lunes, 28 de diciembre de 2020

EN EL CURSO DE UN AÑO TAURINO TAN ATÍPICO Y DIFÍCIL - Así fue el escalafón de la resiliencia

Enrique Ponce ha encabezado la clasificación de este 2020, sumando dieciséis paseíllos y cortando veintinueve orejas: “Me comprometí solidariamente con el toreo y con mi cuadrilla”
JOSÉ LUIS BENLLOCH
Redacción LAS PROVINCIAS
 
La reducción de festejos taurinos ha sido una nota obligada en esta atípica temporada que ha provocado, entre otras cosas, que las estadísticas y los números del toreo queden muy alejados a los que acostumbraban en años precedentes. Aun así el fenómeno tiene una lectura positiva: que cuando se pensó que no habría temporada la hubo en un empeño digno de encomio de varios matadores, especialmente de Enrique Ponce. No tendría tampoco que sorprender lo que se valora como una hazaña si tomamos en cuenta que ni siquiera durante la guerra civil ni durante la epidemia de la mal llamada gripe española dejaron de celebrarse corridas. En realidad en España solo dejaron de celebrarse espectáculos taurinos durante el siglo XIX, entre 1805 y 1808, a causa de la prohibición dictada por Carlos IV, que, paradójicamente, fue anulada por el francés José Bonaparte a su llegada al trono para congraciarse con la población. En todos los casos se evidencia el arraigo social del toreo, capaz de resistir en las circunstancias más adversas y sin ayudas externas; más bien al contrario: sus detractores trataron de aprovechar el momento para ponerle encima la bota de su autoritarismo.
 
El extraño escalafón del 2020 está encabezado, cómo no, por Enrique Ponce, que sumó dieciséis paseíllos cortando veintinueve orejas. Sus tardes más destacadas tuvieron lugar en Granada, Nimes y El Puerto de Santa María, elección en la que coincide la crítica y el propio torero y que por la categoría de esos cosos cabría pensar que se produjeron en un año de normalidad. “Ha habido temporadas muy buenas en mi trayectoria -declara el maestro-, pero de esta me siento especialmente orgulloso. Con tantos problemas como ha habido, con tanta enfermedad, viendo cómo se moría la gente, llegar hasta aquí, haber colaborado a mantener encendida la llama del toreo y haber hecho felices a muchos aficionados me hace sentir especialmente bien”.
 
Ponce: "Haber colaborado a mantener encendida la llama del toreo y haber hecho felices a muchos aficionados me hace sentir especialmente bien"
 
El diestro valenciano proclama como imprescindible que haya toros en las plazas de primera la temporada próxima aunque sea con aforos reducidos y ello suponga un ajuste de honorarios, asumiendo una postura de altruismo de la que ya hizo gala este año. “Toreaba sin saber lo que iba a ganar pero lo tenía claro, quería y debía torear. Me comprometí solidariamente con el toreo y con mi cuadrilla porque para ellos no pasar la temporada en blanco más que importante era necesario”, ha declarado en Aplausos tras asegurar que en una temporadas así no se puede tener la pretensión de ganar mucho dinero, en lo que se entiende como un llamamiento al realismo y a la solidaridad del sector. “Se torea y luego si hay dinero, hay y si no... Claro que eso exige total transparencia por parte del empresario y de todo el mundo”, concluía.
 
EMILIO DE JUSTO
 
Le ha seguido en el escalafón el extremeño Emilio de Justo, que este año debería haber vivido la temporada de su consagración con la correspondiente recompensa económica por la que tanto peleó que ahora tendrá que esperar. Toreó ocho corridas, la mitad que el valenciano, y cortó trece orejas. “Ha sido un año emocionalmente muy duro. Nadie había vivido una situación así, con tanta incertidumbre y me afectó mucho anímicamente”, le  comentaba recientemente a Ángel Berlanga, pero a partir de agosto comenzó a torear y se recuperó personal y profesionalmente cosechando grandes triunfos en plazas como Plasencia, Nimes y Jaén, que le permiten mantener intactas las expectativas con las que había comenzado el año.
Hay que dedicar una mención especial a Ferrera, que protagonizó una tarde excepcional en Badajoz; a Morante, que en Córdoba puso los puntos sobre las íes en cuestión tan delicada como la de dilucidar quién manda en el territorio del arte; y Juan Ortega, que en Linares y Jaén se postuló como otro torero de los considerados de culto
 
Le siguen en la tabla final Daniel Luque, con siete corridas y catorce orejas; Curro Díaz, con siete, siete; el francés Juan Leal, con seis actuaciones y dieciocho trofeos; Gómez del Pilar, con dieciséis paseíllos y once trofeos; El Fandi, con seis actuaciones y diez trofeos; y Sebastián Castella, con seis y nueve. Así hasta sesenta espadas que finalmente fueron los que encabezaron los carteles.
 
Y si hay que referirse exclusivamente a la huella artística del 2020 hay que dedicar una mención especial a Ferrera (tres corridas y once orejas),que protagonizó una tarde excepcional en Badajoz estoqueando seis toros; a Morante (cinco paseíllos y cuatro trofeos),que en Córdoba puso los puntos sobre las íes en cuestión tan delicada como la de dilucidar quién manda en el territorio del arte; y Juan Ortega (cuatro tardes y cuatro orejas),que en Linares y Jaén se postuló como otro torero de los considerados de culto.
 
En el escalafón de los novilleros con picadores las cifras aún han sido más modestas y el primer puesto ha sido para Francisco Montero con cinco actuaciones y siete trofeos; y el de rejoneadores ha estado liderado un año más por la francesa Lea Vicens, con un balance de once actuaciones y veinte trofeos.
 
Los empresarios se unen por vez primera frente a las administraciones
 
El sector taurino se ha unido por vez primera para dar plantón a las administraciones en las convocatorias de sendos concursos de adjudicación de plazas por no adaptarse éstos a la realidad económica del momento y a los intereses generales del sector. Lo ha hecho con dos cosos de gran importancia: Málaga y Albacete, donde en opinión de los empresarios no se habían tenido en cuenta las circunstancias que ha generado el maldito coronavirus. En Albacete las condiciones eran prácticamente calcadas a las de la etapa anterior a la pandemia; y en Málaga, que había reducido el canon a cero como señuelo, exigían los costos de la escuela taurina, la organización de un certamen de novilladas, un número elevado de festejos, al parecer por encima de los que se considera la demanda, y tres mil entradas gratuitas para la Corporación. Todo lo cual en opinión de los empresarios la situaba fuera de mercado. Mientras a ésta no se presentó nadie, en Albacete sí lo hizo Juan Reverte entre la indignación de los compañeros que le acusaban de haber roto el acuerdo. Finalmente retiró la plica, según él por el enfado que había generado entre sus colegas aunque hay versiones que aseguran que en realidad fue una retirada forzosa por no cumplir alguna de las condiciones administrativas exigidas. En ambos casos la situación ha levantado fuertes encontronazos con la oposición política de las corporaciones implicadas, que demanda pliegos que hagan viable la gestión con una programación acorde a la categoría de las plazas respectivas. En Valencia,  otra parte, se conocerá los próximos días la continuidad de la actual empresa, que podrá afrontar de inmediato temas tan relevantes como la devolución o continuidad de los abonados y la organización de la nueva temporada.

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