MANOLO
MOLÉS
@ManoloMoles
Hay situaciones complejas, tal y como está el
toreo hoy en día. Si tú acabas con tu apoderado, ¿dónde vas? Si te estaba
llevando una empresa y te dejan, ¿qué diablos haces? Está generalizado algo que
existió siempre pero en tono mucho menos totalitario y extendido. Me refiero al
apoderamiento de toreros por parte de las empresas. No es algo nuevo, aunque me
parece que no es positivo en general para la Fiesta. Yo tengo muy claro que el
empresario a quien ha de “apoderar” es al público, el cliente que pasa por
taquilla. Es su ingreso principal. Llevar a un torero no está prohibido pero
distorsiona el equilibrio natural de la Fiesta. Si llevas a un torero, o a dos,
o a cinco, como pasa ahora, ¿qué haces, a quién cuidas: al torero o al público?
Lo malo de estos temas que rozan al menos la
discusión (cosa que siempre es sana y que se debería hacer más en el mundo del
toro) es cuando se llega a la hora actual y casi todos los toreros tienen que
ver directamente, o con apoyo compartido, con las empresas. Y esto que para mí
es debatible tiene una consecuencia que es la que me parece peor para el mundo
taurino. Me explico.
Si la flor y nata de la torería (es un símil
cursi, pero cuadra bien) está comprometida con los empresarios, ¿cuál ha sido
el primer holocausto taurino? Uno muy claro y no bueno: la desaparición de casi
todos los apoderados independientes sean aficionados, ex matadores, ex
subalternos, etc. Toda esa gente era importante en el mundo taurino. Con ellos
el mercado era más abierto y había más sillas libres. Ahora una vez colocados,
porque lo valen seguramente, los toreros que llevan las empresas, apenas queda
sitio o lugar para los que no están bajo ningún paraguas empresarial.
CUIDADO: ¿CUÁNTOS APODERADOS QUEDAN SIN
APOYO?
Por eso, tal y como están las cosas, fuera del
establishment (o sea, conjunto de personas e instituciones influyentes en un
campo determinado) es muy difícil que tengan sitio los taurinos buenos,
matadores, banderilleros que tienen la capacidad de enseñar y corregir a su
torero y hacerlo crecer en la profesión. Esos apoderados están en vía de
extinción o ya han desaparecido. Y eran necesarios, muy necesarios.
¿Quién prepara ahora a un torero sabiendo que si
te sale bueno se irá con el poder? Y si hay que irle enseñando poco a poco, te
vas a aburrir en el paro porque las sillas del banquete de las ferias están
ocupadas. Y remato con algo porque no quiero que queden dudas. Siempre hubo
empresarios que llevaron toreros. Balañá, Jardón, Chopera en las dos ramas, los
Lozano, etc. Pero había sitio para unos y para los otros: esos taurinos que
fueron matadores, banderilleros o picadores que han ayudado, hecho y cuidado la
carrera de tantos chavales. Ahora si no eres un fuera de serie de los que sale
uno cada veinte años y no te apodera una empresa, ¿dónde hay una silla para ti
en el banquete de las ferias? Me duele más los taurinos perdidos en el paro y
el desencanto laboral que lo contrario. Pero una cosa tiene mucho que ver con
la otra. Ahora sólo hay cielo y purgatorio. Cuidado: en este tema me refiero.
¿Cuántos apoderados quedan sin apoyo?
Me alegro por Galdós y su triunfo en Lima. Se lo
merece. Roca Rey llenó la plaza y también puso lo suyo Ponce, ídolo en la
afición peruana. Pero hay que cuidar más el toro en beneficio de todos. América
no pide el toro elefántico pero tampoco aguanta lo contrario. Pagan un dinero
muy serio y sólo habrá futuro si el toro pone emoción y respeto. Hay líneas
rojas que deben ser respetadas, nunca mancilladas.
CASTELLÓN, VALENCIA Y ALICANTE LLEVAN EL
TORO EN LA SANGRE
Hablo con Nacho Lloret y José Luis Benlloch y
juntamos las tres provincias valencianas. Nacho, alicantino; Benlloch,
valenciano y yo, de Castellón. Tres provincias súper aficionadas al toro, en la
calle, en la plaza y en el campo. Pero con algo más. La mayoría de hombres y
también mujeres hemos “toreado” el bou al carrer. Lo llevamos en la sangre. Lo
triste es que partidos minoritarios se han colado en la conformación de
ayuntamientos y no paran de dar la lata.
Por ejemplo en Alicante, donde espero
que no se salgan con la suya. Pero si algún día diéramos las cifras de la gente
que participa y acude a los toros en la plaza y a los toros en la calle, en las
tres provincias, la mayoría es rotundamente aplastante. Y ese referéndum que no
necesita urnas es muy superior a los partidos anti toros, anti sistema, anti
capitalista, anti libertad, anti respeto… claro que si no fuera así ya me dirás
qué pintan en el arco iris de la nueva política. Pero en Castellón, Valencia y
Alicante lo tienen crudo. Por cierto, hablando con Lloret me enteré de algo que
no conocía. La empresa de Madrid es 49% de Simón y 51% de Nautalia. Tanto en lo
taurino como en lo lúdico que es lo que la Comunidad, con el retraso de las
obras y no tener la plaza el día, ha impedido que sumen las dos partes de la
empresa.
Yo me leo Aplausos todos los martes (que es cuando
llega a mi kiosko en Madrid) y nunca lo he hecho pero es de justicia. Mi
enhorabuena en estos tiempos a todo el equipo de periodistas, fotógrafos y
maquetadores de Aplausos. Yo conozco este oficio y por eso sé lo difícil y lo
hermoso que es. Y lo bien que lo hace todo el equipo, fundamentalmente la
redacción de Valencia que es la que cada semana planta la falla, o sea, una
gran revista digna de aplauso periodístico. “Aplausos” para ese equipazo. Algún
día había que decirlo. Hoy. / Redacción APLAUSOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario