JORGE
ARTURO DÍAZ REYES
@jadir45
Como dioses, dispensando estupefacción,
discrecionalidad sobre la vida humana y condena para un culto milenario. Todo
al tiempo. En verdad que un puñado de votos da poder.
Coincidieron ya en la preliminar divina decisión,
y supongo que lo harán de nuevo esta noche, los representantes de diversos
partidos y “marcas” electorales. La cosa no es ideológica. El presidente de la
Comisión lo explica:
“Creo que eso tiene que ver con un aspecto
generacional… en la comisión primera somos nuevos y pertenecemos a una
generación que entiende que la polarización no sirve para nada… y que a pesar
de nuestras diferencias podemos construir diferentes temas y ponernos de
acuerdo”.
Claro, es la edad y la novedad, lo que los une,
distingue del resto y autoriza para moralizar, bendecir y condenar; yerbas,
personas y creencias. Industrializar psicotrópicos, matar enfermos y seguir
matando toros (pero en los mataderos, no en un rito milenario).
Porque son tan aficionados a la naturaleza que
hasta se la fuman, tan piadosos que aprueban el “tiro de gracia” para los que
sufren y tan cultos que la cultura de otros les resulta caduca, bárbara, e
intolerable.
Magnánimos, darán seis meses de plazo al gobierno nacional
para que obedezca sus designios antitaurinos, y “reconvierta” las personas que
trabajan en las corridas. “Los empleos informales detrás de la tauromaquia son
los mismos empleos informales de otros eventos”. Entonces no tendrán problema,
deja creer el pugnaz representante Juan Carlos Losada. Qué tan generoso con los
trabajadores, quizá se lo agradezcan electoralmente.
Solo un dios podrá entender por qué cuando
enfrentamos una pandemia, cuyo número de muertos por millón de habitantes ha
crecido en Colombia durante los últimos seis meses un 4.600% y el número de
contagios por millón de habitantes un 5.600%, colocándonos en el 10º puesto
entre las naciones más atacadas del mundo, estos políticos ocupan el tiempo que
les pagamos los contribuyentes en dar prioridad a sus conveniencias, aficiones
y fobias “generacionales”.
Esa comprensión supongo, no está al alcance de los
mortales y menos si son bárbaros.
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