viernes, 10 de noviembre de 2017

Emotivo último adiós al maestro Miguel Espinosa Menéndez “Armillita Chico”

Todo concluyó con una sentida ceremonia en el coso Monumental

ADIEL ARMANDO BOLIO
Especial para VUELTA AL RUEDO

Ya entrada la tarde de este martes 7 de noviembre de 2017, fue el ruedo de la Monumental Plaza de Toros de Aguascalientes donde la urna con la cenizas del maestro del toreo Miguel Espinosa “Armillita Chico” y teniendo como fondo musical, a través de la banda del coso, la notas del emocionante pasodoble “Cielo Andaluz”, hicieron en las manos de sus familiares el último paseíllo para colocarlas en un pedestal especial cubierto por un capote de paseo que usó muchas tardes, con la imagen Cristo del Gran Poder, ubicado en el centro del redondel como agradeciendo una sonora ovación luego de la gran faena al toro de la vida y que en hombros llegó al cielo para abrir su postrera Puerta Grande, misma que seguramente le abrió San Pedro. 

Muchos matadores de toros, novilleros, ganaderos, amigos, aficionados, autoridades estatales y municipales, además de medios de comunicación, de varios estados del país, como la Ciudad de México, Zacatecas, Coahuila, Nuevo León, Guanajuato, Michoacán, San Luis Potosí, Jalisco y, por supuesto, de propio Aguascalientes, se dieron cita a tan emotiva reunión para despedir al torero, al esposo, al padre, al hermano, al tío, al ser humano, al gran amigo que fue Miguel Espinosa Menéndez.

Pero lo que resultó ser una incomparable significación fue la llegada de Lima, Perú, del maestro y figurón del toreo, el valenciano Enrique Ponce, su último alternante en el coso Monumental de Aguascalientes aquel 1 de mayo de 2005 cuando “Armillita Chico” se despidió de los ruedos.

Varios fueron los personajes que tomaron la palabra, además de las guardias de honor que realizaron alumnos de Academia Taurina Municipal, todos los matadores de toros ahí presentes, los novilleros y los que fueron miembros de su cuadrilla principalmente, destacando las intervenciones del doctor Manuel Aceves, director del Instituto del Deporte del Estado y de Luis Obregón Pasillas, director de Desarrollo Económico municipal, pero quienes tocaron la nota sentimental y emotiva a la reunión fueron el colega Ramón Ávila “Yiyo” y, sobre todo, el maestro Enrique Ponce, quien exaltó la imagen humana y torera de Miguel Espinosa “Armillita Chico” al nivel más alto de un ser que siempre se significó por don de gente, finalizando Ponce al afirmar que “se ha ido uno de los toreros más grandes que ha dado la historia del toreo”.

Finalmente, ante la presencia de su viuda, doña Verónica y de sus hijos Miguel y Eugenia, se dieron varias vueltas al ruedo con la urna que acompañaron todos los asistentes entre gritos de ¡torero! y bajo las notas sentimentales de “Las Golondrinas”.

Y a título personal mi estimado Miguel, maestro querido, quiero decirte a través de mi alma y mi espíritu, con estas sencillas y humildes líneas, que aunque físicamente ya no estás en este mundo terrenal, si hiciste todo lo que tenías que hacer para que tu recuerdo en la memoria sea imborrable, tu tauromaquia fue única, sin par, además de aleccionadora y ejemplo para muchos que quieren y han querido ser toreros, por ello a veces y éste uno de esos casos, es difícil llenar los enormes huecos que deja un gran amigo cuando se va. Tú te fuiste y tu espacio no habrá nadie quien lo llene, de ahí tu grandeza como torero y como amigo. ¡Hasta pronto torero bueno!

Se sumaron al sentimiento los gobiernos estatal y municipal

Las exequias del matador de toros Miguel Espinosa Menéndez “Armillita Chico” comenzaron pasado el mediodía de este martes 7 de noviembre de 2017 con un bonito y sentido homenaje póstumo a cargo de los gobiernos estatal y municipal, teniendo como sede el segundo patio del Palacio de Gobierno, mismo que albergó a un importante número de personalidades del ambiente taurino y político, además de medios de comunicación especializados.

La ceremonia inició con una participación llena de pasión y emoción por medio del cantante y torero retirado José María “Napoleón”, además de las intervenciones tanto de la alcaldesa Teresa Jiménez, quien habló de lo que representa Miguel Espinosa para Aguascalientes, como el gobernador Martín Orozco, quien en el mismo tenor resaltó los valores humanos y taurinos de “Armillita Chico”, fiel representante del taurinismo del estado de Aguascalientes, de México y de todo el Orbe Taurómaco.

El acto fue amenizado por la banda de la plaza de toros Monumental con pasodobles representativos como el que se hizo en honor al propio Miguel Espinosa y el mundialmente conocido dedicado al maestro Fermín Espinosa Saucedo “Armillita”, quien ya debió haber recibido en el cielos de los toreros al más pequeño de sus hijos pero si muy grande como torero.

Además, en un acto solemne, el gobernador le entregó a doña Verónica Guzmán viuda de Espinosa una bandera con el escudo de Aguascalientes.

Vinieron entonces diversas guardias hechas por toreros, novilleros, ganaderos, políticos y, por supuesto, la familiar acompañada de las autoridades del estado y del municipio, además de haberse recreado la infausta ocasión con un especial video con imágenes como torero del maestro Miguel Espinosa “Armillita Chico” y que terminaba con estas sentidas palabras que no hace más que marcar la personalidad de tan ejemplar diestro: “Tu sonrisa y tus naturales eternos. Hasta siempre maestro”.

Misa flamenca a la memoria de “Armillita Chico”

Terminada la ceremonia funeral en Palacio de Gobierno, se llevó a cabo el solemne traslado de las cenizas dentro de la misma plaza principal de la ciudad de Aguascalientes a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción para dar paso a una sentida misa flamenca que amenizó el grupo “Fuente y Caudal”, encabezada por el sacerdote Raúl Sosa Palos, acompañado de los padres Guillermo y Rafael, el primero de ellos capellán de las plazas de toros locales.

De esta manera, a Catedral repleta de simpatizantes del torero que se nos adelantó en el camino pero que sigue vivo en los corazones de todos nosotros, durante la homilía se hicieron varias analogías con la parte final de la vida de Cristo, sobre todo en torno a aquellas palabras que pronunció antes de morir en la cruz: “Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu”, frase que trasladó a la vida torera de Miguel cuando se perfilaba para entrar a matar todos los astados que estoqueó en ese encuentro entre la vida y la muerte pues en cada viaje al morrillo encomendaba su vida al señor para salir airoso del trance y permanecer haciendo la cruz, como los maderos en los que terminó Jesucristo, al realizar la suerte suprema.

De la misma manera se hizo hincapié en la simpatía permanente de Miguel Espinosa pues siempre tenía chispa muy especial para dar una respuesta, aparte de su eterna, la que siempre lo caracterizó.

Durante la celebración de la santa misa hizo su arribo al templo el maestro valenciano Enrique Ponce, quien al final acompañó en su dolor a la viuda, doña Verónica Guzmán.
No cabe duda que mucho de verdad tiene lo que apunta y apunta bien la copla, que  dice “Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va. Y va dejando una huella que no se puede borrar”.

Gracias maestro Miguel por todo lo que nos dejaste como torero y como ser humano. Gracias por darme la oportunidad y el privilegio de haber recogido de ti palabras cuando las necesité como profesional del periodismo taurino. Gracias, muchas gracias inolvidable torero.

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