Desmiente
una posible retirada, rumores infundados
Nacido en Caracas, pero criado y formado taurinamente en Tovar, desde hace varios en Aguascalientes vive en torero el espada Tomás Martínez. Foto: Aníbal García Soteldo |
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Desde tierras hidrocálidas se reporta el espigado
diestro tovareño Tomás Martínez, quien se encuentra radicado desde hace varios
años en la ciudad azteca de Aguascalientes, la tierra de “la gente buena” como
dicen por aquellas tierras. De gente buena y muy aficionada a la fiesta brava podríamos
decir, pues es epicentro de ganaderías, escuela taurina, una gran feria como es
la de San Marcos, dos plazas de toros de gran historia y en especial solera
para el toreo mundial, y sobre todo, tierra de numerosos toreros
extraordinarios, que sería larga la lista de mencionarlos. Todos con sus méritos
ganados en ruedos mexicanos y españoles, como es el caso de los hermanos Adame,
por poner un ejemplo.
Martínez nos recuerda el hecho de estar “chambeando”
en un momento duro para el toreo en general y más para los toreros extranjeros.
Se mantiene con la afición e ilusión que supone verse vestido de luces o de
corto en el campo bravo o en la plaza de toros, en especial esta última donde ha
dejado estela de buen torero, específicamente en su tierra adoptiva como es
Tovar, en la que ha desarrollado gran parte de su trayectoria artística
venezolana, a la espera que otras plazas le abran las puertas, esas que en
estos momentos están cerradas por la pandemia y también por la pandemia
socialista gubernamental en contra de la fiesta brava, donde literalmente la ha
dejado morir de inanición taurina, es decir, a su libre destino, sin apoyo y al
abandono. Que lo digan ejemplos como las arenas de Caracas, Valencia, Maracay y
Maracaibo, capitales taurinas hoy presentes en un recuerdo lejano que se hace
color sepia en la memoria de muchos.
Lo cierto es que Tomás no ha perdido ese halo de “torería”
por mantenerse en el candelero. «Se habían
corrido rumores que me había quitado del toro, pero no es verdad, tremenda
mentira la desmiento categóricamente. Sigo al pie del cañón, en la lucha, buscándome
las oportunidades de torear, sabiendo lo difícil que es esto, y más cuando uno
anda solo sin padrinos, donde son pocas oportunidades las de torear. Allá en Venezuela
es igualmente complicado, gente que te pone en contra con la gente que tiene el
poder de colocarte en plazas puntuales, lamentablemente, pero igual seguimos»,
así se manifiesta el coleta en mención sobre su actualidad en estos instantes.
En particular Tomás no ha abandonado su actividad
como torero de alternativa, la misma que tomaría en el Coliseo de Tovar en la edición
del 2014, exactamente el 12 de septiembre, ante toros de la recordada divisa de
La Cruz de Hierro, contando de padrino al espada alcarreño Sánchez Vara y al
nacional Eduardo Valenzuela, para pasaportar a “Amor de Paso”, N° 580 de 460
kilos.
Una trayectoria de escasas oportunidades, pero
siempre dejando una digna estela que bien merece la pena la ocasión de resaltar,
pues se ha hecho a punta de mucho sacrificio. «No es fácil entrar al campo bravo mexicano, como otros toreros que
tienen su nombre y cartel muy bien ganado. Pero las oportunidades que salen no
se desperdician y se aprovechan al máximo, en compañía de los matadores Gerardo
y Diego Sánchez, saliendo con ellos en las vacas que nos permiten, siempre
pensando en estar bien delante de los pitones como si fuera la plaza más
importante del momento».
Por lo pronto Tomás Martínez manifiesta en claro
su disposición a no dejarse olvidar del público y aficionado venezolano. Su periplo
en suelo mexicano lo espera cumplir de la mejor manera posible, acentuando su
actividad en el campo en las venideras semanas, para de esta manera estar a
punto de cara a la ocasión que se presente torear, ya sea en México o Venezuela,
que para eso vive, entrena y piensa en torero, las 24 horas del día, los 365 días
del año.
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