La
feria de Otoño de Madrid ha sido el principal argumento taurino de una semana
en la que se ha conocido la fecha de vuelta de Roca Rey. Mientras tanto,
comienza la cuenta atrás para la clausura definitiva de la temporada hispalense.
ÁLVARO R.
DEL MORAL
Diario CORREO
DE ANDALUCÍA
Pongamos que hablo de Madrid...
La Feria de Otoño de Madrid ya es historia. El
primer capítulo del ciclo venteño, que pivotaba entre dos fines de semana
consecutivos, estuvo marcado por la gran faena de Miguel Ángel Perera a un
sobresaliente toro de Núñez del Cuvillo. Pero el animal y el trasteo –al que le
faltó refrendo con la espada- no se libraron de las protestas del sector más
intransigente de la plaza. Fue en el mano a mano con Paco Ureña que,
curiosamente, cuenta con el dudoso favor del famoso ‘Siete’. Pero el polémico
tendido se iba a poner bizcochón y besucón con la despedida de Manuel Jesús
‘El Cid’ en una de las plazas que –eso sí- más y mejor le han visto. Pero hay
que detenerse especialmente con las iras volcadas contra Perera y la tormenta
que se desató durante la lidia de ‘Portugués’, el excelente ejemplar que puso
en evidencia la pretendida y ruidosa sapiencia de los protestones. A Perera,
posiblemente, no le perdonan aquella segunda oreja generosa que validó aquella
salida a hombros de San Isidro. Pero es que en esta Feria de Otoño iba a dar
motivos más sobrados para irse por la Puerta Grande y camino de la Puerta de
Alcalá. Ya es sabido: los gritos y las protestas suelen ser aval de la
condición de figura. El almíbar, por el contrario, se regala para los que no
inquietan. Ureña debería tomar nota. Sí hubo mucha mayor unanimidad en la
original y gloriosa tarde global que sirvió de antología para el mejor Antonio
Ferrera. El extremeño se encerró con seis toros el pasado sábado logrando una
obra personal, distinta, recreada en el detalle, desbordante en la variedad,
aliada con el espectáculo... El definitivo cómputo de orejas no da idea de la
dimensión de un torero que abrió la Puerta Grande con todo merecimiento. Era la
definitiva guinda a una feria otoñal que naufragó en el cierre a lomos de un
declinante envío de Adolfo Martín, otro de los consentidos de la Villa y Corte.
La competencia también se aplaza en Acho
Pero en la semana taurina que se fue también se
habló de la reaparición de Roca Rey. El peruano, que ha pasado en blanco más de
la mitad de la temporada española, ya ha puesto fecha a su vuelta. Será el
próximo 3 de noviembre en la feria del Señor de los Milagros. La plaza de Lima
–su patria chica- está gestionada por los apoderados que gestionan sus asuntos
en tierras mexicanas, la firma Casa Toreros. Lo curioso del caso es que el
paladín limeño comparte cartel con Finito y Ponce, dos toreros que suman casi
60 años de alternativa con los que la competencia ni está ni se la espera.
Habrá que esperar hasta el día 24 de noviembre para ver anunciado el nombre de
Pablo Aguado, justo una semana antes del último festejo del ciclo, que vuelve a
sumar el nombre de Roca Rey con dos ‘partenaires’ escasamente inquietantes como
Castella y Manzanares. Al turrón: en Lima también ha quedado aplazado el duelo
definitivo entre los dos gallos del corral. Roca Rey cerraba el cartel de la
impresionante revelación de Pablo Aguado en la tarde del Viernes de Farolillos.
Aquel día, haciendo un gran esfuerzo, el peruano salió cavilando de la plaza. No
han vuelto a verse en un patio de cuadrillas.
A punto de recoger los bártulos
La temporada sevillana entonará su adiós
definitivo el próximo sábado. Será con el lujoso festival organizado para las
obras sociales y asistenciales de las hermandades del Baratillo y la Esperanza
de Triana. Dicen que habrá una decoración especial en la plaza y hasta un
estreno, el de un pasodoble de Abel Moreno dedicado a Pablo Aguado, la estrella
más brillante de un cartel redondo al que no le falta su nubarrón de última hora.
José María Manzanares ha tenido que renunciar a su primer compromiso en la
feria del Pilar por unos problemas de lumbalgia que se han unido a las
molestias que arrastraba en una mano. Ya había tenido que cortar algunos días
antes de afrontar su compromiso en la feria de San Miguel, hace poco más de una
semana. Pero no ha habido más. Al alicantino aún le queda un segundo contrato
en Zaragoza, el próximo viernes, que será la llave de su definitiva
comparecencia en Sevilla vestido de corto. Atrás habrán quedado 28 festejos en
los que, como en botica, hubo de todo. Y a partir de ahí, el larguísimo
clarinazo que despedirá el festival del día del Pilar y la propia campaña nos
hará un poquito más viejos. Afortunadamente, tendremos muchas cosas que contar
de este año de toros que resumiremos muy pronto en esta ventana digital.
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