Toros de Juan Pedro Domecq para Enrique Ponce, Daniel
Luque y Jiménez Fortes
BARQUERITO
Hace un año, en tarde enmascarada de negras
nubes, tomó la alternativa en Bilbao Saúl
Jiménez Fortes y se hizo querer. Fue con una corrida de Jandilla
escandalosa y algo destartalada. Mucho más armada que la de anteayer. Ved lo
que es el destino: con tanto derecho como el que más Saúl podía haberse apuntado este año a repetir con la de Jandilla,
que salió tan buena el miércoles. Y, sin embargo, prefirió alistarse en esta
tarde de viernes, que es la fiesta mayor de la villa. Cierra el comercio y la
gente tiene gana de toros.
¿Qué
toros? No de Jandilla sino de Juan
Pedro Domecq, que no es lo mismo pero se le da un aire porque hasta
1978 las dos ganaderías fueron una sola. Ha llovido desde entonces. Saúl ni siquiera había nacido. Y su
madre, que todavía no lo era, toreaba de novillera. Mary Fortes, malagueña. Se dice de los toreros de dinastía que “lo llevan en la sangre”. Y se ha dicho
siempre, entre flamencos y payos, que madre no hay más que una. Los genes, por
tanto.
Desde el día de la alternativa Saúl no ha toreado ni mucho ni poco
sino lo suficiente como para que su nombre se haya hecho fama cara entre los de
la nueva generación. Los toreros que vienen y están llegando. Sin prisas.
Quince corridas lleva matadas este año Jiménez
Fortes y ha sabido señalarse en todas. En plazas de importancia las más
veces.
El torero es de valor seco pero bien visible.
Atrevido en el mejor sentido de la palabra. Tiene corazón. Corazón de torero.
Y, luego, buena escuela. Por si la escuela no basta, tiene largos brazos. Y
cabeza: ha ido asimilando las claves del torear. La colocación, el sitio, la
distancia. La famosa técnica. Y ambición.
¿Y qué
más tiene? El raro encanto de los que arriesgan la
piel sin perder la sonrisa ni forzarla; facilidad para llegar a la gente;
descaro para desafiar a quienquiera que toree con él (Ponce, Juli, Manzanares, Perera, Talavante y… Jiménez Fortes). Es la esperanza de una feria donde el más moderno
de los toreros anunciados suma al menos cinco años de alternativa.
Ponce, el más antiguo de cuantos torean en Bilbao, suma, por ejemplo,
veintidós; y cinco Daniel Luque, el
más nuevo sin contar a Saúl. La
veteranía es un grado; la juventud, un arma irresistible. El ambiente será de
gala. Dos toreros andaluces en el cartel. Por primera y última vez en este
abono. ¿Es que no abundan? Haberlos,
haylos, pero…
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