Puede que la pandemia deje las cosas en su lugar
exacto. Puede que, al fin, tengamos el certificado notarial de que sin
encierros no hay corridas de toros por San Fermín. Se entiende que, sin el
amparo del patrón, los toros tengan su dificultad pues la fecha de los santos
significa fiesta y la fiesta del lugar, toros. Se entiende también que esta
lógica se multiplica mucho más en Pamplona, unas fiestas internacionales cuyo
volumen de ingresos alrededor de los toros galopando en un encierro, es el
mayor ingreso que una ciudad tiene por el efecto de la “Tauromaquia”. Y también
se entiende que la peculiaridad de gestión benefactora de los festejos haya de
cuidar los números, no sea que no sólo no se gane dinero, sino que le cueste a
la Casa de Misericordia.
Todo esto se entiende, pero me gustaría, que, en
entendiendo, se entendiera también algún aspecto más. Que se entendiera la
lógica de la coherencia, de la razón de necesidad y de la posibilidad razonada
de dar toros sin encierros. La coherencia dice que los toros y los toreros son
claves en los Sanfermines. Que ellos han sido y serán las piezas claves de un
engañe económico que ha fabricado prosperidad para una ciudad, Ayuntamiento y
Casa de Misericordia. Eso no creo que entre fuera de lógica alguna. Y, dando un
paso más, no sé hasta qué punto, en un quid pro quo razonable, no sea ahora el
momento en el que la ciudad y el Ayuntamiento, “devuelvan” a los benefactores,
toro y torero, una parte minúscula de lo que ellos han aportado en décadas y
seguirán aportando en un futuro.
«La lógica también dice que, si la necesidad básica del
sector es que se dé salida a toros y toreros, no se analice la posibilidad de
dar corridas sin encierros»
Da la impresión, en esta lógica que se aplica
ahora la del viejo refrán “donde hay patrón no manda marinero”. Es decir, que
el patrón es el encierro y el marinero, la corrida, es decir, el toro en la
plaza. Y la lógica dice que un Ayuntamiento que debería ser favorable al
marinero, las corridas de toros, no vaya a razonar otras lógicas que no sean el
no. Porque toda salida a un toro que no haya de venderse a precio de carne,
precio de hambre, es bienvenida. Porque todo boletín sellado y salario es mejor
que cero. Porque el toreo lo necesita tanto ahora como cualquier obra de
caridad o misericordia.
La lógica también dice que, si la necesidad básica
del sector es que se dé salida a toros y toreros, no se analice la posibilidad
de dar corridas sin encierros. Porque la lógica dice que otras plazas los van a
dar y los están dando con aforos muy reducidos. Y la lógica dice, también, que
una plaza con aforo tan grande, tiene posibilidad de más taquilla. También dice
la lógica que el dinero la televisión ayuda y mucho al balance económico y la
lógica dice que los honorarios y cachés se están ajustando a la miseria actual
del estado de pandemia.
Las lógicas lo son en toda lógica. Y todas muy coherentes.
Pero cuando las lógicas se usan para efectos contarios: corridas de toros sin
encierros no, o corridas de toros sin encierros sí, quizá haya de entrar en
juego un factor aún más lógico. El de la solidaridad, el de tener memoria, el
de devolver un favor quien tanto favor hace, aportar un gramo de bienestar a
quien durante décadas tanto bienestar a aportado. Y, sinceramente, creo que se
puede hacer sin perder dinero y hasta ganando algo. La lógica y la coherencia
tiene estas cosas, que a veces repone la embestida al pase de la lógica
interesada. / CARLOS RUIZ VILLASUSO - MUNDOTORO
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