RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
Redacción APLAUSOS
El panorama del toreo en Venezuela no pinta bien.
A la mala situación general del país se unen este 2020 las dificultades
derivadas de la pandemia del coronarivus. Si antes de la llegada de la Covid-19
ya permanecían cerradas a cal y canto numerosas plazas como el llorado Nuevo
Circo de Caracas, la imponente Monumental de Valencia, la reliquia que
significa la plaza de toros de Maracay o la Monumental de Maracaibo, otros
muchos escenarios que mantenían vivo el latido del toreo no han abierto sus
puertas en este fatídico año.
Los números que ofrece el cronista taurino
emeritense Víctor Eduardo Ramírez “Vitico” son esclarecedores al respecto: solo
siete corridas de toros se han celebrado este año, tres en San Cristóbal, otras
tres en Mérida y una sola en Valle la Pascua. Dichos festejos mayores se
escenificaron en el marco de sus respectivas ferias: San Sebastián, Feria del
Sol y Feria de La Candelaria.
Si antes de la llegada de la Covid-19 ya permanecían cerradas
a cal y canto plazas como las de Caracas, Valencia, Maracay o Maracaibo, la
pandemia ha impedido que haya toros en los otros escenarios que mantenían vivo
el latido del toreo en el país
En estos espectáculos han actuado 16 matadores de
tres nacionalidades distintas, en su mayoría nacionales. Asimismo, siete
ganaderías vieron lidiar sus reses, de las cuales 43 fueron toros y 10 fueron
novillos, de las ganaderías San Antonio, Rancho Grande, El Prado, Laguna
Blanca, Juan Campolargo, Los Aránguez y Los Ramírez.
En el capítulo de matadores, el taribense Jesús
Enrique Colombo es quien lideró el escalafón con cinco corridas de toros, en
las cuales cortó 10 orejas, indultó un toro y salió cuatro veces a hombros,
actuando específicamente en los ruedos de San Cristóbal y Mérida en sus abonos.
Por su parte, El Fandi fue el espada extranjero que más se prodigó, con dos
tardes, ambas en Pueblo Nuevo, donde cortó tres orejas.
Solo siete corridas de toros se han celebrado este año en
Venezuela: tres en San Cristóbal, otras tres en Mérida y una sola en Valle la
Pascua. El triunfador del año ha sido el taribense Colombo
El escalafón menor, el de novilleros, ha sido el
más diezmado, con actuaciones puntuales de jóvenes espadas como el merideño
José Gutiérrez, quien salió a hombros en la Feria del Sol tras cortar dos
orejas. También dejaron buena tarjeta ante el aficionado el ecuatoriano Juan
Francisco Almeida y el peruano Samuel Calderón.
Esto y poco más ha dado la Fiesta brava en
Venezuela, donde se está a la espera de que en las próximas semanas se defina
si podrán celebrarse o no ferias de importancia como la de San Cristóbal –que
ha anunciado toreros y ganaderías, con fechas fijadas para finales de enero-
pero a tenor de cómo ha evolucionado la pandemia en el Táchira está en estos
momentos en el aire su celebración, como ocurre también en Mérida, en el marco
de la Feria del Sol, para las fechas del 11 al 16 de febrero, donde poco o nada
se ha dicho del ciclo a falta de poco más de 50 días de llevarse a cabo.
Se está a la espera de conocer si finalmente pueden
celebrarse o no abonos tan importantes como los de San Cristóbal o Mérida
Queda en el tintero el futuro que tengan otros
ruedos del país –los mentados al principio de este texto- donde se ha cortado
el mantenimiento, cuido y provecho a unas instalaciones de un rico acervo
cultural, que no del todo ha sido entendido, ya sea por cuestiones ideológicas
o interés económico de grupos animalistas que han minado con un discurso
tergiversado lo que realmente implica la fiesta brava en las ciudades que
culturalmente ha estado presente como seña de su identidad e historia.
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