El extremeño firma una
extraordinaria faena que el presidente no sabe medir.
PACO DELGADO
Sigue la Feria de Hogueras en tono alto y también en la
tercera función hubo homenajes. Tras romperse el paseíllo, el Ayuntamiento
entregó una placa a Vicente Fernández «El Caracol», toda una institución
en Alicante, en reconocimiento a sus cincuenta años de alternativa.
Luego, Miguel Ángel
Perera obsequió a la concurrencia una faena escalofriante y de gran calado
técnico que el presidente de turno ni supo ni quiso ver. Fue a su primer toro,
que rehuyó siempre su capote y al que costó picar, con apenas un refilonazo. Llegó
bravucón y violento al último tercio y aquí fue cuando Perera sacó a relucir su valor y poderío, aguantando estoico los
arreones del manso para ir domeñando su genio y, bajando muchísimo la mano, ir
progresivamente atemperando el ritmo de las embestidas del toro. Acometidas
cada vez más pausadas y suaves hasta sacar varios naturales templadísimos y
largos antes de un impresionante arrimón final en el que no se inmutó ni cuando
tuvo los pitones en los muslos. No se hizo justicia con quien, al margen de lo
impecable y meritorio de su labor, se jugó el tipo sin trampa ni cartón. El
señor presidente debió perder las gafas que le regaló el año pasado Morante. Y le escamoteó la Puerta
Grande a Perera, puesto que el
quinto no quiso cuentas con nadie y fue muy a su aire, protestando y
descompuesto, buscando las tablas y sin mucho celo, sin dejar a su matador otra
opción que poner muchas ganas y voluntad pero sin posibilidad alguna de brillo.
Sebastián Castella
se las vio con un primer toro, que esperó mucho en el segundo tercio, y puso en
aprietos a sus banderilleros. En la muleta, embistió con rectitud y fijeza en
la corta distancia, dejando el torero francés un trasteo un tanto intermitente
que finalizó, cómo no, metido entre los pitones.
También cortó en banderillas el cuarto y se venció con mucho
peligro en el inicio de faena de Castella,
que sin inmutarse se fajó con él en una interminable pelea de más corazón que
cabeza y sin aclararse casi en ningún momento.
Daniel Luque
también pudo salir a hombros, pero desperdició la ocasión al matar tarde y mal
al sexto tras un quehacer en el que no hubo excesivo compromiso. El tercero fue
distraído y manso en los primeros tercios y, aunque Luque acertó a meterle en el engaño a base de dejarle la muleta
siempre puesta, acabó por decantarse por los adornos y lo accesorio. Lo mejor
de su faena, la gran estocada con que le puso el punto final. / Diario La Razon
FICHA DEL FESTEJO
Alicante. Tercera de la Feria de Hogueras. Se lidiaron toros de Alcurrucén, bien presentados y de juego
desigual. Mansos y distraídos de salida, en general, pero terminaron
embistiendo en la muleta. Media entrada.
Sebastián Castella, de turquesa y oro, estocada entera,
descabello, aviso (ovación); estocada baja (oreja).
Miguel Ángel Perera, de corinto y oro, media estocada (oreja
con fuerte petición de la segunda); media estocada, aviso, descabello
(ovación).
Daniel Luque, de negro y oro, estocada entera (oreja);
pinchazo, tres descabellos (ovación).
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