El
joven torero sevillano se proclamó triunfador absoluto con cuatro orejas y
logró abrir la Puerta del Príncipe por primera vez en su carrera profesional.
LORENA
MUÑOZ
@LorenaLimon
Diario ABC
de Madrid
Un año más, el Doce de Octubre ha puesto el punto
final a la temporada taurina en la Real Maestranza. Han pasado seis meses desde
que el 21 de abril se inauguró la campaña de 2019 con la cita más esperada del
Domingo de Resurrección. En total han sido 28 festejos: 14 corridas de toros,
una corrida mixta, una corrida de rejones, 7 novilladas con picadores, 4 sin
picadores y un festival taurino.
Hasta aquí los primeros números de un año que ha
tenido como protagonista indiscutible al torero sevillano Pablo Aguado. Un solo
paseíllo, el del 10 de mayo, fue suficiente para proclamarse triunfador de la
temporada además de erigirse como el nuevo torero de Sevilla. Su contundente
actuación y el balance numérico de cuatro orejas ante los toros de Jandilla lo
auparon a hombros por la Puerta del Príncipe.
Con apenas diez paseíllos, desplegó un toreo
templado, clásico y lleno de ritmo que lo han convertido en el diestro
revelación de la temporada. Morante de la Puebla y Roca Rey, de quienes
hablaremos más adelante, asistieron como testigos a esta fecha histórica.
Julián López «El Juli» fue el único torero que
también alcanzó la gloria de cruzar a hombros la puerta más deseada por sexta
vez en su carrera aunque no sin polémica. El madrileño volvió a Sevilla como
base del abono después de indultar a «Orgullito» el año pasado y encontró un
palco muy generoso que le puso en bandeja el triunfo, otra vez con los garcigrandes.
No pudo repetir éxito en la corrida mixta en la que se había acartelado, ni en
septiembre ni tampoco el Domingo de Resurrección.
Roca Rey volvió a estar en esa fecha por tercer
año consecutivo y aunque, entregado, no fue él mismo hasta el día de Núñez del
Cuvillo. El peruano firmó una gran faena por la que le llegaron a pedir el rabo
y a punto estuvo de lograr lo que tanto ansía, que no es otra cosa que salir
aupado por el Paseo de Colón. Cortó dos orejas con mucha fuerza y salió
relanzado hasta que el 10 de mayo llegó el huracán Aguado para arrasar con
todo.
Roca, que llegó a irse a la puerta de chiqueros,
salió de la plaza cavilando. Su posterior lesión y retirada en julio ha
imposibilitado su presencia en San Miguel -sustituido por un Enrique Ponce del
que hay poco que reseñar- y que se hayan visto de nuevo vestidos de luces.
El otro integrante del cartel, Morante de la
Puebla, ha vuelto a repetir -una vez más- su mala suerte con los toros, incluso
en el festival del Doce de Octubre. Lo mejor de su paso por el coso del
Baratillo ha sido el toreo de capa, sobre todo el día del triunfo de El Juli ya
que en la famosa fecha de la apoteosis aguadista dejó una faena de oreja plena
de detalles eclipsada por el nuevo torero de Sevilla.
En este breve pero intenso repaso de toreros aún
nos queda por citar a José María Manzanares que volvió a ser una piedra angular
de los carteles de Sevilla pero que no anduvo, ni de lejos, al nivel que
siempre mantuvo en «su plaza». Cortó una oreja en Pascua, maquillando el
resultado de una apertura para el olvido, pero estuvo por debajo de los astados
que sorteó las otras dos tardes. La de la Feria de San Miguel acabó siendo la
última de su temporada.
Se cayó del festival del 12 de octubre y entró un
Miguel Ángel Perera que terminó como triunfador con dos orejas que también fue
autor de una buena faena en la Feria de Abril con los toros de Santiago Domecq.
En el capítulo de toreros destacados no podemos
olvidar a los debutantes, el peruano Joaquín Galdós y Emilio de Justo, que
brillaron a buena altura. El extremeño no tuvo espada para refrendar una buena
actuación con la de Victorino Martín en la que volvió a destacar su paisano
Antonio Ferrera, confirmado como un diestro con una gran personalidad. Entró,
por fin, en Sevilla Diego Urdiales a pesar de no lograr premio que sí consiguió
el sevillano Rafael Serna, igual que El Fandi, quien puntuó de nuevo con la de
Fuente Ymbro.
