El
menudo torero de Aguascalientes se templa con el toro mejor de la corrida de
Cayetano Muñoz, torea con inteligencia y gusto, y abre la nómina de triunfos
BARQUERITO
Fotos: EFE
LA PRIMERA CORRIDA de feria y prefería fue larguísima. O
duró más de lo debido. Un disparate: dos horas y media sembradas de tiempos
muertos. Cuesta recordar en el abono de Sevilla, y en corrida de toros, una
entrada tan pobre. Mantas de agua durante la mañana y las primeras horas de la
tarde. Dejó de llover tras el arrastre del primer toro, pero se quedaron en
casa muchos abonados. Aspecto desolador, impropio. Dos toreros del país, de
Camas los dos –Oliva Soto y Esaú Fernández-, pero esta vez faltó el arropo
habitual de los paisanos. Abrió cartel y feria Joselito Adame. Honor al más
brillante de los toreros mexicanos de ahora mismo. Un detalle.
Aunque
se había anunciado en feria en otra ocasión, nunca había podido el hierro de
Cayetano Muñoz lidiar corrida completa en Sevilla. Con su encaste
Torrealta-Guateles, que se tradujo en seis toros de fondo común, hechuras
armónicas, distintas y relativamente parejas. Variedad de capas: un burraco
primero, negros segundo, quinto y sexto, un tercero melocotón, un cuarto
jabonero.
El
jabonero fue el toro de la tarde. Fijo, pronto, el que mejor empujó, el de más
recorrido. 500 kilos justos. El trapío de Sevilla: toro bello. Joselito Adame
se templó con él en faena de gran seguridad, sellada por una virtud propia de
los toreros maduros: su inteligencia. De menos a más. El menos fue un arranque
con la mano derecha que pecó por exceso. Había que esperar al toro y no
violentarlo. Y eso pasó cuando el torero de Aguascalientes se echó la muleta a
la izquierda. Entonces, siempre bien colocado, dibujó Joselito con limpieza,
ligó sin perder pasos y remató hasta cuatro tandas de lindo gusto. Sonó la
música, muda en las demás faenas. Una estocada entre tendida y contraria, y una
oreja que vino a distinguir la cosa toda. Una tanda con la zurda, de perfil
pero dando el medio pecho, la mano baja, muletazos muy acariciados, fue de
nota. Casi tanto como la misma ilusión de Joselito Adame: el toro que abrió
desfile se fue suelto de casi todo, claudicó pese a haber sido picado muy lo
mínimo, se rebrincó. Insistió Adame sin mayores logros. Pero para dejar claro
que no había venido a abrir feria solo de paseo.
La
corrida vino marcada por una nota triste. Por la mañana enterraron en su natal
Camas a Alfonsito Soto, picador de toros, abuelo de Oliva Soto. Prueba
sentimental para el torero, que llevaba dos años ausente de la feria. Lo que
mejor hizo Oliva Soto fue torear con el capote. Un quite breve y gracioso al
primero de corrida –dos lances, dos medias y larga de broche- y una serie de
verónicas amplias, encajadas y templadas para saludar y fijar al segundo de la
tarde. Toro que Oliva brindó a la memoria de su abuelo. Sin fortuna, porque,
revoltoso y brusquito, el toro fue de cortos viajes y, además de eso, los
remató protestando.
Esaú Fernández |
Con
el quinto, el toro más serio de los seis, trató de estirarse en el recibo, pero
no pudo ser sino cediendo terreno. Se acostaba mucho el toro por la mano
derecha. Y dos veces prendió a Oliva en una faena de muleta arrebatada, nerviosa,
apenas gobernada. Los trajes de luces son milagrosos: en la primera cogida, el
toro se enredó con los machos, en la segunda con la sisa y las hombreras. De
las dos palizas salió ileso el torero. Después de la segunda cogida, el toro,
coleado y movido, se enteró de todo.
Esaú
Fernández, pura facilidad, no perdonó ninguno de sus quites, se fue a porta
gayola en sus dos toros, pisó plaza con autoridad y desenfado. Su primer toro,
de buen son inicial, se aplomó antes de lo previsto, y tardeó. Esaú tiró bien
de él, pero se le iba de las manos si lo forzaba. Difícil dilema pero bien
resuelto. Tres volatines llegó a cobrar durante el trasteo de muleta el sexto,
que quiso pero no pudo. Sin golpe de riñón, como si fuera toro de dos mitades.
Un discreto negocio.
Postdata para los íntimos.- "Qué largo me lo
fiáis..." (La famosa copla filosófica de "El Burlador de
Sevilla", Tirso de Molina, dramaturgia del XVII, el primer Tenorio, no el
último)
FICHA DEL FESTEJO
Miércoles, 15 de abril de 2015.
Sevilla. 1ª de Feria de Abril. Tercer festejo de abono.
Lluvia al inicio, tarde templada
luego. Muy pobre entrada. Seis toros de Cayetano
Muñoz, de hermoso y variado remate. Corrida muy justa de fuerzas. El
cuarto, más entero que los demás, dio buen juego. El tercero, bondadoso, se aplomó.
No fueron sencillos ni el segundo, revoltoso, ni el quinto, que aprendió
pronto. Claudicaron en exceso primero y sexto.
Joselito
Adame, silencio y una oreja. Oliva Soto, palmas y silencio. Esaú Fernández, saludos y palmas.
Buenos pares de Roberto Jarocho, Alcalareño
y Curro Robles.
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