La
empresa Pagés está dando los últimos toques a los carteles de primavera aunque
el rumbo de la pandemia y las indicaciones de las autoridades tendrán la última
palabra
ÁLVARO R.
DEL MORAL
Diario EL
CORREO DE ANDALUCÍA
No es ningún secreto. La empresa Pagés ya lleva
muchas semanas trabajando en la confección de los carteles que deben reabrir la
plaza de la Maestranza después de un largo e indeseado año en barbecho. La
secuencia de los hechos es más o menos conocida, además de los vericuetos de
unas contrataciones –o toma de compromiso con los toreros y ganaderías- que han
detallado algunos medios. Hablaremos de ello en estos días... pero antes hay
que recordar –aunque sea apresuradamente- que los primeros planes pasaban por
salvar la emblemática fecha del Domingo de Resurrección después de confirmar
que, un año más, no habría fiesta, farolillos ni, mucho menos, cofradías en las
calles.
Valencia se desembarazaba así de un esquema cerrado
en torno a las fechas tradicionales, lo que le ha permitido una mayor
elasticidad en torno a los vaivenes de la campaña. Hay que advertir que los
rigores de la tercera ola supusieron un jarrazo de agua fría que, posiblemente,
ralentizó, enfrió y llegó a parar la gestación de ese ciclo de transición. El
empresario, en cualquier caso, volvió a concitar la atención en un encuentro
con el alcalde en el que anunciaba que todo estaba preparado para dar toros.
Eso sí, el telón tendría que levantarse más tarde, el día 18 de abril. Y, ojo,
siempre en función de ese 50% del aforo que los empresarios más encopetados
consideran el mínimo asumible para levantar la persiana.
A partir de ahí volvieron las quinielas de los
carteles. Muchos de ellos ya revolotean por las redes y, sobre todo, alimentan
los sueños de los aficionados. Es más que sabido que la combinación formada por
Morante de la Puebla, Andrés Roca Rey y Pablo Aguado es la escogida para
reabrir la plaza pero dejaremos el resto de las combinaciones, que están a
punto de salir del horno, para una pieza específica. Vale, hay que carteles.
Pero hay que estar preparado para lo que sea.
Pendientes del virus
Los rigores de pandemia han enfriado y vuelto a
calentar los entusiasmos con efecto de montaña rusa. Pero ahí están las
informaciones y filtraciones de los últimos días que ya dan por rematadas las
combinaciones y hasta las curiosidades y los vericuetos de las contrataciones.
Los carteles están a punto. Se quieren presentar. Pero la pelota sigue estando en
el tejado de las autoridades gubernativas de la Junta de Andalucía. Los hilos
de comunicación con las empresas taurinas en general, y los Pagés en
particular, han sido más o menos fluidos desde ciertos despachos. En la Junta
quieren que haya toros pero aún no pueden asegurar, ni de lejos, ese famoso
medio aforo más allá de las buenas palabras. Eso sí: el tiempo sigue corriendo
y no se puede demorar mucho más una respuesta definitiva para dar carta de
naturaleza a esas combinaciones que ya corren de móvil en móvil.
En espera de lo que pueda pasar ya hay otras
ferias en preparación. Algunas tienen ya hasta carteles publicados. Es el caso
de Leganés, organizada por uno de los jóvenes emergentes del empresariado
taurino. Hablamos de Alberto García, que ha dado carácter de apuesta o
interpelación a sus combinaciones de toros y toreros. Sólo serán posibles con
la flexibilidad de la Comunidad de Madrid que, en la práctica, tiene prohibido
el espectáculo. José María Garzón también tiene definido el plan para que Córdoba
tenga toros en mayo. Hay algunos flecos aún y ciertos compromisos por amarrar.
Pues a ver qué pasa...
La reunión del comité de crisis
Estos días atrás también se habló largo y tendido
de la reunión del llamado ‘comité de crisis’ de la tauromaquia. Fueron muñidos
y convocados a la casa de Antonio Barrera, hombre fuerte de los intereses
taurinos del grupo Bailleres en este lado del charco y representante de ANOET.
También acudieron Victorino Martín, Borja Cardelús y Cristina Sánchez en su
condición de patronos de la FTL además de Antonio Bañuelos y Lucía Martín, por
la Unión de Criadores además de distintos representantes de las asociaciones
profesionales de matadores y cuadrillas.
El caso es que después de tan ¿trascedente?
reunión se despacharon con un somero comunicado que nos dejó con más frío que
calor. De dicho documento se puede concluir que habrá gira de reconstrucción
retocando los planes del pasado año; que hay que revisar las cuentas de la del
pasado... además de analizar “las medidas a adoptar para la renovación y
reactivación del sector taurino”. ¿Cuáles son esas medidas, señores míos? ¿Se
puede despachar con un único renglón el cataclismo que azota al toreo? ¿Cuáles
son las líneas maestras de ese supuesto análisis? Podríamos seguir formulando
muchas preguntas más. Eso y nada, es lo mismo...
Esperamos más, mucho más, de la reunión de los
pesos pesados del empresariado convocados bajo las discutidas siglas de ANOET
para el próximo día 3 de marzo. Toca enterrar algunas hachas de guerra, dejar
de mirar por encima del hombro a los empresarios emergentes y empezar a remar
en la misma dirección. Hay amagos de carteles, planes para dar toros y, sobre
todo, empieza a existir una conciencia común del desastre. Ahora toca estar a
la altura de las circunstancias y venir llorados de casa.
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