A Octavio Chacón, un excelente lidiador, se le
escapó el premio con los miuras. Se lo negaron a Luis Bolívar, que dio una
vuelta al ruedo, al igual que Álvaro Lorenzo. Dos fueron las que dio Cayetano,
que tuvo un lote de lío en los de Domingo Hernández y al que se le escapó el
triunfo como a López Simón con Fuente Ymbro y a Pepe Moral con El Pilar. En el
apartado de decepciones también entra Sebastián Castella, que se anunció con
los miura sin historia.
En los capítulos para el recuerdo están la emotiva
despedida de Manuel Jesús «El Cid» que se retira tras 20 años de alternativa y
el ilusionante doctorado de Ángel Jiménez, un torero a tener en cuenta.
Rejoneadores y ganaderías
El arte del rejoneo tuvo este año una deslavazada
corrida mixta en la que participó Diego Ventura que falló con los aceros. El
jinete de La Puebla firmó el mejor toreo a caballo y tuvo otra cita más para la
alternativa de Guillermo Hermoso de Mendoza, que cortó un apéndice, de manos de
su padre, Pablo Hermoso y Lea Vicens.
Una mención especial merecen las ganaderías en
esta temporada 2019. El nivel subió aunque hubo muchos ejemplares
desaprovechados. El más destacado fue el hierro de Ricardo Gallardo así que
Fuente Ymbro apareció en la mayoría de premios. El nivel de la debutante
Santiago Domecq fue muy alto, con un toro de vuelta al ruedo, «Aperador». Otro
ejemplar de Garcigrande, «Arrogante», logró este premio aunque fue algo
excesivo.
Hay que subrayar también la encastada corrida de
Victorino Martín, además de Torrestrella, Jandilla y un gran astado de Núñez
del Cuvillo, de nombre «Encendido». En las corridas de toros, bajaron el nivel
La Palmosilla, Miura, Victoriano del Río y Juan Pedro Domecq.
Novillos y novilleros
El balance de las novilladas de abono se decanta
de lado del ganado. Cuatro orejas y seis vueltas al ruedo es el escaso balance
estadístico de los 18 novilleros anunciados en siete festejos, de los que once
hacían su presentación en el coso del Arenal.
El balance artístico tampoco es mejor, en el que
destaca el madrileño Rafael González, único capaz de cortar dos orejas, una a
cada uno de su lote, en el debutante encierro de José Cruz. Se ganó la
repetición en el festejo de triunfadores -donde el palco le negó el premio- al
igual que Juan Pedro García «Calerito» y Antonio Grande, que le cortó un trofeo
a uno de Dolores Rufino.
El sevillano Calerito, negado con la fortuna,
además se llevó una cornada en la axila de que la que todavía está
convaleciente. La que antaño fue joven promesa demostró un toreo más reposado y
maduro, como el de Ángel Jiménez, ya matador, que cortó una oreja en su
despedida del escalafón menor. Dio una vuelta al ruedo El Rafi, el único
representante francés, y dos Manuel Diosleguarde, un entregado salmantino.
Decepcionó el juego de los de Dolores Rufino y
Soto de la Fuente. La de Fuente Ymbro, escogida para los sevillanos en el
Corpus, estuvo bien presentada y tuvo movilidad pero no fue aprovechada por la
terna que formaron Emilio Silvera, Calerito y Daniel de la Fuente. Tampoco
aprovecharon el buen encierro de Espartaco el Rafi ni Kevin de Luis. Pasaron de
puntillas Aquilino Girón, Fernando Navarro, Parrita, Javier Orozco y Pablo
Páez, sin suerte, en el duro examen de torear en la Real Maestranza.
No hay que olvidar el ciclo de promoción donde
participaron 18 aspirantes con un nivel superior al de ediciones anteriores.
Ganó González-Écija que toreó el festival del Doce de Octubre y que espera
tener un hueco en los carteles de 2020. Ya queda menos.
Las estadísticas de los 28 festejos arrojan una
cifra de 30 orejas. Veinte de estos trofeos lo han logrado matadores de toros;
cuatro, novilleros con picadores; dos para rejoneadores y cuatro, los
novilleros sin caballos. En cabeza está Pablo Aguado, con cuatro trofeos,
seguido de El Juli, Roca Rey y Miguel Ángel Perera con tres. Dos han cortado
Ángel Jiménez, Rafael González y González-Écija. Con un trofeo hay un largo
listado. Manzanares, Rafael Serna, Antonio Ferrera, Morante de la Puebla, El
Fandi, El Cid, Diego Ventura, Guillermo Hermoso de Mendoza, Antonio Grande,
Uceda Vargas y Solalito. Hubo 26 vueltas al ruedo y se el cartel de «no hay
billetes» cuatro tardes.
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