JORGE ARTURO DÍAZ REYES
Burladero
/ Colombia
Los de Juan
Fermín Rocha trajeron aires condesos
en sus astifinas y veletas cabezas. De romana y silueta no fueron tan
simétricos, pero sí de modales; pésimos, violentos, malgeniados y negados en el
tercio final, algunos blandearon pese a que se les picó poco, casi nada. Esas
complicaciones desbordaron la capacidad lidiadora de la terna paisa, que no se
dejó arrastrar al petardo, solo a base de ganas, coraje para ponerse ahí,
quedarse en bastantes ocasiones, y llevar del bulto dos de ellos.
El manizaleño Santiago Gómez, trató de llenar a base de corazón los hondos vacíos
de su tauromaquia. No es un torero con ángel, pero además le faltó sitio y
mando, lo cual sumado a la sosería ruda del primero agravaron todo. Pinchazo y
estocada desarmada le sacaron del mal paso. El cuarto, pitonudo, cayó
repetidamente durante los dos primeros tercios provocando petición no atendida
de devolución. Sin embargo, luego de un brindis que pareció descabellado,
cambió. Sí, cambió, se sostuvo en sus patas, y regaló las embestidas más
potables, al punto que terminó, desarmando y desbordando, los descargados y
desligados intentos de faena, mientras la música sonaba como rueda suelta por
cuenta del su señoría. Un achuchuón despertó la solidaridad y el jaleo. La
estocada tirada y tendida tardó casi hasta el aviso, y por ello quizás la
presidencia, tan alegré minutos antes, ya no le quiso hacer caso al respetable,
que tuvo que contentarse con ovacionar al paisano en el tercio.
Las cartas de Luis Miguel Castrillón, fueron el aseo y la compostura. Escuela
tiene, planta también. Eso sirve, pero no basta, sobre todo con oponentes tan
malaclase como los de hoy. Le sirvieron sí para no dejarse aperrear, pero no le
alcanzaron para mandar, para lidiar. Con el segundo lució a la verónica y en las
medias, pero muleta en mano ya se fue de unipase y porfías tediosas, hasta la
media espada tirada y tendida. Libreto similar ejecutó con el mansurrón quinto,
apelando a largos desplantes como para enrostrar su valor a quienes le pitaban
(pocos). Un pinchazo y una estocada chalequera fueron epílogo triste.
Santiago
Sánchez Mejía, ha hecho del histrionismo la columna
central de su quehacer en el ruedo. Una "originalidad"
no espontánea, capote desliado, paseíllo desmañado, y atrás de sus alternantes,
cesión del protagonismo en el segundo tercio a los subalternos, y por fortuna
hoy no sacó dos muletas o dos capotes al mismo tiempos. Bueno, la verdad es que
su atrabiliario lote tampoco estaba para dejarse hacer esas gracias. No
obstante lo que sí permitió el paisa, fue que "Chiricuto" y Jaime Mejía esculpieran dos tercios de
banderillas de gran torería con el tercero y el sexto. Sobre todo con en este,
y más en el par al sesgo de Mejía,
muy asomado, clavado en la cima, parando la res y quedándose frente a ella con
los brazos en cruz. Uno de los grandes instantes de la temporada, sin duda.
Apaleado y herido leve por el último, mató el novillero muy mal en ambos
turnos; avisado una vez en el tercero, y dos en el sexto, tras respectivos
recitales de chuzo.
Otra bella tarde, van tres, y buen público el
de hoy, que no se hizo mala sangre con los defectos del encierro ni con las
insuficiencias de los espadas, y en los momentos que pudo reconoció y disfrutó
sus virtudes, que también, las hubo, las armas, la casta (mala, pero casta en
fin, que es mejor que nada), el esfuerzo de Gómez, la etiqueta de Castrillón,
la personalidad de Sánchez, y
repito, los banderilleros.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza Monumental. 3a de feria. Sol. Tres cuartos de
plaza. Novillada con caballos.
Seis utreros de Cerrobermejo,
dispares de presencia, bien armados, broncos, sosos, parados al final. Pitados
todos los arrastres, excepto el 6º.
Santiago Gómez, silencio y saludo.
Luis Miguel
Castrillón,
silencio y silencio.
Santiago Sánchez
Mejía,
silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.
Incidencias: Saludaron Iván Giraldo tras parear al 2º y "Chiricuto" y Jaime Mejía tras parear al 3º y al 6º.
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