Ayer en la apertura de la Feria
de San Sebastián 2013
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
SAN CRISTÓBAL (Enviado Especial).- Sin duda alguna que el toro en la plaza es el único
que coloca en esta dura profesión que es el toreo, a cada quien en su sitio. Y sino
que lo pregunten a los novilleros actuantes ayer en el festejo de apertura de
la Feria de San Sebastián, en San Cristóbal. Serio y bien presentado encierro
de la vacada caroreña de Los Aranguez, que colocó en exhaustivo
examen los espadas que pecharon en suerte su lidia.
La suerte en estas
lides es arisca. El novillero de mejores condiciones para la muleta vino a caer
en manos del novillero que mayores falencias técnicas mostró, lo que deja en el
gusto de los aficionados ese sabor agridulce. Los más complicados, en manos del
resto de alternantes, fue un rosario de querer y no poder, lo que demuestra que
oportunidades como estas son las que hacen toreros a futuro, siempre y cuando
vengan con el rodaje suficiente para enfrentar las complicaciones del utrero de
edad y serio como se vio la tarde de ayer en Pueblo Nuevo.
César Altuve apertura la función ante las justas fuerzas y limitado viaje de su
antagonista, animal que en el resto de lidia no dejó estar a gusto al hoy por
hoy novillero más veterano del escalafón. Banderilleó con eficacia y poco más,
pues con la muleta poco lucir, despachándole con brevedad. Tuvo que sortear la
lidia de muleta del tercero, tras enviar a la enfermería a su espada de turno,
donde embarullado y acelerado se le observó, lo que contradice las ocasiones
donde con similar genero ha estado más solvente. El medio espadazo
perpendicular y el golpe con el descabello fue suficiente para ser aplaudido tímidamente.
Habíamos señalado que
en el lote hubo un utrero con claras posibilidades. Ese fue el que correspondió
al poco placeado Juan Gómez, quien
haciendo alarde de voluntad y ganas, pero ayuno planteamiento de lidia dejo
pasar por alto las nobles y largas embestidas de «Cazador», quien no cazaba sino pura tela, el cual requería firmeza
de pies y conocimiento de terrenos para
sacar partido. La media ración de acero, saliendo de la suerte bastó
para mandar posible utrero de orejas con las mismas al destazadero.
Miguel Molina, de la Escuela Taurina de Tovar ha pechado en suerte el novillero de
más aviesas intenciones, como fue «Escapado»
un verdadero dije el cual no consentía errores en su lidia, como fue las que
dejó en evidencia el conocido espada tovareño, toreando con los brazos
recogidos que la postre le valió que el novillo desde las mismas suerte de capote
le arrollara saliendo maltrecho, volviendo nuevamente a la cara de la res, donde
tras hilvanarle tres muletazos entre las rayas de picadores del tercio de
matadores, se lo echara “a los lomos”
de forma espectacular, encelándose con el joven diestro en el piso, lo que al
final hizo que las asistencias se lo llevaran a la enfermería de donde no saldría.
Queda en deudas las expectativas que en la pasada Feria de Tovar mostró el
cariñosamente “Ovejo”.
Carlos Sulbarán ha salvado la tarde de irse en blanco, tras
cortar a la postre única oreja de la jornada, en labor superficial, donde por
encima de la voluntad y deseos del novillero emeritense, faltó el ajuste y
acople en el manejo con la muleta, toreando en su máxima plenitud a la
periferia de su cuerpo, lo que valió para el astado en su noblota pero no
humillada condición pasara, fuera y viniera por la mano diestra en su mayoría, lo
que cincelado al arrojado espadazo al volapié con la que se fue tras la espada
justificara el que se le premiara con oreja.
Francisco “Chico”
Paredes, otro de los pupilos
de la Escuela Taurina de Mérida dejaría destellos de sus buenas maneras con el torerísimo
recibo por verónicas en el tercio, rematando con larga cordobesa en los propios
medios. Fue esto un oasis en el desierto, pues con la muleta, su labor no llegó
a calar en el ánimo del tendido, a pesar de su insistencia por ambas manos, lo
que tal vez pasaría factura al momento de la espada, necesitando de varios
viajes con el acero, para despenarlo.
Cerró plaza el
aspirante a rejoneador Willie Molina,
quien desangelado y poco afortunado al clavar rejones y banderillas, hizo de su
labor anodina, contando con el condicionante de un ejemplar de escaso celo a
las monturas, lo que unido a su limitado repertorio técnico dejara su acto en
mero trámite.
FICHA DEL FESTEJO
Con poco menos de un quinto de
plaza (aproximadamente 1200 personas) con tarde soleada, calurosa y ventosa, se
han lidiado seis novillos de LOS
ARANGUEZ (Alberto Ramírez Avendaño / Jesús Riera) en su conjunto bien
presentados, con dispar juego en la muleta, encastados en su mayoría, desbordaron
los pocos placeados alternantes, destacando la nobleza por el pitón derecho del
2º y el recorrido sin maldad de 4º
Pesos: 350, 370, 380, 380, 355 y
375
CESAR ALTUVE (Añil y azabache con cabos negros) Leves palmas
y palmas en el que mato por Miguel Molina.
JUAN GÓMEZ “EL GATO” (Azul rey y oro), silencio.
MIGUEL MOLINA “EL OVEJO” (Cereza y azabache con cabos
blancos), paso a la enfermería tras ser volteado en dos ocasiones.
CARLOS SULBARÁN (Nazareno y azabache), oreja.
FRANCISCO “CHICO” PAREDES (Verde esmeralda y oro),
silencio tras aviso.
WILLIE MOLINA AGOSTINI (Traje campero), silencio.
INCIDENCIAS: En la brega destacó Gerson Guerrero y en las banderillas Fabián Ramírez en el 2º y Salvador
Moreno en el 3º, en la vara William Hidalgo “El Llanerito” y Luis Quintana
dosificaron castigo a lo largo de la tarde. *** El trofeo al triunfador de la novillada
auspiciado por la alcaldía de y escuela taurina de Tovar fue para el merideño
Carlos Sulbarán, quien igualmente actuara este viernes por la noche en el
festival de la Escuela Taurina de San Cristóbal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario