En la
historia del toreo nacional
Muchos
hechos se han dado el 25 de diciembre, sobre todo alternativas y
confirmaciones, pero el más relevante fue el que vivió “El Calesero”
ADIEL
ARMANDO BOLIO
Especial
para VUELTA AL RUEDO
El día de la Navidad, es decir, el 25 de
diciembre, ha sido relevante tanto en el calendario taurino como en la historia
del toreo nacional, sobresaliendo en tal cita, sobre todo, concesiones de
alternativas y confirmaciones de ellas, además de otras como presentaciones de
ganaderías, primeras apariciones en ruedos mexicanos de toreros extranjeros o
alguna corrida en la que estuvo en disputa algún famoso trofeo, pero la que
quizá “roba” la atención es la fecha en que al diestro aguascalentense Alfonso
Ramírez “El Calesero” un toro en Guadalajara le propinó siete cornadas, algunas
de ellas de gravedad.
Justamente un día después de haber cumplido 11
años de doctorado, el 25 de diciembre de 1950, en el coso tapatío “El
Progreso”, cuando alternando con Luis Briones y Gregorio García, el toro
llamado “Trianero” de la dehesa de San Miguel de Mimiahuápam le infirió siete
cornadas, repartidas en ambos muslos, varias de ellas de consideración, cuando
el llamado “Poeta del Toreo” le realizaba una gran faena.
Otros acontecimientos que a través de la historia
taurómaca tuvieron lugar el día de la Navidad fueron, entre otros muchos, los
siguientes:
La ganadería madre del campo bravo mexicano, San
Mateo, en 1906, lidia por vez primera una corrida de toros en el coso “San
Marcos” de Aguascalientes y de ello se encargaron el sevillano Ricardo Torres
“Bombita” y el también andaluz Fermín Muñoz “Corchaíto”.
En 1924, el maestro saltillense Fermín Espinosa
“Armillita Chico” viste por vez primera de luces debutando en el coso mexiqueño
“El Toreo de la Condesa” lidiando toretes de Ajuluapan junto con Alberto Vara
“Varita Chico”.
El espada poblano Joselito Huerta, en 1955,
confirma su alternativa en la Monumental Plaza México, de manos de Antonio
Velázquez y ante la presencia del venezolano César Girón, con el toro
“Limonero” de La Punta.
En la plaza de toros Monumental de Monterrey,
Nuevo León, en 1967, el diestro mexiqueño Curro Rivera gana el trofeo “Estoque
de Plata” alternando con el caraqueño Carlos Málaga “El Sol”, Mario Sevilla y
Fabián Ruiz en la lidia de novillos de La Punta.
Fue en 1971 cuando en el coso “El Paseo” de la
ciudad de San Luis Potosí, el diestro tijuanense Rafael Gil “Rafaelillo” tomó
la alternativa con el toro “Caltengueño” de San Martín cuando se lo cedió
Manolo Martínez y atestiguando el andaluz Francisco Rivera “Paquirri”.
El matador hidalguense Jorge Gutiérrez, en su
etapa novilleril, en 1977, con bureles de San Manuel, en la Monumental Plaza
México, obtiene el trofeo “Estoque de Plata” compartiendo cartel con el
madrileño Ángel Majano, Alfredo Gómez “El Brillante”, Rafael Sandoval, José
Antonio González “Chilolín” y Jesús Salazar.
En 1986, en el coso aguascalentense de Cosío, el
espada tapatío Diego Bricio debuta como novillero alternando con Héctor de
Granada, Carlos Villaseñor y Víctor Padilla en la lidia de ganado de La
Punta.
En el coso Monumental “Santa María” de la ciudad
de Querétaro, en 1991, el diestro queretano Óscar San Román se hace matador de
toros de manos del salmantino Pedro Gutiérrez Moya “Niño de la Capea” y con el
testimonio de Jorge Gutiérrez, siendo el toro de la ceremonia “Asaltante” de
Javier Garfias.
También, en el mismo 1991, la ganadería
aquicalidense de Campo Grande lidia por vez primera una corrida de toros, en el
coso Monumental de la ciudad de Aguascalientes, estando en el cartel el
madrileño Curro Vázquez, Fermín Espinosa “Armillita” y Héctor de Granada.
Confirma su doctorado, en 1994, en la Monumental
Plaza México, el diestro mexiqueño Federico Pizarro cuando el salmantino Pedro
Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea”, ante la presencia de Jorge Gutiérrez, le
cede el toro “Azulejo” de Javier Garfias.
En la Monumental Plaza México, en 1996, en día
miércoles por cierto, el espada galo Michel Lagravére confirma su alternativa
con el toro “Boticario” de Espíritu Santo. Su padrino fue Alfredo Lomelí y el
testigo Leandro “Machaquito” Quiroga.
Ese mismo 1996 fue inaugurada la plaza de toros
“San Miguel” de Uriangato, Guanajuato, siendo los encargados de ello, con toros
de Huerta Hermanos, Alejandro Silveti, el francés Luis Milla, quien así
debutaba en ruedos mexicanos y, Humberto Flores.
El matador sevillano José Antonio “Morante de la
Puebla” confirma su alternativa en la Monumental Plaza México, en el 2000,
llevando como padrino a Miguel Espinosa “Armillita Chico” y de testigo a
Ignacio Garibay, con el toro “Canelo” de Julio Delgado. Esa tarde, Garibay salió
en hombros por la puerta de “El Encierro”, al cortar dos orejas, una a
“Ragalito” y otra a “Noche Buena”. En tanto que “Armillita Chico” le “tumbó” un
apéndice a “Navideño” y “Morante de la Puebla” otro a “Avellano”, todos los
astados de la misma procedencia.
Y en 2001, el espada Israel Téllez recibe la
alternativa en el coso “San Miguel” de su natal Uriangato, Guanajuato, de manos
de Eulalio López “Zotoluco” y ante la presencia de Fermín Spínola, con el toro
de nombre “Rebocero” de la dehesa de Francisco “Curro” Rivera.
DATO
Otra de las efemérides relevantes en el día de la Navidad,
dentro de la historia del toreo es, sin duda, el debut de San Mateo en la
ciudad de Aguascalientes
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