Los
muy serios utreros de Rocha pusieron
la tarde y la terna local en le filo de la navaja. Castrillón les cortó una oreja, Sánchez Mejía recibió otra simbólica, y a David Alzate se la negaron.
JORGE ARTURO DÍAZ
Burladero
América / Colombia
MEDELLIN
(Colombia).-
Achury
Viejo, que llegó a remplazar los defenestrados de Cerrobermejo, llegó más
en tipo y talante de su originario Conde de la Corte que en el reciente Domecq.
Asaltaron la plaza, la llenaron con su trapío y la honraron con su raza. Por
supuesto, no aptos para toreo señoritero. Bravos en varas, poderosos, nobles y
hasta nobilísimos como el primero. Todos emocionantes, aun los menos
codiciosos, primero, cuartó y último. Todos negros. Todos con la muerte en la
punta de los pitones. No dieron descanso a espadas, cuadrillas ni público. Su
respetabilidad le confirió mérito a todos cuanto se les hizo. Como escribió
alguna vez el inolvidable Joaquín Vidal:
“Si
le anuncian este encierro a unas figuras que conozco, se caen del cartel
alegando cólico miserere”. Seguro.
Luís
Miguel Castrillón, a portagayola, se le puso de rodilla al primero que
salió como un mísil impactándolo con sus 453 kilos en el pecho y enviándolo a
los medios. La plaza enmudeció. Nada. Solo contusión y chaleco hecho girones.
Era el preámbulo, el grito de guerra, el anuncio de que venían a vender cara su
vida. Cuatro chicuelinas y revolera
tomadas con fija vehemencia, y de largo le parte la vara a Torres para ir
furioso por Viloria que se tiene como puede. Quite a la verónica, rugido por el coro. Banderilleros en estampida. Luego la
faena derechista, injustamente derechista, pero limpia, templadita, plantada, y
medida. Una cortita de naturales, el circular invertido de rigor, el de las
flores, las cuatro manoletinas buenas, el pinchazo soltando, la estocada
desprendida y la oreja. Bueno sí, lo que quieran, pero era un toro. Un gran Achury.
El cuarto, malgeniado que no
descolgaba, le planteó un duro cuestionario (para cualquiera) contestado a
medias y con algunas dubitaciones. Tesón sí, postura también, mando, cuando
pudo. Pinchazo y media delantera. Su sitio destacó sobre los alternantes.
Santiago
Sánchez Mejía,
no mató ninguno de sus dos novillos. El segundo porque se le fue vivo y el
quinto porque se lo indultaron. Cara y cruz. El uno era esperador, escarbador e
imprevisible, pero le permitió un larga preciosa, después de a tres, de a dos,
de a uno, buscando, enmendando, sudando, hasta el desarme, los cuatro en hueso,
los cuatro crucetazos, y los tres avisos.
Pero la vida da revanchas y a veces
pronto le salió el formidable quinto, con las exigencias reglamentarias, trapío
admirable, casta, y juego excepcional en los tres tercios. A la quinta verónica enganchó de arriba, no sabíamos
por donde, y barrió el ruedo con el novillero. No se lo podían quitar. Capotes,
gritos, angustia, y cuando lo soltó, hecho un ovillo, pataleando con la cabeza
envuelta en los pedazos de la casaquilla, la tragedia se mascaba. Hubo una
exclamación de alivio cuando se le vio de pie sin sangre. Ochoa la pone una de
las mejores varas de la temporada, peleada creciéndose, y por supuesto
abroncada por los protectores de animales, De allí en adelante no fue faena,
fue un turbión de pasiones; la del tendido, la de la banda, la del torero y la
de “Madrileño”. Uno y otro se atacaba
con saña caótica, en medio de una batahola, brillando por ahí un natural
perdido, de cartel postinero. La fiesta en fase primitiva, pero auténtica.
Intensidad máxima, indulto, y solo una oreja para el redivivo.
David
Alzate,
tiene la mezcla de virtudes y carencias,
que busca cualquier cazador de talentos. Valor, sentido de la estética y de la
ética, finura física y creativa, envueltos por una insipiencia y escaséz
recursos técnicos que claman, maestro y placeo. Esto se consigue por ahí, lo
otro no, con ello se nace. Ese fue su discurso con el fiero tercero, serio,
genuflexo de tablas a medios y suertes loables, discretas y peores. Tanda sí,
tanda no. La voltereta el puntazo en el muslo, el no pasa nada, y el ponerse
otra vez. Honrado y aguantador. Las manoletinas bien, la estocada delantera, la
petición fuerte y el rigor que no se tuvo ayer para entregar dos orejas a la
figura con un rejón en sitio vergonzoso. Su señoría, perdone usted, la ley es
pa´todos ¿No?
Una novillada como debe ser una
novillada en plazas de primera en Colombia. Bien por Achury, por al empresa
que optó por ellos, bien por los corajudos novilleros, que de ser perfectos no
serían novilleros y bien por los que fueron. Corrida para aficionados con el elemento
fundamental, verdad.
FICHA
DEL FESTEJO
Centro
de Espectáculos Macarena. 2a de feria. Bajo techo, sol. Media plaza. Con
caballos seis novillos de Achury Viejo,
serios, bien presentados; 2º y 4º ásperos, 6o soso, 1º, 3º y 5º bravos, este,
“Madrileño, # 152, negro cornidelantero de 430 kilos indultado.
Luís Miguel Castrillón, oreja y silencio.
Santiago Sánchez Mejía, silencio tras tres avisos y oreja
simbólica.
David Alzate, vuelta tras petición y palmas tras aviso.
Incidencias: Saludaron Ricardo Santana y José
Valencia, tras parear al 3º.
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