.000 afiliados necesitas de verdad un asistente personal
cuando casi no hay dinero para carteles ni para acciones de protesta?’.
Varios activistas críticos consultados por El Confidencial
coinciden en que la visión ‘electoralista’ de la actual dirección es también
parte del problema. ‘Pacma ha sido siempre un movimiento de activistas, pero
ahora están abandonando la lucha por los animales para centrarse en conseguir
un puesto en el Parlamento Europeo’, dice José Antonio Rodrigo, coordinador de
Las Palmas hasta su expulsión en diciembre de 2016 ‘por no cumplir los
objetivos’, según la comunicación oficial que le llegó de Madrid. ‘Nunca me
explicaron cuáles eran los objetivos porque, además, crecimos más en votos en
Las Palmas que en Madrid’.
Además del salario de eurodiputado, un escaño en Estrasburgo
supone una importante inyección de dinero para el partido y varias nóminas para
asesores fijos. ‘Por eso están abandonando el activismo sobre el que hemos
construido Pacma. La prioridad ya no es ir a protestar contra el Toro de la
Vega o contra una matanza de cabras. En lugar de eso, prefieren dedicar los
fondos a viajar y promocionarse. Lo del escaño está muy bien, pero no podemos
olvidar que el partido se creó para denunciar los abusos contra los animales,
no para hacer protagonistas a dos o tres personas’, insiste Rodrigo, quien
subió esta semana a las redes sociales una fotografía con su carné de Pacma
partido por la mitad.
El sector crítico habla también de una estructura
‘clientelar’ creada alrededor de la presidenta y su marido. En 2017, dedicaron
208.330 euros a gastos de personal, incluidas las cuotas de Seguridad Social.
‘No nos quieren decir cuánto cobra cada uno, pero haciendo cálculos con las
tablas disponibles, dividiendo entre los meses trabajados y las categorías, los
niveles más altos pueden estar ganando más de 2.000 euros. No es tanto dinero,
pero hay que tener en cuenta que este partido ha sido creado por activistas y voluntarios
que nunca hemos visto un duro, incluso que hemos puesto de nuestro bolsillo’,
se queja Rodrigo. Larumbe niega que esto sea así y habla de ‘sueldos de
supervivencia’ de entre 1.200 y 1.500 euros. ‘No nos estamos forrando con el
dinero de los afiliados. Al revés. Además, está todo aprobado de manera
transparente en las asambleas’, se defiende.
Otro de los cuestionamientos que se repite es el relativo a
las contrataciones en la estructura del partido, que ya cuenta con 10 nóminas,
de las cuales solo dos son de la junta directiva. ‘Hay cosas que no se
entienden. Tienen a un editor de vídeo. Antes lo hacíamos todo los activistas,
siempre había alguien que sabía grabar. Y si se necesitaba una cosa especial,
se contrataba el servicio y listo. Ahora pagan a un trabajador que no sabemos
cuánto cobra y que en todo 2017 ha editado 15 vídeos: uno con Silvia Barquero
en la puerta del Congreso, otro con Silvia Barquero pidiendo el voto para la
asamblea general, otro con Silvia Barquero en Bruselas de visita, Silvia
Barquero en Pamplona después de la manifestación de los Sanfermines. Es decir,
hay una persona contratada por el partido que lo único que se dedica es a
ensalzar la figura de la presidenta’, se queja Rodrigo. Según la Junta
Directiva de PACMA, ‘como muestra del rendimiento’ del equipo de vídeo ‘a lo
largo de 2017 se produjeron y editaron más de 200 vídeos’ publicados en las
redes sociales del partido.
Los activistas que defienden la gestión de Barquero y de su
marido reivindican las encuestas y los datos de afiliación. ‘Son
incontestables. Lo que está haciendo la presidenta es profesionalizar el
partido para conseguir más votos y llevar los problemas de los animales a la
política. Es el proceso lógico para crecer. Pero hay algunos afiliados que
vienen del activismo más duro, de encadenarse en una corrida de toros, y son
mucho más cortos de miras’, comenta uno de ellos, que prefiere mantenerse en el
anonimato. / MUNDOTORO
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