Al Centauro de La Puebla del Río no le importa que el premio llegue con retraso tras el olvido del ministerio |
ROSARIO PÉREZ
Diario ABC de España
MADRID.- Don Ángel Peralta es hoy un caballero
feliz. El Consejo de Ministros ha premiado su
trayectoria, toda su vida a caballo, y le ha concedido, a propuesta de José
Ignacio Wert, la Medalla de Oro de las Bellas Artes. «Siento una gran satisfacción y un orgullo muy grande, sobre todo por lo que
este reconocimiento pueda repercutir en
nuestra Fiesta Nacional».
Sonríe cuando comentamos que por fin llega la medalla del lapsus, tiempo
después de que se concediera el resto y al Ministerio se le olvidara incluir a
una personalidad del toreo. «Eso da
igual. Yo creo que hay muchas personas que se la merecerán más que yo, pero estoy muy contento»,
dice con humildad.
Peralta recuerda a sus caballos, aquellos que le acompañaron
en tantas glorias, como aquella tarde maestrante en la que conquistó el primer
rabo otorgado a un rejoneador. «El arte de torear a caballo no es solo que
el rejoneador exprese su arte, sino que
también lo haga el caballo. Hay caballos artistas. Y hay que transmitir esa
comunión entre caballo y caballero, ese juego, que se sienta que para el animal
aquella entrega no es un sacrificio, sino que se transmita su satisfacción
delante del toro, cómo guiña la oreja y no vuelve la cara...»
El Centauro de las Marismas, como lo bautizó el ganadero Antonio
Pérez, ha cabalgado entre toros y versos, creando faenas y poemas de ensueño.
Porque escribir es otra de sus grandes pasiones. La primera: «El caballo y el toro, porque sin su bravura
nada sería posible».
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