Los
toreros apenas se han vestido de luces en lo que va de año. Los festejos de
Olivenza, Illescas y Camas quedan muy alejados de una realidad tozuda que
mantiene en estado de parálisis la temporada. El acercamiento a los
profesionales depara en casi todos ellos la misma respuesta: incertidumbre de
entrada, alarma por el abandono institucional y algunos brotes de esperanza con
la posibilidad de que desde el mes de julio se abran las puertas de las plazas
CARLOS
CRIVELL
Fotos: Andrew Moore
Redacción APLAUSOS
El linarense Curro Díaz, instalado a las puertas
de Sevilla, asegura que “al principio de que se ordenara el Estado de Alarma y
el confinamiento pasé miedo. Era algo desconocido, no se sabía hasta dónde
podía afectarnos, las noticias eran confusas y la privación de la libertad era
algo nuevo. Así estuve durante algún tiempo. Todo mejoró cuando se nos permitió
la posibilidad de acudir al campo. La vuelta a los tentaderos fue como un balón
de oxígeno”.
El sufrimiento ante el olvido por la falta de
contratos es muy duro. El frenazo inesperado por la llegada de una enfermedad
irrefrenable es otra cosa. “Son muchas experiencias en una vida como la mía,
pero esta de ahora es completamente nueva. Ahora vamos al campo y compartimos
las sensaciones de otros compañeros que también están muy desilusionados por lo
ocurrido, pero que no dejan de soñar con que esta situación cambie y podamos
volver a torear como siempre. Queremos que vuelva la normalidad de siempre”.
El torero de Linares hace una reflexión en la que
muestra su preocupación por la sociedad, “que va a sufrir mucho las
consecuencias de lo que está pasando. Este asunto me ha hecho sufrir mucho. No
digamos ya nuestros compañeros con menos recursos, que además de no poder
ejercer su profesión, encuentran un rechazo en la Administración. Pero mi
desasosiego es por todos los que se quedarán muy lastimados de la pandemia”.
"No sé si volveremos a la misma vida de antes, pero si
hay que cambiar que sea para bien. Y esto sirve para el toreo y para todo. Se
nos brinda la posibilidad de reinventarnos. Es casi como comenzar de
nuevo"
Dicen algunos que nada volverá a ser como antes.
Se refieren a la vida cotidiana. “No lo sé, pero ahora muchos nos estamos dando
cuenta de que nuestra vida era muy buena. Queremos que todo sea como antes de
la llegada del virus”. Esta afirmación en materia de toros se enfrenta a la más
que aceptada idea de que la Fiesta necesita una profunda reestructuración.
“Tenemos siempre una tendencia a la generalización. No sé si volveremos a la
misma vida de antes, pero si hay que cambiar que sea para bien. Y esto sirve
para el toreo y para todo. Se nos brinda la posibilidad de reinventarnos. Es
casi como comenzar de nuevo. Si es así, lo que esperamos es que se haga todo
para mejorar las cosas. Y en el toreo, igual”.
La era post coronavirus debe servir para elaborar
las bases de unas nuevas formas en la tauromaquia. ¿Cómo se estructura de nuevo
el toreo? “Estoy de acuerdo en que es necesario ajustar los dineros de las
corridas de toros. Ahora, en los primeros momentos después de la pandemia,
todos los profesionales tenemos que ser conscientes de que hay que abaratar los
costes de los festejos. Tenemos que llegar a todos los públicos, los toros han
de llegar a los pueblos, hay que hacer carteles con la mezcla de figuras,
espadas contrastados y los nuevos. Si bajan los costos y los impuestos, pueden
bajar los precios de las entradas. Se puede entender que en una feria de lujo
las entradas tengan precios muy elevados, pero en los pueblos no se pueden
mantener como hasta ahora. Y si en lugar de torear tres figuras hay que
contratar a matadores de otro nivel, pues habrá que hacerlo así. Creo que hay
afición suficiente para llenar las plazas, pero entiendo que con lo que se nos
viene encima ahora hay que poner los precios al alcance de la mayoría”.
"Es necesario ajustar el dinero de las corridas. Todos
los profesionales tenemos que ser conscientes de que hay que abaratar los
costes. Si bajan los costos y los impuestos, pueden bajar los precios de las
entradas; hay que ponerlos al alcance de la mayoría"
Sobre si es imprescindible que este año haya
toros, Curro Díaz opina que “es necesario reactivar la economía en general y la
del toro en particular. Soy partidario de que se ayude a organizar corridas. La
gente quiere torear y un año entero sin toros sería muy malo. No creo que esto
vaya a ocurrir porque hay muy buena voluntad por parte de todos”. ¿Y eso de
torear con la gente muy separada por lo de las normas sanitarias? “Por el
número no hay problemas. Muchas veces toreamos con menos del 50 % de
asistencia. Distinto será lo de ver a la gente distanciada en el tendido. Pero
se da todo por bueno. Al principio de esta situación se habló de televisar
corridas sin público. Eso no lo veía claro. Ahora, sin embargo, ya sabemos que
se pueden celebrar corridas con público. Ya se ha avanzado algo. Todos queremos
seguir con nuestra vida de siempre. Y los aficionados queremos que haya toros
como siempre”.
Curro ha tenido el privilegio de torear mucho en
el campo desde el instante en el que se permitió que se celebraran tentaderos.
“Me llamó Victorino que tenía 200 vacas. Así que cuando acabé de tentar en su
casa estaba para torear en Sevilla o en Madrid”. ¿Cómo madura el artista
después de una situación como la vivida? “Todo es complejo. Hay que buscar lo
positivo. He estado más cerca de la familia. Es preciso canalizar lo negativo
hacia lo positivo, que siempre aparece ante la situación más dramática".
“Me llamó Victorino Martín que tenía 200 vacas. Así que
cuando acabé de tentar en su casa estaba para torear en Sevilla o en Madrid”
El linarense tiene un recuerdo para los ganaderos.
“Han pasado jornadas muy tristes. Ojalá se abra el mercado de las plazas de los
pueblos y se puedan lidiar muchos toros de este año”. Y no falta un aliento
para los profesionales más vulnerables, banderilleros, picadores, mozos de
espadas, ayudas y otros que cumplen su trabajo para el bien de la Fiesta.
“Somos toreros, somos cultura, tenemos que torear, nos hemos sentido
discriminados, así que no tiene sentido que nos hayan olvidado”. Se muestra un
hombre preocupado por el futuro, pero también con un marcado optimismo. “A la
gente del toro no le interesa que se le asocie con ningún bando político. Lo
importante es ser buen aficionado y nada más”.
Curro está anunciado en Santisteban del Puerto el
16 de agosto, aunque espera ponerse antes el traje de luces. “Al menos tengo
una corrida en el horizonte, pero tengo la seguridad de que se irán abriendo
las plazas poco a poco y espero estar en muchas de ellas”.
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