JOSÉ MATA
Foto: EFE
Eran la 18:49 horas, cuando de pronto timbró mi
celular, un mensaje de mí querido amigo y compañero, Director de Información de
Toros en el Mundo, Mauricio Sepúlveda, desde Bogotá, Colombia, para decirme:
“¡Qué fiasco Pepe!
“¡Las figuras son los mayores antitaurinos!”.
Al gran Maurice, le asiste la razón, y en el
redondel del coso mayor del mundo estaba la respuesta, un encierro
impresentable de ‘bobitoros’, que condujeron al hartazgo a todos, con todo y
que esta tarde hubo gente, la que más que ir a disfrutar de una corrida de
toros…
… iba a lucir la supuesta necesidad de un
reconocimiento social, en un escaparate tan incomparable, como el que da la
inauguración de temporada grande del coso de Insurgentes.
Sí… sí, la gente del clavel que llaman en España,
la socialité, que no sabe de toros, pero sí de ir a lucir y, todo lo que vean
aplaudirán como una forma para impactar al vecino de asiento de que son
conocedores, aunque no tengan ni la más remota idea de lo que está aconteciendo
en el redondel.
No está mal que vaya este tipo de gente, pero
ojalá y lo que ocurriera en el redondel dejara honda huella para que volviera a
asistir bajo otra perspectiva.
Se entiende perfectamente, que si a los figurines
los empresarios no les cumplen sus pretensiones, no firman los contratos, y
luego suelen responsabilizar de ello a los empresarios aduciendo que ellos si
quieren torear, pero los empresarios no saben negociar.
No obstante, en todo esto los responsables que al
final permiten que se perpetre este hecho son los buenazos del palco de la nula
autoridad que bajan la cerviz ante el figurín en turno y autorizan la violación
flagrante a la grandeza del toreo.
En medio de este desconcierto, y conscientes de
que las miserias taurinas están cruzando el charco acompañando a los figurines,
se presentó, Julián López Escobar El Juli, en el coso mayor del mundo, y como
fue evidente, no pudo llenar a la monumental plaza… no es de ahora, hace tiempo
que ya no consigue ese hecho, la gente se comenzó a cansar de que el torero
madrileño se haya convertido en una mala anécdota para la Fiesta en la Ciudad
de México, y ha dado su juicio contundente e inapelable, no irle a ver.
Esta tarde en cuestión, ha dado más argumento a
los que ha echado para posiblemente nunca más volverle a ver, cuando como todo
mundo comentaba había impuesto esta ganadería de ‘bobitoros’ para que estuviera
a gusto en el redondel.
Una auténtica vergüenza que seguramente ya no
tiene, y así fue aplastando literalmente a la buena fe del respetable.
¡Por supuesto que existe la prensa al servicio del
engaño!
La prensa que está al servicio del mejor postor,
pero que se olvida de que el público… el público siempre es primero y se merece
todo nuestro respeto, como siempre me lo dijo el inolvidable Maestro Pepe
Alameda.
Así en medio de su inobjetable vulgaridad y
violencia, El Juli, tuvo frente a él a, Compadre, con el que nada de capa pudo
dejar para el recuerdo, aunque eso sí, recortó con una violenta media que
produjo.
El ‘bobitoro’ acudió a un simulacro de suerte de
varas, una afrenta a lo que debe significar el toro bravo y encastado. Tras
esto sin tercio de quites, el señor Juli decidió hacer su primer brindis al
público, como una especie de perdón anticipado, para que le aceptaran todo.
El bovino acudió calamocheando y cayéndose con la
derecha; sin embargo, con la zurda logró algunos pases correctos rematados con
el desdén, lo que produjo una efusiva respuesta del público asistente. Así que
al margen de haber intentando más con la derecha en donde resultaba el peor
lado, por el lado natural hubieron algunos correctos pases y otros insípidos.
El animalito tenía tan, tan borreguno su andar,
que hasta le hizo dar tres vueltas alrededor de su cuerpo el torero, en lo que
se denominan dosantinas.
De pronto llegó el julipié (citar afuera de la
suerte, dejar pasar medio cuerpo del bovino, dar brinco espectacular y a paso
de banderilla introducir siempre la espada trasera) que dejó una estocada
traserísima, y el público haciendo cierta mayoría pidió una orejita así de
pequeñita.
Con, Rebujito, un pequeñajo anovillado y horrendo
en verdad horrendo, por la desproporción entre la cornamenta de bisutería y su
cuerpo, dejó lances que nos dijeron mucho, recortados soltando el capote a una
mano
Otro simulacro de suerte de varas, para dar paso a
unas chicuelinas vulgares y violentas. Se sumaron más series que daba el señor
Juli a esa linda ovejita, provocando que las del lado zurdo, enloquecieran a un
público festivo.
Ver cómo pasaba a ese pequeñajo tan tan bobalicón
nos hizo recordar a un perrito faldero.
Esto más que ser un símil del luminoso ballet
clásico, daba más la impresión de un montaje vulgarzón. Mal estuvo con la
espada fallando dos veces con el julipié hasta dejar uno tercero traserísimo y
casi bajo que provocó el vómito sanguíneo. La bondad del público le dejó dar
una vuelta
Con Cielo Rojo, otro anovillado ejemplar que tuvo
simulacro de suerte de varas, nada que recordar ante la asfixiante mansedumbre
y el desesperante descastamiento.
Joselito Adame ha estado despersonalizado y si
bien es cierto que tuvo pésimos ejemplares, su esfuerzo que mostró no pudo
conquistar la atención del respetable. Es más tomó las banderillas en su
tercero, que cerró plaza, pero de ahí no hay más que recordar.
Al final, con mucha pena nos reiteró el figurín en
turno, venido de ultramar, que ha vuelto a pisotear sin miramiento la grandeza
del arte del toreo, quitándole el apellido que le da su razón de ser a la
Fiesta… ¡brava!
Ante esto… ante esto, no hay más que decir.
FICHA DEL FESTEJO
Se han lidiado INADMISIBLES ‘bobitoros’ de
la ganadería de los sucesores de don
Teófilo Gómez, que han resultado el compendio de la mansedumbre, el
descastamiento, la invalidez; los que lucieron una especie de cuernitos de
bisutería barata, que no eran acordes a las geografías corpóreas de los
bovinos, que fueron en su mayoría anovillados; o abobillados. Y en lo que se
refiere a la suerte de varas, esa… esa fue inexistente, ni siquiera se produjo
un simulacro.
Julián
López El Juli: Oreja; vuelta; y
pitos.
Joselito
Adame: Silencio, palmas y
silencio.
Detalles: Tras el paseíllo, nuevamente en esta plaza
se guardó un minuto de aplausos para Miguel
Espinoza.
Primera corrida de la actual Temporada Grande
2017-2018, en la que casi se logra llenar el numerado y una décima parte en los
tendidos generales, lo que en su conjunto se puede considerar una media plaza.
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