Destacado triunfo de Hugo Domingo
Molina ante lleno de “no hay billetes”
RUBEN DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Ha
sido una de esas corridas que cuando uno sale de la plaza, lo hace satisfecho
de lo visto y acontecido. Y tenía que ser en el cartel más importante del abono
de este año, el que de nuevo las aguas volvieran a su cauce. Comenzando por el
juego de los toros, el cual han sacado a relucir nobleza y recorrido que ha
propiciado un gran balance artístico. Lo otro, la seriedad con la que se le ha
hecho las cosas por parte de los toreros, y como no, por el palco presidencial,
quien en esta ocasión se ha reivindicado con un proceder justo y equilibrado a
lo acontecido, lo que ha hecho que la tarde tenga mucho más aun la importancia
que tuvo, desde el primero hasta el último toro.
Una
corrida de muchísimos matices, empezando por el hecho fundamental de que en la
arena se ha visto toros y toreros a plenitud. El lote de astados que se ha traído
el Lic. Hugo Domingo Molina en su
regreso a esta plaza, ha sido como ha venido saliendo su camada en las últimas
citas donde ha acudido, de verdadera importancia, en este caso con un fondo de
nobleza y recorrido idóneo para el toreo contemporáneo, con elemento condicionante
algunos toros de lo limitadas de las fuerzas. Y para ello ha contado con
toreros de sobrados recursos para lucirlos, descubrirlos y entenderlos, a tal
punto de cortarle seis orejas, orejas de verdad, no de mentirillas, que engañan
a cualquiera que no haya estado en la plaza.
Plaza
con lleno a reventar. Parecía que en los tendidos altos hubiese sobreventa de
entradas, pues no se justifica la delicada situación del cómo se encontraban de
atiborrados los accesos, donde no cabía “un
alma”. Algo que llama la atención y colocarle la lupa. Y con todo esto, la disposición,
entrega, raza de tres toreros que desde el primer minuto de la corrida hasta su
final no se doblegaron por ganarse la pelea cada uno, en el ruedo. Así por
ejemplo Benítez ha cortado tres
orejas, dos de ellas simbólicas tras una labor cumbre que desde ya guardamos en
el baúl de lo destacado de la feria; El Fandi se ha llevado una, tras
pechar con un lote flojo, y Talavante
se ha trabajado una faena de aguante, ante el que cerró plaza, que ha saldado
con par de orejas de contundente propiedad.
La
tarde inició con la lidia de un áspero y pegajoso astado, el cual en las manos
de Leonardo Benítez lució mayor de
lo que se podía uno imaginar. La firmeza de pies, el dominio de terrenos en
tablas, así como los toques y mando con la muleta hicieron de esta un verdadero
compendio de lidia, en especial por la derecha, donde el toro probaba al torero
venciéndosele en reiteradas ocasiones. El espadazo en todo lo alto, desató el
primer conato de algarabía en el tendido tras la presidencia acertadamente
conceder solo una oreja, y la queja del torero con gesto al palco de tal decisión.
Pero
vendría la suerte a sonreírle a Benítez, tras en primeras instancias pasar de
capote a su segundo del lote, quien reparado de la vista, no atendía a los
capotes de los alternantes, a tal punto del mismo torero tener que taparse en
el burladero y esperar que devolvieran al animal a los corrales como medida de presión.
Saldría como cuarto bis de la corrida «Valladares»
y vaya que manantial de bravura se ha conseguido Leonardo, desde su mismo saludo de capa, genuflexa la rodilla, para
luego en el medido castigo a cargo de “El
Llanerito” pelear el toro con franqueza, metiendo y empujando los riñones y
la cara abajo del peto. Banderilleado con eficacia por el propio espada dejaría
preparada mesa, para lo que sería un recital completo de toreo, por ambos
pitones.
Una
a una, la series de muletazos, de hasta cinco y seis, dieron pie a una gran obra
de toreo, tomando ribetes de apoteosis por naturales de largo y templado trazo,
ante la boyante embestida de un toro que fue a más, nunca rehuyó a la pelea y
en especial una fijeza digna de admirar. Tal ejemplar no podía desaprovecharse,
comenzando aflorar los pañuelos que con unanimidad solicitaron el indulto
totalmente justificado de este gran toro, para desde lo alto asomarse el
pañuelo naranja y con ello el triunfo del toro y del mismo torero, quien
compartió con los ganaderos la que ha sido unas de las grandes faenas de la
feria, sino la mejor.
Fandi había tenido que sortear por la
mañana las endebles fuerzas de un lote que no le ha dejado del todo lucir, y
con toros de este calado, este torero no luce, pues requiere un toro con tranco
y acometividad. Lo entendió El Fandi, quien hizo intento de que
le cambiaran al toro, tras este resentirse de los remos traseros, desde su
salida del saludo de capa. Picado en su mínima expresión, a Fandila no le quedo remedio hacer
labores de enfermero en banderillas, en dilatado tercio, así como en la muleta,
llevándole a media altura, sobándolo en cada pase que por la diestra y
siniestra administró. Pero ello no calaría en el tendido, por lo que tras estocada
desprendida y descabello, con tímidas palmas le premió.
