El fracaso de los pliegos de las
plazas de Albacete y Málaga se ha solapado con los vientos de esperanza que
alientan la presunta organización de las ferias levantinas en marzo
@ardelmoral
Diario CORREO DE ANDALUCÍA
Merece la pena desandar el camino andado
para darnos cuenta de todo lo que hemos cambiado. Podemos mirarnos en el mismo
espejo que nos presta este Observatorio Taurino, batiscafo semanal de una
actualidad taurina que, hasta hace poco más de nueve meses, no podíamos
adivinar amenazada por ese dudoso bichito que ha pulverizado tantas cosas. Hace
un año, por estas mismas fechas, esta sección comenzaba hablando de la
necesidad de abrir según qué carteles ante la llegada de una nueva baraja de
matadores con vocación de figura. Todo es agua pasada; papel mojado... pero el
desarrollo de esta extraña temporada también ha mostrado la demorada fecha de
caducidad de algunos nombres que prefirieron seguir amparados por las
trincheras, chapoteando en el barro. Ya habrá tiempo de hablar de ello.
Hace un año exacto también marcábamos
las líneas maestras del llamado año Gallito, comandado por la Hermandad de la
Macarena en sintonía con la cátedra Sánchez Mejías de la Universidad
Hispalense. En estas fechas ya se habían presentado en la Casa Hermandad el
ambicioso programa de actos junto boceto de la escultura de Manuel Martín Nieto
que –un año después- se encuentra preparada para ser elevada en la plaza de la
Esperanza Macarena después de salvar los preceptivos fielatos burocráticos para
ser instalada.
Pero, en medio de todo esto, se produjo
ese inesperado tsunami en forma de pandemia que metió en el congelador la gran
temporada. Los dos grandes ciclos levantinos estaban a punto de levantar el
telón. Sevilla ya tenía los carteles de una gran feria en la calle y las
combinaciones de la interminable isidrada andaban a punto de horno pero uno
tras otro saltaron por los aires en la bisagra de marzo. Todo se había
consumado sin ni siquiera comenzar.
Un año después volvemos a hablar de
Castellón y Valencia. La noticia más fresca es que Simón Casas y su tropa ya
han firmado con la Diputación valenciana la ampliación del contrato que quedó
en el limbo en 2020. El acuerdo recoge, en cualquier caso, que de lo dicho no
hay nada si no lo permite la evolución de la pandemia. Todo está sujeto a esos
vaivenes sanitarios y sobre todo, al mágico 50% del aforo que se considera
condición indispensable para levantar la persiana. De todo ello se habla con
las autoridades que tendrán la última palara
En cualquier caso, el dato viene a
confirmar que ha cierta voluntad de dar toros. Y es que no queda otra. Ya se
está trabajando en la organización de una próxima y atípica feria de Fallas
que, como en Sevilla, tendrá independencia de la fiesta de las calles. La
‘plantá’ y la ‘cremá’ sí tendrán que esperar un año más para recuperar su
sitio. Pero nada será como lo conocimos: José Luis Benlloch, director de
Aplausos, esbozaba días atrás las posibles fechas y formatos del ciclo taurino
de la capital del Turia. Se habla de concentrar nombres de peso entre los días
18 y 21 de marzo. Alberto Ramírez, empresario de Castellón, echaría toda la
carne en el asador el 12 y 13 de marzo. Pero... ¡alto ahí! Cabe preguntarse si
la presunta fortaleza de esos carteles se barema tomando la temperatura al
escalafón anterior al covid. Hagan la prueba y échenle un vistazo. Empieza a
oler a naftalina...
Pero la política taurina no ha cesado de
lanzar titulares, aunque algunos sean tan preocupantes como la licitación de
las plazas de Málaga y Albacete. Sus respectivos pliegos de adjudicación eran
regalos envenenados que pronto delataron sus peligros. En esa tesitura, la
plana mayor del empresariado taurino acabó conjurándose para no concurrir a
ninguno de ellos. Sólo hubo una breve excepción: Juan Reverte se presentó en
Albacete al frente de la empresa Reyma que dirige en unión de los Matilla, que
debieron quedarse a cuadros. O no. El caso es que, entre dimes y diretes,
Reverte también ha renunciado al concurso de la plaza de la capital manchega.
Mientras tanto, la Fundación del Toro de
Lidia ha vuelto a reafirmar su papel de fachada del sector asumiendo como
propia la petición de unas empresas que no siempre han creído en ella. Se
demanda la retirada de ambos pliegos, notablemente tóxicos para la auténtica
realidad taurina económica y social que estamos viviendo. No se puede alardear
de un canon cero –en el caso de Málaga- y luego exigir un exorbitado número de
festejos que sólo son una pasarela a la ruina. Ambas plazas son de titularidad
pública –de las respectivas diputaciones- y forman parte del primer circuito
del toreo. Y en esas estamos, contando las horas que quedan a este año nefasto.
Les deseamos lo mejor para el que viene.
Diario CORREO DE ANDALUCÍA
Mirando hacia Levante
Líos por Albacete y Málaga
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