José María Mendoza |
BORJA ILIÁN
Fotos: www.laplazamexico.com
Los novilleros mexicanos Christian Iván y José
María Mendoza se apuntaron como los triunfadores de la sexta novillada, del
serial Soñadores de Gloria 2019, que se llevó a cabo este viernes por la noche
en la Plaza México.
Fue una entretenida novillada nocturna en La
Monumental, a pesar de la mansedumbre de los novillos, gracias a los detalles
que acontecieron en el ruedo y por la decisión de Christian Iván con sus dos
astados. Mendoza cortó una oreja al tercero de la tarde y el tercer alternante,
Juan Pedro Llaguno saludó al tercio. Unas 2.000 personas asistieron al sexto
festejo.
En el duelo de los dos banderilleros más
relevantes de México, Gustavo Campos y Cristian Sánchez, hubo un empate
técnico, ambos fueron obligados por los espectadores a salir al tercio.
La expectación por la presentación y juego de los
novillos se saldó con una corrida absolutamente mansa y de presentación
despareja. El sexto novillo fue devuelto más por la acumulación de desencanto
de los aficionados, presentes en La México, que por la endeblez de patas que
mostró el astado que parecía más acalambramiento que lesión.
Tres hierros se lidiaron en la tarde, Monte Caldera,
Maravillas y Campo Hermoso; todos ausentes de casta. De las decisiones del
palco y la actitud de los tendidos fue damnificado el rebautizado Christian
Iván en sus dos mansos novillos.
El joven de Aguascalientes, Christian Iván,
realizó las dos faenas con más pundonor de lo que va de ciclo de novilladas. Con
su primero, del hierro de Maravillas, de boca abierta que rehuía a todo
encuentro y se quedaba a media embestida, se plantó muy cruzado, con la muleta
caída, cargando la suerte. Lo que sucedió es lo que tantas veces se extraña en
esta plaza, el valor del novillero queriendo mandar provocó la furia del manso.
La res tomaba la muleta especialmente con transmisión por el pitón izquierdo,
sin perder su peligro de toro sin casta ni nobleza.
Christian Iván |
Iván con una clara falta de corridas en su toreo
pero con un valor seco, logró ejecutar profundos pases por ambos pitones a
pesar de que el enfurecido novillo lo prendió varias veces. Logró matar de
media estocada y el juez de plaza, confundiendo casta con furia de manso,
otorgó el arrastre lento al de Maravillas, mientras el novillero no obtuvo
ningún reconocimiento a su meritoria labor.
Con su segundo novillo, que sencillamente no
tomaba ningún engaño por una mansedumbre digna de banderillas negras, insistió
en demostrar su pureza con la muleta y se jugó la vida. La aparición de un
espontaneo que reclamaba su oportunidad fue celebrada por los tendidos con
burlas para Christian Iván, que se aferraba con pundonor y verdad, sin trampas
ni gestos afectados, a la suya. Naufragó con el descabello y acabó entre pitos.
José María Mendoza logró una oreja con su primero,
un manso que su buena labor con medias verónicas, la brega de Campos y sobre
toda una soberbia vara, fijaron al novillo en dos tandas de muletas de tres
pases fijos que lo hubiesen sido más si Mendoza hubiera estado más pendiente de
mandar que de gustar con remates de pecho al público. El novillo se dispersó y
la faena acabó con pases sueltos aprovechando la embestida. Una estocada
trasera le valió la oreja.
El que cerraba plaza lo brindó Mendoza a un
espontáneo, proveniente de Yucatán, donde hay una lucha legal para evitar la
prohibición de las corridas de toros. Otro manso de libro con el que no se
decidió a jugársela pero que con el que supo conectar con los asistentes con un
toreo de cartel y pases sueltos. Pinchó y perdió la puerta grande.
En tanto, Llaguno estuvo muy despegado con sus dos
novillos aunque mató bien a ambos.
Cristian Sánchez puso un par eléctrico con gran
pausa que enceló al novillo y Gustavo Campos hizo gala en sus dos pares de su
extraordinaria sobriedad. Tablas en el celebrado reto entre estos dos
importantes banderilleros. / EFE
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