Diario ABC de
MADRID
Miles de aficionados y profesionales taurinos se
congregaron ayer en la explanada de Las Ventas para reivindicar la tauromaquia
como cultura y exigir el mismo trato que al resto de artes. En una iniciativa
lanzada por la plataforma Somos Cultura, el pueblo salió a la calle para pedir
libertad y respeto para los aficionados y profesionales taurinos, que exigen
que cese la marginación al sector. «Pretendemos llegar a todos los rincones del
mundo», comenzó diciendo el periodista David Casas, que recordó que esta
convocatoria tuvo que ser aplazada del pasado domingo a este. Recordó que en
España se celebran más de quince mil festejos populares y tomaron las palabra
dos niños en medio de la presencia de toreros como César Rincón, Curro Vázquez,
Toñete, Emilio de Justo, David Mora, Gonzalo Caballero o Miguel Abellán. Este
último señaló en medio de los aplausos: «Queremos vivir en un país libre, que
nunca os diga nadie que no podéis, que nunca os diga un poder político que no
podéis acudir a una plaza de toros. Sois libres y tenéis que seguir siéndolo.
Solo los pueblos deciden qué es cultura. Os aliento a que defendáis una España
libre, una tauromaquia libre. ¡Viva España! ¡Viva Madrid! ¡Viva la
tauromaquia!»
Dos niños expresaron con este texto su amor a la
Fiesta:
«Mis
padres me llevaron a los toros desde que yo era pequeñito.
Creo
que mis primeros olés los escuché cuando estaba en la tripita de mi mamá.
Desde
entonces he ido a la plaza de toros, a las habitaciones de los toreros cuando
se visten de luces, en los coches de cuadrillas. También he estado en las
fincas viendo tentaderos y conociendo como vive el toro bravo.
Nunca
nadie me va a Prohibir mi afición por la tauromaquia porque la tauromaquia es
cultura, es tradición, es historia, compañerismo, respeto, lucha, esfuerzo,
triunfo, gloria y también es muerte como representa la estatua de Yiyo, un
torero del que mi padre me habla mucho cuando venimos a jugar a Las Ventas
porque era su torero favorito.
Como
para mí lo eran Iván Fandiño y Víctor Barrio porque aunque me veáis muy pequeño
me acuerdo perfectamente de ellos.
Los
niños de hoy somos el futuro. Somos la cultura de nuestros abuelos y la de nuestros
padres. Y queremos ser la cultura del mañana.
¡Viva
la tauromaquia! ¡Viva España!».
Y este:
«Los
niños de hoy tomaremos el relevo de nuestros padres y abuelos y seremos los
encargados de llenar plazas como esta que está a mi espalda.
Los
menores de hoy somos el futuro.
Seremos
en un futuro cercano los toreros, los ganaderos, los aficionados, los médicos,
los periodistas del mañana.
Nadie
tiene derecho a arrebatarnos el futuro. Nuestra libertad de continuar con
nuestra cultura. Nadie tiene derecho de impedirnos honrar la educación de
nuestros padres. Nadie tiene el Derecho de decidir por nosotros. Y nosotros
hemos decidido amar a la tauromaquia. Crecer como personas dentro del respeto,
de la tolerancia, de la igualdad de oportunidades a través del sacrificio que
tiene el toreo».
Miguel Abellán leyó el siguiente manifiesto:
«La
ley que regula a la Tauromaquia como Patrimonio Cultural en España se aprobó en
el Senado el 12 de noviembre de 2013 aunque todo el proceso empieza en marzo de
2011, cuando comienzan a recogerse las más de 580.000 firmas que llegaron al
Ministerio de Cultura en forma de Iniciativa Legislativa Popular.
Una
de las claves de esa ley es el cambio de denominación de la fiesta de los toros
a Tauromaquia, que deja de ser considerada sólo en términos de ocio o
espectáculo para considerar que su que carácter cultural es indiscutible y
debe, en base a la misma ley, ser preservada como un tesoro propio de nuestro
país, rico en culturas distintas.
La
Tauromaquia como manifestación cultural es la seña de identidad de nuestra
tierra, Madrid, y por ello está íntimamente relacionada con la evolución de
nuestra historia, arte y tradiciones. Es el pueblo quien determina libremente
cuál es su cultura y el que la protege.
Es
cierto que a día de hoy la Tauromaquia se enfrenta al sello de espectáculo
caduco tendente a la desaparición en la sociedad de la globalización que atravesamos.
Por tanto, es clave que todos trabajemos en potenciar la dimensión
internacional del sector y en la importancia económica que la industria
proyecta, no sólo en Madrid capital y en su Comunidad, sino para toda España.
Es necesario ejecutar líneas de acción que pasen por la importancia del
espectáculo y que pongan el acento en su capacidad de generar riqueza y empleo.
La
Cultura es creatividad y arte, pero también es tradición popular, arraigo a la
tierra, señas de identidad propia que están en el contenido de nuestros
encierros, toros en las calles y en cada una de las ganaderías de bravo de esta
tierra.
Madrid
es y será siempre tierra de toros y de toreros, más allá de expresiones
políticas de cualquier signo y más allá de coyunturas tan tristes como la que
vivimos actualmente, porque mientras el toro bravo embista y haya un ser humano
capaz de crear arte con esas embestidas, habrá otro que se emocione viéndolo».
Gonzalo Caballero leyó este manifiesto:
«Somos
la gente del toro, Cultura de un pueblo libre que celebra la vida alrededor de
un animal mitológico, con ritos milenarios que nuestra cultura latina ha sabido
preservar.
Somos
el mundo del toro, somos brutos y sabios, del sol y la sombra, de derechas y de
izquierdas. Somos de la calle, de la cuerda y de la plaza.
Somos
la cultura con la que un pueblo se expresa alrededor de la tradición del toro,
cultura que heredamos de nuestros abuelos y transmitiremos a nuestros nietos.
Somos
la cultura universal que mantenemos viva en un lazo de hermandad pueblos del
Perú, de Venezuela, Ecuador, Colombia, Portugal, Francia, México y España.
Reyes
y papas han querido prohibirnos en el pasado, les molestaba una cultura que no
podían controlar. Pero nunca pudieron con la fuerza de un pueblo.
Nuevos
poderosos, en nuevos tribunales de inquisición, pretenden de nuevo prohibirnos.
Pero
tampoco podrán, porque la cultura no se censura, la cultura no se puede
limitar, la cultura no se puede reprimir.
La
cultura es riqueza, diversidad, rebeldía, conflicto y creatividad.
Pero
la cultura es, sobre todo y por encima de todo, libre y nos hace libres.
¡Viva
el toro!»
Cerró las intervenciones el periodista Carlos Ruiz
Villasuso:
«Somos
progreso y Cultura, porque somos la gente de la tierra trabajada a mano y con
el alma del sudor. En la tierra del campo nace este mundo que arraiga, que
sostiene, que lucha contra la España abandonada. Venimos de y somos la España
que da de comer a la otra España urbana, y también la España que alimenta el
alma con su Cultura. No vamos a mendigar. Exigimos dignidad, respeto y
libertad. Todos juntos, viva siempre España y viva la tauromaquia».
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