viernes, 24 de agosto de 2018

Este sábado en Táriba despierta el toreo en los Andes Venezolanos

Corrida de toros en el marco de la Feria de la Virgen de la Consolación
Táriba, la gran plaza que dio origen y semilla a la afición taurina de la FISS, de nuevo a su encuentro este sábado en su marco ferial. Foto: “Cucú” Rincones
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz

El pasado Martes de Carnaval, con el cierre de la Feria del Sol de este año, igualmente entraba en receso gran parte de la actividad taurina por ruedos del país. Uno que otro festejo se ha venido llevando a cabo, pero sin la estridencia que no hace poco hacia que por ejemplo se desplazase aficionados de extremo a extremo del país. La situación cada día más complicada ha hecho que literalmente la temporada nacional haya quedado desintegrada, y lo que una vez era un amplio circuito de ferias por el llano, centro y occidente del país, hoy es puro recuerdos, que se avivan por aficionados prácticos que vienen “matando el gusanillo” en festejos menores que no dejan de ser eso, menores.

Táriba vino ser el Portón Taurino de los Andes venezolanos. Fue cita donde el amplio toro cunero marcó una época donde novilleros locales como los Ramos, Pino, Colombo, se torearon gran parte de su historia más prolífica. Fue un sueño logrado que en 1996 se inaugurara su Coliseo, el cual actualmente lleva el merecido epónimo de Hugo Domingo Molina. Vino el declive y con ello el interés por recuperar una plaza que incluso se ha apostado por rescatarla estando tan cerca de numerosa afición entendida.

Este año se apuesta por un curioso cartel. Dos toreros mexicanos hacen el paseíllo, uno de estos tomando alternativa. Y para ello la ocasión para que un torero tovareño marginado por las empresas actuales, radicado en Madrid, se juegue su valiosa apuesta por entrar en mejores ferias y carteles. Sus nombres son el del espada zacatecano Jorge Delijorge quien le estará dando la alternativa al queretano Rodrigo Cepeda “El Breco”, ante el testimonio del espada tovareño Curro Ramírez. Los toros, del hierro yaracuyano de Campolargo.

Supone este festejo el volver darle vida taurina a la pintoresca ciudad dormitorio de Táriba. Tradición e historia tiene en su haber, a la espera que la afición, y en especial ese verdadero aficionado, apoye la propuesta que hace un grupo de taurinos en momentos donde lo que más necesita el toreo nacional es la incondicional presencia en la plaza de quienes dicen ser amantes a este bello rito.

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