Un novillo de
bandera de Guadaira cerró una buena novillada en Málaga que no fue totalmente
aprovechada por la terna. Destacó el ímpetu de Fernando Rey. Tomás Campos cortó
una oreja tras una labor entonada y Gómez del Pilar no cubrió las expectativas.
CARLOS
CRIVELL
MÁLAGA.- Nuevos tiempos en Málaga con una empresa experta en materia taurina.
La novillada de apertura pesó mucho por su lentitud. No hubo mucha gente. Se
habla de la enorme afluencia popular a las novilladas de promoción (entrada
gratis). La conclusión es que la fiesta interesa, pero que la gente no está
dispuesta a gastar dinero para entrar en las plazas. La novillada de Guadaira
no fue tan brillante como se esperaba de este hierro. Es una ganadería con
prestigio logrado precisamente por lidiar novillos. De procedencia Jandilla,
vía Fuente
Ymbro, la presentación fue impecable. Fue un lote de utreros para una
plaza de primera. Sólo por el juego del sexto, de nombre «Trailero», se puede dar por satisfecho el ganadero.
De la terna de noveles, el más experto es Gómez del Pilar, avalado por su triunfo
en San Isidro. Su tarde malagueña ha sido muy desigual. No estuvo a la altura
del primero y se desquitó con el cuarto. La cruz de este chaval es la espada.
El pacense Tomás Campos demostró
cadencia y buen gusto. El debutante Fernando
Rey, de verde iba vestido, está como el terno.
El sobrero lidiado como primero no fue bravo
pero tenía casta. De Gómez del Pilar
se podía esperar que se pasara al animal más ajustado. Toda su faena fue un
canto al toreo periférico. Así las cosas, la emoción no existe. Con la espada
dio un mitin de tomo y lomo.
Su imagen mejoró en el cuarto. Se llevó el
lote el madrileño. Como ya hiciera en el primero se fue a portagayola a recibirlo. Ahora se mostró más torero y se pasó al
novillo por la faja. Por la derecha y por la izquierda surgió el toreo de buen
concepto, bien realizado y rematado. Se pasó de faena, el animal se aplomó y lo
quiso matar en la suerte de recibir. La espada cayó trasera y atravesada y
llegaron hasta dos avisos.
Tomás
Campos fue volteado al comienzo de la faena de muleta
del tercero. Nada serio. Se repuso y dejó claro que su toreo es de regusto y
cadencia. Esos detalles de toreo de clase y un final con circulares, justo con
un espadazo efectivo, fueron claves para cortar la oreja.
El quinto fue otro novillo posible. Encastado
y con recorrido, permitió una labor desigual de Campos, que junto a buenos muletazos mostró algunas dudas en una
faena muy deshilvanada. Mejor por la derecha y muy atropellado con la zurda, el
conjunto no llegó al tendido. Acabó por manoletinas,
como ya es costumbre en la torería actual.
El debutante Fernando Rey se enfrentó a una seria novillada para ser su primera
tarde con caballos. En el lado positivo de este muchacha hay que resaltar su
buen ánimo y entrega, manifestada por su actitud. El novillo tercero fue muy
flojo y sosito. Rey apenas pudo dar
dos o tres muletazos por tanda, algunos de buen corte, pero al conjunto le
faltó mayor intensidad. Como novillero incipiente, la espada viajó de forma
deficiente.
Fue atropellado por el sexto al llevarlo al
caballo. El golpe sólo lo resiste un chaval tan joven. Fue otro novillo con
movilidad. Fernando Rey lo llevó
toreado en las primeras tandas con muletazos por abajo de trazo largo y mandón.
Jaleado por sus paisanos, Rey se
vino arriba ante la calidad del excelente novillo de Guadaira. Se sucedieron
las tandas por ambos pitones de variada calidad, pero en un tono emotivo, el
que proporcionó la embestida de «Trailero»,
que fue un elemento sensacional para que el joven se sintiera a gusto en tarde
tan comprometida. Acertó con la espada y llegó el premio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Málaga, 1ª de Feria. Un cuarto de plaza. Seis
novillos de Guadaira, el primero
lidiado como sobrero, bien presentados, de juego variado. Encastado, el sobrero
primero; manejable, el segundo; flojo, el tercero; bueno, el cuarto; encastado,
el quinto; encastado y bueno, el sexto.
Gómez del Pilar, azul pavo y oro, siete
pinchazos y media estocada (silencio tras aviso). En el cuarto, trasera muy
atravesada y tres descabellos (palmas tras dos avisos).
Tomás Campos, añil y oro, estocada (una
oreja). En el quinto, pinchazo y estocada atravesada (saludos tras aviso).
Fernando Rey, verde botella, seis
pinchazos y descabello (saludos tras aviso). En el sexto, estocada (una oreja).
No hay comentarios:
Publicar un comentario