El Fandi ha tenido que echar mano de sus recursos técnicos y facultades para cortar una oreja, ayer, ante endeble lote que despachó. Foto: José León |
Su
segundo ejemplar tampoco fue un dechado de fuerzas, pero si potencial
colaborador por ambas manos dada su nobleza y largo recorrido, cualidades estas
que aprovechó el veterano espada para hacer una faena lucida, con
intermitencias y pausas, distancia entre muletazos, que obraron el milagro de
hacer ver mejor de lo que era este toro. Previamente le había adornado con
cuatro pares de rehiletes y había toreado de capa por navarras, para luego de espadazo en lo alto, nuevamente la petición
fuera mayoritaria y la presidencia justa en su proceder premiara con una
merecida oreja, de las que valen, y no de mentirilla mi estimado Sr. Fandi.
Alejandro Talavante acompañaría a Benítez en triunfal paso por Mérida, cortando las dos orejas del que cerró plaza, dejando ver mando, temple y avasallante desparpajo. Foto: José León |
Alejandro Talavante había venido a Mérida con la vitola
de uno de los toreros a tener la atención total de aficionado, y en verdad que
no defraudo su puesta en escena pues ante el toro potable supo sacarle partido
a plenitud, en especial ante el que cerró plaza, jabonero que portando esa
pizca de nobleza importante de todo el encierro bastó para que el famélico
espada se centrara con él e iniciara impertérrito toreo en los tablas de bajos
de sol, para luego en los medios pasárselo a milímetros de su cintura en
enroscado toreo, por ambas manos, que calaría en el tendido dado la pasmosidad
del diestro y el tranco de emoción que imponía a cada embestida el toro. El
espadazo en lo alto, fulminó al toro sin puntilla, y las dos orejas se asomaron
para él, en justicia a su disposición y ambición de triunfo. Previamente había
pasaportado al tercero de la tarde, en faena intermitente, frente al toro de
menos opciones de lucimiento del lote.
En síntesis
ha sido una corrida de esas que hacen afición y le devuelve el espirito taurino
a cualquiera que ama esta fiesta. Se ha reivindicado el toreo justo en el
momento que la Feria del Sol más lo necesitaba tras los petardazos orejeriles
de las tardes anteriores. Nunca es tarde corregir, y si es a tiempo mejor.
Honor y reconocimiento a quien lo merece. Rectificar de sabios, errar es de
humanos. Así es la fiesta, y ¡¡¡Viva su grandeza!!!
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental “Román
Eduardo Sandia”
Lunes 11 de febrero de 2013
Con lleno en los tendidos de “no hay
billetes” (Aproximadamente 18000 personas), en tarde soleada y ventosa, se han
lidiado toros de las ganaderías RANCHO GRANDE (1º, 2º y 5º) y EL PRADO (3º, 4º
y 6º) ambos hierros propiedad de la familia Molina Colmenares, en su conjunto
bien presentados, en el tipo de la casa, el cual han contado con el común
denominador de la nobleza y recorrido en distintos grados pero muy limitadas
fuerzas, destacando el bravo ejemplar corrido en 4º bis de nombre «Valladares»
N° 127 kilos de 436 kilos, de El Prado, indultado. Tanto el 5º como el 6º también
se dejaron, siendo el más complicado el 1º por su áspera embestidas
Pesos: 425, 440, 435, 436, 426 436
kilos
LEONARDO BENITEZ (Palo de rosa y oro),
una oreja y las dos simbólicas
“EL FANDI” (Nazareno y oro con cabos
blancos) silencio y una oreja.
ALEJANDRO TALAVANTE (Grana y oro con
cabos blancos) palmas y dos orejas.
INCIDENCIAS: Presidió festejo Jorge
Bustamante, el cual ha procedido durante toda la tarde con inmaculado proceder,
reivindicándose como máxima autoridad, manteniendo firme criterio en cuanto a
la concesión de premios a lo largo de la jornada, que han devuelto el orden en
cuanto se refiere al baremo de categoría de esta plaza, en tarde de importantes
matices. *** Al final de la lidia del 5º toro, se ha cortado la coleta en
emotivo acto el banderillero merideño Giovanni Pereira, tras más de cuarenta y
seis años de carrera. *** Han destacado en la brega Fabián Ramírez y Eliecer
Paredes, y en banderillas Jorge Uzcátegui; en la vara William Hidalgo “El
Llanerito” ha colocado y dosificó castigo con precisión.
Buena foto del adios de Giovanni Pereira toda una dinastia
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