Puerta Grande a base de valor
impertérrito y pasmosa claridad de ideas
Puerta Grande de varios quilates la que se labrado la tarde de ayer en Pueblo el debutante Iván Fandiño, quien vino, vio y convenció a la entendida parroquia. |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: Archivo
SAN CRISTÓBAL (Enviado Especial).- Hay toreros que en tardes decisivas salen a
jugarse literalmente el “pellejo”.
Los ves en la plaza y están tan convencidos de sus opciones de triunfo a costa
de todo, que a veces uno pasa miedo desde la barrera viéndoles. Eso mismo hizo
llegar al tendido la entrega y valor espartano del debutante diestro vasco Iván Fandiño en la segunda función de
la Feria de San Sebastián. Dos orejas ha llevado a su esportón el diestro de la
población vasca de Orduña, y las ha cortado como pocas veces se ve por estas
plazas a toreros extranjeros salir al ruedo, dispuestos a todo, o el triunfo o
la enfermería. Y a Dios gracias que fue lo primero, porque sobre todo en el que
cerró plaza dejo constancia que sus triunfos repetidos en Madrid no son cuento
de la prensa española.
Toros de Hugo Domingo Molina que se dejaron,
habiéndolo de todos los matices, nobles, pastueños, sin humillar y muy medidos
en la vara, dejaron ver opciones de lucimiento con la terna de espadas. A Padilla se le recibió cariñosamente a
saludar al tercio, al igual que sus compañeros, y a sus manos tuvo posibilidad
de “tocar pelo”. “Maravilla” dejo irse un toro de triunfo como fue su primero del
lote, y cortaría la oreja de consuelo ante su segundo, en faena de menor calado
pero meritoria, en especial con la decisión que se fue con la espada. En fin
tarde entretenida con mejor entrada que el día anterior.
No ha dejado eco en los tendidos la presentación de Juan José Padilla, quien se ha ido de vacío, a pesar de la petición de trofeo en el que abrió corrida. |
Ya le decíamos que al “Ciclón Ciclópeo de Jerez”, Juan José Padilla se le esperaba con
morbo. Banderas con la insignia “pirata”
se asomaron en los bajos de sol, como estímulo a un torero al que hay que
reconocer su dignidad para estar allí, delante de los pitones de nuevo. Con el
que abrió plaza ha hilvanado una labor de destellos, pero nunca de entrega
total a las sosota y poco humilladas embestidas de un ejemplar que no le dejo
estar con reposo por ambas manos con la muleta, venciéndosele en reiteradas
ocasiones. Precisamente había quitado por delantales y banderilleado con
lucimiento en los tercios previos, lo que tras estocada desprendida y trasera
de lenta agonía en bajos de sol sirviera para que recibiera palmas tras petición
por parte del soberano.
Tampoco estuvo a gusto
con el que hizo cuarto. Se le veía mermado de facultades a Padilla pues en el toro anterior había sufrido torcedura de tobillo
derecho rematando tercio de rehiletes, lo que hizo que no tomara los palos con
este, ni tampoco se explayara en su lidia, deslavazada por demás y de escaso
eco en el tendido, ante lo parado del toro. La estocada trasera hizo que se le
silenciara.
“Maravilla” ha pechado en suerte el toro de más claras
opciones como fue el segundo de la corrida «Violinista»
de El
Prado, el cual lució en el capote en sabrosas verónicas rematadas con
media en el tercio. Las banderillas necesitaron de laboriosa brega por parte
del peonaje, clavando Gregorio tres
pares de espectacularidad en su preparación más no en su ejecución. Luego en la
muleta la faena fue un sube y baja de tensiones, pues a las ganas del torero el
toro exigía mayor firmeza de pies y mejores terrenos para su lidia, con el
aliciente del largo viaje que ofrecía pero necesario rodaje para un torero más
curtido. La espada así mismo le jugo mala pasada, necesitando tres viajes ante
de dejar estocada delanterita y descabello, para ser silenciado.
“Maravilla” ha contado con la suerte a favor, con su primero del lote, pero la oreja de su regreso a la arena de San Cristóbal la cortó del que menos opciones auguraba. |
Pero se redimiría en
parte con el quinto, un toro de otra condición el cual exigió toreo de
cercanías y dejarle la muleta en la cara para aprovechar los remolones viajes a
las telas. Previamente le había banderilleado con limpieza, lo que unido al
espadazo ligeramente desprendido para la petición fuera unánime en la plaza y
el palco le concediera un oreja que sabe a gloria tras seis años sin hacer el
paseíllo en Pueblo Nuevo, plaza donde fue triunfador en el 2006.
Ya decíamos que lo del
debutante Fandiño es la
representación de lo que es un torero con ambiciones de llegar a ser grande. Lo
demostró toda la tarde, ante el tercero tras templarse en los medios con un
toro de endebles fuerzas que sostuvo de pie a base de pulso, toques precisos y
un conocimiento de terrenos en el ruedo que son propios de toreros curtidos en
mil batallas. Obra ante «Presumido»
de alta filigrana, en especial por naturales donde rompió su actuación de cara
a un tendido apático por momentos a lo hecho en ruedo. Deszapatillado desde su
inicio de faena la cinceló de soberbio volapié fulminante para que el joven presidente
Luis Hernández desde su pajarera
presidencial los pañuelos blancos con la rotundidad con la que ha procedido
hasta el momento.
Asegurada la Puerta
Grande con el que cerró plaza otro recital de valor y aguante el que se prodigo
Fandiño. El toro le puso a prueba
cuantos niveles de “testiculina”
atesora y vaya que se ha vaciado totalmente pues uno a uno los muletazos por la
diestra rebañaban sus pantorrillas a cada embestida, y ni se diga por la izquierda.
Hizo pasar miedo a los presentes lo no del todo fue valorado por los
aficionados y espectadores pues muerto el toro de estocada contraria y
perpendicular ni se manifestó. Pero para quienes le vimos en su totalidad, nos
quedamos con otro concepto.
Su salida en hombros
simplemente resume aquel adagio que dice “querer es poder” y en los toros es
palabras mayores…
FICHA DEL FESTEJO
Con poco más de tres cuartos de
plaza (Aproximadamente 12000 personas), en tarde entoldada y calurosa, se han
lidiado toros del Lic. Hugo Domingo
Molina con los hierros de RANCHO
GRANDE (1º, 3º, 5º Y 6º) y EL PRADO
(2º y 4º), en su conjunto correctos de presentación, con recorrido y nobleza en
distintos grados, destacando la nobleza y largo recorrido del 2º y la bondad a
pesar de sus limitadas fuerzas del 3º.
Pesos: 480, 455, 480, 460, 475,
490.
JUAN JOSÉ PADILLA (Azul marino y oro con cabos negros), palmas
tras petición y silencio.
GREGORIO TORRES “MARAVILLA” (Celeste y oro), palmas en ambos.
IVÁN FANDIÑO (Azul Bilbao
y oro con cabos blancos), dos orejas y ovación con salida en hombros.
INCIDENCIAS: En la brega destacó Gerson Guerrero. *** Fandiño
debuto en Venezuela con el toro «Presumido» N° 21 de 480 kilos de Rancho
Grande.
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