miércoles, 14 de marzo de 2012

'El Juli': «Las empresas me están dejando fuera de las ferias por represalias»

Pablo García-Mancha – COLPISA

Julián López 'El Juli', que el sábado torea en Arnedo junto a Morante y Manzanares, supo este miércoles que se quedaba fuera de la feria de San Isidro tras ser vetado por las empresas de otras plazas como Castellón, Valencia y Sevilla: «El sistema ha tomado un camino y yo soy consciente con mis planteamientos de estas consecuencias. Las ausencias son difíciles de soportar, pero torearé en los lugares donde se me guarde el respeto que me he ganado. Las empresas me están dejando fuera por represalias ante la postura que hemos tomado con nuestra defensa de los derechos de imagen».

–¿Cree que el aficionado tiene una percepción real de la batalla que ha emprendido?
Es verdad que ha habido bastantes problemas de comunicación y eso ha dificultado mucho las cosas. Quiero dejar claro que los toreros estamos a favor de la televisión y a que a través de ella se expliquen todos los valores de la tauromaquia. Pero a lo que aspiramos es que se cuente con nosotros en las negociaciones de las retransmisiones y no ser los últimos monos de todo este entramado. Creo que somos el eje principal de este espectáculo y buscamos que se nos considere como tal.

–¿Es solo una cuestión económica?
Para nada, algunos toreros como es mi caso nos estamos quedando fuera de muchas ferias por defender un concepto y una postura ética. Lo de menos es el dinero, lo que perseguimos es que se cuente con nosotros y que no se juegue con nuestra imagen. Por eso queremos ser los que negociemos directamente con las empresas.

–¿Es cierto que se han impuesto una clausula de un millón de euros para los toreros que se salieran del llamado G-10?
Lo que puedo decir es hay un compromiso personal que surgió entre nosotros mismos y que es muy importante. Lo del G-10 no lo pusimos nosotros. Tan solo somos un grupo de toreros que nos unimos en un proyecto amplio y muy a favor de la propia fiesta en general: el paso a Cultura, el apoyo a la ILP taurina e involucrar a todos los demás compañeros para que sean dueños de sus derechos de imagen. Esto último fue imposible y nos quedamos solos.

–Pero hay toreros de su grupo, como Manzanares o Talavante, que al estar apoderados por empresarios sí torean en ferias en las que usted ha sido vetado.
Para los toreros que sufrimos estas represalias es muy duro. Es evidente que existe una unión fortísima en el sector empresarial y para los toreros independientes las cosas se ponen mucho más caras. Por honestidad nunca hemos querido intervenir en las contrataciones; hemos dejado claro que tiene que torear el que se lo merezca y que un torero no debe hacer fuerza para que toree otro diestro. El toreo no debe estar manejado ni amparado por nadie. Si a lo largo de la historia los toreros hubieran sido independientes, la fiesta estaría de otra manera.

–¿Por qué no es posible un cartel con usted y José Tomás televisado a una hora de máxima audiencia?
Es absolutamente posible, pero eso pasa por ser dueños de nuestra imagen y ahora no lo somos. Una vez que lo consigamos podrían materializarse muchos proyectos.

–¿Ha soñado con ese cartel?
Llevo una serie de años en los que me importa mucho más lo que pueda beneficiar al toreo que a mi propia carrera. Hay que reinventar la fiesta, hacerla atractiva para la gente joven, buscar revulsivos. Lo que está claro es que tal y como están las cosas hay demasiadas limitaciones y existe un camino hacia adelante por recorrer brutal, tenemos que ser capaces de que un espectáculo como éste, tan alucinante, llegue a muchas más personas.

–Hace unos días en México se le vio con una rabia increíble. ¿Estamos ante El Juli más desnudo que se ha puesto frente a un toro?
Sinceramente, estoy en el momento en el que mi forma de expresarme tiene más sentido que nunca. A lo mejor estas circunstancias me han abierto mucho la mente en este aspecto. Lo importante es que toree donde toree lo haga con la pasión y la importancia de lo que verdaderamente significa ser torero. Torear mucho a veces difumina la propia idea de lo que es el toreo y cuando lo haces menos, por un lado te cambia la estructura de tu vida y por otro aprendes a vivirlo con otro tipo de intensidad. Es un privilegio absoluto torear y lo que se puede llegar a sentir no lo encuentro en otro lugar en el mundo.

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